Imagina ver el Facebook de tu marido y descubrir que está en un grupo con miles de hombres en el que se mandan fotos de mujeres desnudas. Una vez decides indagar en este, descubres que tu propio marido ha enviado imágenes tuyas y, al igual que este, otros 32.000 hombres han hecho lo mismo con sus esposas.
Aunque parezca una situación distópica, esto es lo que han tenido que sufrir miles de mujeres. El nombre del grupo era Mia moglie, que se traduce como “Mi mujer”. El grupo fue cerrado el pasado miércoles por Meta, la empresa encargada de gestionar la red social.
Sin embargo, este ha estado en activo desde el año 2019. Las fotos que se pasaban eran, en su mayoría, de mujeres inconscientes, dormidas o tumbadas en la playa. Acompañando a estas, en muchas ocasiones había comentarios de los propios hombres preguntando cosas como: “¿qué os parece?“.
“Lo que leí sobre mí fue asqueroso”
A raíz de conocerse la naturaleza de este grupo, ha habido varias mujeres que han salido a dar su testimonio tras ser víctimas esta violación a su intimidad. “Lo que leí sobre mí fue horroroso. Sentí una mezcla de asco, desesperación, decepción y miedo. Ahora él no quiere irse de casa, me grita y me acusa de destruir el matrimonio por algo trivial“, explica una de ellas en redes sociales.
La carta blanca de algunas redes sociales para distribuir este contenido
Ante este caso, miles de personas han señalado a Meta como uno de los máximos responsables. La empresa ha salido a defenderse emitiendo un comunicado. “Eliminamos el grupo de Facebook por infringir nuestras políticas contra la explotación sexual de adultos. No permitimos contenido que amenace o promueva la violencia sexual, el abuso sexual o la explotación sexual en nuestras plataformas”, explicó.
Sin embargo, esta medida resulta insuficiente, y más cuando se tiene en cuenta que el grupo llevaba seis años operativo. Como este, hay cientos de ellos en esta plataforma y en otras como Telegram, lo que lleva a preguntarse a muchas personas la razón por la que las empresas no son capaces de censurar este tipo de grupos y localizar a los usuarios que forman parte de ellos. Con las herramientas que existen hoy en día de inteligencia artificial y programación, resulta paradójico que se permitan este tipo de comportamientos en las redes sociales.
Por otra parte, está la educación sexual. Muchas asociaciones demandan que debe ser obligatoria para prevenir, precisamente, casos de esta índole. Un factor que remarca el problema que existe a nivel social es que participaban más de 32.000 hombres.
Esto demuestra, una vez más, que el estereotipo generalizado de que el violador es una persona encapuchada y con rasgos psicopáticos es falso. En este caso, al igual que en otros, como el de Gisèle Pelicot, se demuestra que esta concepción es totalmente errónea, involucrando a hombres que, aparentemente, son normales.
Este caso ha hecho saltar las alarmas, tanto a nivel nacional como en la prensa de varios países. La existencia de grupos como Mia moglie exponen el problema que existe en las redes sociales y la urgencia en avanzar socialmente es aspectos fundamentales como la educación sexual o la protección digital.