Las quejas de los clientes sentenciaron a uno de los dependientes más veteranos de una tienda de alimentación en Murcia, se lee en una reciente sentencia del Tribunal Superior de Justicia de esta región. Jaime era el responsable de la sección de fruta y verdura desde 2009, con las tareas propias de mantener el orden, reponer el producto, retirar el género en mal estado o realizar pedidos. Una mañana, la búsqueda de tomates frescos para un gazpacho encendió una alarma que acabaría derivando en su despido.
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A primera hora del 21 de mayo de 2022, Jenaro, responsable del establecimiento, comprobó que el área de fruta y verdura se encontraba desordenada y con un llamativo desabastecimiento: apenas quedaban pepinos y los tomates, lejos de aportar color y frescura, presentaban un estado de podredumbre. En este contexto se acercó Zulima, arrendataria de la pescadería en el mismo local y clienta habitual, quien había decidido preparar un gazpacho para comer. Vio el producto y decidió poner un audio a Luis María, director de la empresa, para manifestar su malestar.
Fotos, vídeos y mensajes
En la sentencia se puede leer el relato de este episodio: “La señora Zulima quería comprar tomates, pero estaban podridos y rezumaban agüilla, los pimientos que pretendía adquirir para hacer gazpacho estaban viejos y solo había cuatro pepinos en mal estado”.
La escena en la tienda no fue un hecho aislado. Ese mismo día, tras escuchar las quejas y recibir imágenes que documentaban el desastre, el director revisó el chat interno del equipo y constató que el trabajador encargado de la sección, Jaime, no había compartido fotos del estado en el que había dejado la frutería la tarde anterior. Esto era una práctica rutinaria para dejar constancia de la calidad y el abastecimiento del producto tras su turno.
La empresa acumulaba ya varias advertencias sobre la importancia de extremar el cuidado en la exposición de productos frescos y en el cumplimiento riguroso de las instrucciones dadas al personal encargado. Sin embargo, lo ocurrido a la mañana siguiente y la insatisfacción en voz de una clienta que no pudo completar su compra, sirvieron como detonante de una sucesión de acontecimientos que quedaron documentados en fotografías, vídeos y mensajes.
Reincidente
Semanas antes de aquel sábado, el 29 de abril, un cliente había adquirido media sandía, también perteneciente a la sección bajo la supervisión de Jaime. Al día siguiente, alertó de que la pieza estaba podrida, lo que desató otra reclamación. El responsable del local lo comprobó en persona y encontró que efectivamente la otra mitad del producto seguía a la venta en igual estado de descomposición.
Las semanas siguientes no mejoró la situación. Los días 24 y 25 de mayo, otros clientes emitieron quejas formales por la presencia de mercancía en estado de putrefacción y errores en la identificación de productos. El 27 de mayo, Jenaro, tras su revisión diaria, se vio obligado a retirar tomates y champiñones en avanzado estado de deterioro, acumulando un historial que documentaba el incumplimiento en las labores de supervisión y retirada de productos no aptos para el consumo.
Las advertencias y sanciones anteriores, como la amonestación recibida por Jaime el 10 de febrero de 2022, por hechos similares, no lograron corregir el curso, agravando la valoración interna respecto al perjuicio causado y el riesgo de llegar incluso a consecuencias legales más graves ante una eventual intoxicación alimentaria.
La sentencia
De manera acumulativa, el trabajo deficiente, la reiteración en la desobediencia de instrucciones, los conflictos con sus superiores y compañeros y la existencia de una sanción previa por acoso e intimidación a clientas, configuraron el expediente disciplinario que derivó el 21 de junio de 2022 en la entrega de la carta de despido disciplinario a Jaime por parte de la empresa.
No fue hasta el final del recorrido procesal, después de oídas todas las partes y revisadas las pruebas, cuando se ha conocido el alcance de la decisión judicial. El Tribunal Superior de Justicia de Murcia ha confirmado la procedencia del despido disciplinario, rechazando el recurso presentado por el trabajador y absolviendo a la empresa de cualquier obligación de indemnización.