María Álvarez, la empresaria que defiende la semana de 4 días laborales: “Hizo aumentar nuestra productividad”

María Álvarez ha reducido la semana de sus empleados en uno de los sectores más precarizados de nuestro país, la hostelería

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María Álvarez, la empresaria que opta por la semana de 4 días. (Carmen Suárez/The Objective)
María Álvarez, la empresaria que opta por la semana de 4 días. (Carmen Suárez/The Objective)

La jornada laboral de 40 horas semanales, distribuidas en 5 días, es el horario estándar en España desde la aprobación del Estatuto de los Trabajadores en 1980. Desde entonces, este documento ha experimentado numerosas actualizaciones y reformas para adaptarse a las transformaciones del mercado laboral, a los cambios en la sociedad española y a las directrices de la Unión Europea. Las modificaciones han abarcado diversos aspectos, como las condiciones de trabajo, los derechos y obligaciones tanto de los trabajadores como de los empleadores, pero la jornada laboral estándar se ha mantenido fija e inamovible durante 44 años.

María Álvarez, empresaria española, es cofundadora de la firma Ephimera y copropietaria de los restaurantes La Francachela, en Madrid. En sus restaurantes, sus socios y ella han implementado la semana laboral de 4 días con 3 de libranza. Choca radicalmente con las condiciones de un sector hostelero hostil, donde es habitual ver semanas de 6 días laborables. Sin embargo, y pese a que se trabajan menos horas, en estos establecimientos los sueldos no han bajado: “Son cuatro días para la plantilla, pero para el cliente seguimos abriendo siete días a la semana desde las 10 de la mañana a una de la mañana. Para el cliente no hay ninguna diferencia”, explicó Álvarez a La Sexta.

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La iniciativa nace en 2020 de su experiencia propia como empresaria. Durante la pandemia, y según indicó a Business Insider, vivió “dificultades para sacar la empresa adelante al mismo tiempo que intentábamos cuidar a nuestros hijos, metidos en casa con una situación de estrés muy complicada”. Para ella, la vuelta a la normalidad hubiera sido inviable, por lo que optaron por esta medida para facilitar la conciliación y la vida personal de sus empleados.

Consultora para empresas del IBEX 35

En 2020, ella y su socia Elena García crearon la plataforma 4suma!, que defiende la implementación de la semana laboral de 4 días. Este portal ha recibido el respaldo de diferentes instituciones, como la Generalitat Valenciana o el ayuntamiento de Rivas Vaciamadrid, de pequeñas y medianas empresas o de grandes firmas, como Acciona o Mahou San-Miguel. Álvarez y García, mediante 4suma!, han trabajado como consultoras para numerosas empresas del Ibex 35, que comenzaron a considerar esta semana laboral para sus propios trabajadores.

En sus empresas, mediante este sistema, se trabaja de media 5 horas menos a la semana. Si bien es un modelo más destinado a perfiles digitales o tecnológicos, García y Álvarez han logrado llevarlo a la hostelería, un sector muy precarizado en nuestro país. Desde su instauración, consideran que los empleados están más contentos y consiguen aumentar la productividad, “remando todos en la misma dirección”.

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Su principal objetivo es crear empleo con puestos de trabajo que satisfagan a la gente, no solo económicamente si no también a nivel personal. Considera esta reducción de jornada como una forma de atraer a sus empleados, de que estén orgullosos de ir a trabajar y un mecanismo que facilita la vinculación dentro de sus empresas.

El “innecesariado”: trabajadores precarios y devaluados en el sistema

En su propia página web, María Álvarez ha publicado recientemente un artículo en el que asegura que el trabajo asalariado ha perdido valor durante el siglo XX. Para ella, hace más de un siglo, “una vida feliz era una vida donde uno se podía sentir realizado o, al menos, valorado, en esa actividad a la que dedicamos una parte tan importante de nuestra vida”. Sin embargo, actualmente, la calidad de los trabajos está en una curva descendente, lo que ha provocado el surgimiento de una nueva clase social; el “innecesariado”.

Se trata de aquellos trabajadores con empleos precarios y desvalorizados. El propio sistema los convierte en números y en maquinaria, alejándoles de su humanidad y de su persona durante las horas laborales. Para ella, cada día hay peores trabajos, y el dinero se destina cada vez más a un sector que no genera empleo: la vivienda.