La cultura sorda y la lengua de signos ya son Patrimonio Cultural Inmaterial: el Gobierno las protege por su “su uso reducido”

Este lenguaje será protegido por “su situación de vulnerabilidad y la necesidad de protección de las expresiones culturales producidas a través de esta lengua minoritaria”

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La intérprete de lengua de signos y acompañante de Rozalén en sus conciertos, Beatriz Romero, interpreta una actuación de El Kanka en el festival Leturalma, a 21 de julio de 2023. (Víctor Fernández / Europa Press)
La intérprete de lengua de signos y acompañante de Rozalén en sus conciertos, Beatriz Romero, interpreta una actuación de El Kanka en el festival Leturalma, a 21 de julio de 2023. (Víctor Fernández / Europa Press)

Desde este miércoles, las expresiones culturales vinculadas a la cultura sorda y la lengua de signos española forman parte del Patrimonio Cultural Inmaterial de España tras su publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE). El reconocimiento, propuesto por el Ministerio de Cultura junto al de Derechos Sociales y que se inició en mayo a través de la Dirección General de Patrimonio Cultural y Bellas Artes, supone el “paso definitivo de protección” a este colectivo, según han informado ambos ministerios.

“Se trata de un conjunto de expresiones culturales creadas y transmitidas, un acervo cultural inherente a esta comunidad, resultado de los rasgos sociales y culturales que caracterizan al conjunto de personas sordas signantes en nuestro país y que tiene en la lengua de signos española su principal manifestación y soporte, sin perjuicio de aquellos rasgos que caracterizan a la comunidad sorda que utiliza la lengua de signos catalana en su ámbito de uso”, recoge el decreto aprobado esta semana por el Consejo de Ministros.

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Las expresiones culturales vinculadas a la cultura sorda y la lengua de signos española son un patrimonio vivo que da respuesta a las necesidades comunicativas, sociales y emocionales de la comunidad sorda signante.

En el texto, se considera la cultura sorda y la lengua de signos “una cultura rica y compleja, conformada por valores, conocimientos, prácticas sociales, tradiciones y expresiones artísticas específicas, transmitidos y aprendidos”. Pese a ello, se reconoce que, las expresiones culturales vinculadas a la cultura sorda y la lengua de signos española “se enfrentan a múltiples riesgos y amenazas”.

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“Uso reducido”

Se justifica, asimismo, la necesidad de protección debido a que “su uso es reducido, teniendo en cuenta el número de personas signantes en relación con el total de la población sorda en el país”, lo que enfatiza, según recoge el decreto “no solo la singularidad de la lengua, sino también su situación de vulnerabilidad y la necesidad de protección de las expresiones culturales producidas a través de esta lengua minoritaria”.