Se acabó el refill gratis de refrescos en Reino Unido: así es su polémica medida contra la obesidad

Desde el pasado miércoles, 1 de octubre, las promociones de descuento o multipacks de productos con alto contenido en azúcar, sal o grasa han quedado prohibidas en Inglaterra, afectando tanto a supermercados como a cadenas de restaurantes o comercios online

Se acabó el refill gratis de refrescos en Reino Unido: así es su polémica medida contra la obesidad (Pexels)

Desde el 1 de octubre, las promociones de descuento o multipacks en productos con alto contenido en azúcar, sal o grasa han quedado proscritas por normativa en Inglaterra. Esta medida afectará tanto a supermercados como a restaurantes y comercios en línea. Estas limitaciones forman parte de una batería de nuevas medidas impulsadas por el Gobierno británico para reducir las cifras de obesidad en la población, especialmente entre menores.

Una medida pensada para combatir la obesidad

Según información de la BBC, un portavoz del Departamento de Salud y Asistencia Social subrayó el objetivo principal: “Las restricciones son un paso crucial para dar a los niños un comienzo de vida sano y feliz. La obesidad priva a los niños de las mejores oportunidades, los expone a problemas de salud durante toda su vida y le cuesta miles de millones al NHS”. Además de vetar las promociones de precio ventajoso, la norma prohíbe recargas gratuitas de ciertos refrescos azucarados en restaurantes y cafeterías.

El Ejecutivo ha desarrollado un sistema de clasificación para precisar qué alimentos y bebidas caen bajo la etiqueta de insalubres. Entre las bebidas incluidas figuran los refrescos tradicionales, como limonada y cola con azúcar. En la lista de alimentos aparecen desde patatas fritas, caramelos, chocolates y helados, hasta bollería, tartas, algunos tipos de varitas de pescado y pizzas.

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El camino hacia la aprobación de estas restricciones no ha sido directo. El debate llevaba años en agenda, postergado debido a la crisis del coste de la vida. En los próximos meses, la estrategia se intensificará con nuevas prohibiciones: a partir de enero, no se podrán promocionar este tipo de productos en línea y no podrá emitirse publicidad en televisión hasta las 21.00 de cada día.

La obesidad severa es una enfermedad crónica, compleja y con una alta prevalencia, que se asocia frecuentemente con otras enfermedades crónicas como la hipertensión arterial, la diabetes o enfermedades cardiovasculares.

El presidente de la Asociación de Directores de Salud Pública, Greg Fell, ha celebrado la aplicación de la norma, matizando que no representa “una solución milagrosa”. Fell sostuvo que “las promociones de compra múltiple no ahorran dinero a la gente; al contrario, les animan a gastar más. Están diseñadas para fomentar compras impulsivas y normalizar el hecho de comprar más y con mayor frecuencia”. Su esperanza es ver a los minoristas enfocándose en “promover productos saludables para que las opciones más sanas sean más fáciles y accesibles”.

Fell también llamó la atención sobre un fenómeno social que acompaña la obesidad: quienes viven en zonas con menos recursos tienen casi el doble de riesgo de padecerla. Además, reclamó “endurecer las restricciones sobre el patrocinio de eventos deportivos y de ocio, así como una mayor inversión social para promover desplazamientos activos y mejorar la calidad de la comida en las escuelas”.

Un estudio elaborado por la Universidad de Leeds aportó datos sobre el impacto de estas restricciones. Tras la entrada en vigor de la prohibición para ubicar productos insalubres en lugares destacados del establecimiento, las ventas de estos productos pasaron de 20 a 19 de cada 100 unidades vendidas, una reducción que representa dos millones menos de productos cada día. El equipo investigador puntualizó que las ventas ya se encontraban a la baja antes de la medida y la inflación pudo influir.

Durante el proceso, la industria ha expresado rechazo ante el Gobierno por la entrada en vigor de estas reglas. Algunas cadenas, como Sainsbury’s y Tesco, ya se habían adelantado al implementar límites en sus tiendas. Desde el Consorcio Británico de Minoristas, Andrea Martinez-Inchausti señaló que la mayoría de los miembros ya se ajustaba a la normativa: “Para ellos no supondrá un gran cambio. Los minoristas de alimentos están ayudando a sus clientes a elegir opciones más saludables mediante un mejor etiquetado de calorías, la reformulación de productos y el control de las porciones”.

Los cambios no se aplicarán exclusivamente en Inglaterra. Gales y Escocia planean imponer restricciones similares en 2025, siguiendo el ejemplo británico anunciado en 2021 por el entonces primer ministro Boris Johnson, que incluyó la prohibición de anuncios de alimentos ricos en azúcar, sal y grasa en televisión antes de las 21:00. El Gobierno optó por retrasar la entrada en vigor de la medida para dar tiempo de adaptación a la industria alimentaria y de bebidas, esgrimiendo el contexto de crisis económica.

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