Francesco Calzona, el segundo entrenador de Sarri en cinco equipos que vuelve al Nápoles con el reto de resucitarlo

El también seleccionador de Eslovaquia se estrena como primer técnico a nivel de clubes. ¿Objetivo? Sacar a flote al vigente campeón italiano desde la ida de los octavos de final de la Champions contra el Barça

Compartir
Compartir articulo
Francesco Calzona en un entrenamiento con el Nápoles (REUTERS/Ciro De Luca)
Francesco Calzona en un entrenamiento con el Nápoles (REUTERS/Ciro De Luca)

La eliminatoria de octavos de final de la Champions League que arranca este miércoles entre el FC Barcelona y el Nápoles bien puede ser la de los papelones, ni más ni menos, para los entrenadores de ambos equipos. En un banquillo, Xavi Hernández, cuyo adiós podría ser antes del 30 de junio en el caso de que los culés no den la talla. En el otro, Francesco Calzona, tercer preparador del vigente campeón de Italia en lo que va de temporada: asumió el cargo, sustituyendo a Walter Mazzarri, a falta de 48 horas para la disputa de la ida de tan trascendental cruce europeo.

La de Calzona es la historia de un regreso, puesto que ya militó en el conjunto partenopeo durante dos etapas como segundo entrenador. En la 2021-2022, fue la mano derecha de Luciano Spalletti. Entre la 2015-2016 y la 2017-2018, estuvo en la entidad junto a Maurizio Sarri. Posiblemente, la persona que ha marcado su trayectoria con la pizarra: le acompañó hasta en cinco equipos distintos durante una década.

Te puede interesar: Barcelona y Nápoles, descosidos por dentro y desinhibidos por fuera

Con un pasado discreto como futbolista (tres partidos en la Serie B con el Arezzo y una única aparición en la Copa italiana), el de Vibo Valentia, allá por los 90, era vendedor ambulante de café, a la par que técnico amateur. Fue en la campaña 1999-2000 cuando los caminos de Calzona y Sarri se cruzaron por primera vez: el primero propuso al segundo como su sustituto al frente del Tegoleto, un conjunto aficionado. Desde entonces, sus carreras fueron de la mano.

Francesco Calzona y Giovanni Di Lorenzo (REUTERS/Ciro De Luca)
Francesco Calzona y Giovanni Di Lorenzo (REUTERS/Ciro De Luca)

Hablamos de, en los niveles profesionales, 351 partidos al lado de Sarri, repartidos entre el Perugia (2008-2009), el Alessandria (2010-2011), el Sorrento (de julio a diciembre de 2011) y, sobre todo, el Empoli (de la 2011-2012 a la 2014-2015) y el Nápoles. Calzona también trabajó, posteriormente, junto a Eusebio Di Francesco, al que ayudó en el Cagliari entre agosto de 2020 y febrero de 2021. Desde agosto de 2022, es el seleccionador de Eslovaquia. Un cargo que compaginará con el que acaba de pasar a ocupar.

Te puede interesar: Alonso, tercero en su primera jornada de test con el nuevo Aston Martin

Resucitar al Nápoles tras lograr la clasificación para la Eurocopa

A día de hoy, Calzona, de 55 años, ha dirigido 14 encuentros en solitario, con siete victorias, cuatro empates y tres derrotas. En noviembre, consiguió que los eslovacos estén en la próxima Eurocopa, tras haberse convertido, en su día, en el segundo responsable de esta selección no autóctono y en el primero sin orígenes checoslovacos.

Tras las experiencias fallidas de Mazzarri y Rudi Garcia, el Nápoles confía en Calzona para revertir una situación radicalmente distinta a la de la campaña pasada. En la Serie A, nunca ha habido un entrenador que compaginase la dirección de un club de la competición y de un equipo nacional. Él será el primero, con el objetivo, urgente, de mejorar lo suyo las prestaciones napolitanas. Sobre todo, en Liga: son novenos, con 36 puntos, y tienen Europa a nueve.

La crisis debe empezar a revertirse contra el Barça, en un Diego Armando Maradona que cada vez espera con más ansias un resurgir. La adaptación a la que ya fue su casa puede serle mucho más llevadera a Calzona si tenemos en cuenta que uno de los máximos referentes de Eslovaquia, el mediocentro Stanislav Lobotka, juega en el Nápoles.

“Somos el Nápoles, jugamos en casa y no acepto pensar en un empate antes de jugar el partido. Si el Barça es tan bueno que nos obliga a no ganar, nos quitaremos el sombrero, pero nosotros salimos a ganar”, afirmó antes del choque, en toda una declaración de intenciones. “Les he pedido que sean equipo en ambas fases. No acepto que haya jugadores que no participen en la fase defensiva, por ejemplo”, agregó.

Calzona en un partido de Eslovaquia (REUTERS/Radovan Stoklasa)
Calzona en un partido de Eslovaquia (REUTERS/Radovan Stoklasa)

En la rueda de prensa de previa a su exigente estreno, a Calzona le sacaron a colación a dos hombres milagro que llegaron, como él, en unos octavos: Roberto Di Matteo, que ganó precisamente la Champions en 2012 con el Chelsea, y Emerse Faé, campeón de la última Copa África con Costa de Marfil. “Creo en este equipo. Pienso en este grupo más que en el rival. Esta plantilla puede ganar muchos partidos: la clave será quererlo”, sentenció él. Dentro de unas horas, tratará de empezar a conseguir la resurrección de este Nápoles: “El presidente me pidió intentar llegar lejos en esta Champions y clasificarnos para la próxima”.