Los primeros anuncios de Caputo: cambios en retenciones y recortes fiscales, sin “motosierra” ni privatizaciones

Las medidas iniciales del ministro de Economía apuntarán a iniciar el equilibrio fiscal con un “trabajo fino para depurar la administración pública” y detectar gastos innecesarios

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El ministro de Economía, Luis Caputo, mantuvo ayer varias reuniones en Casa Rosada. REUTERS/Agustin Marcarian
El ministro de Economía, Luis Caputo, mantuvo ayer varias reuniones en Casa Rosada. REUTERS/Agustin Marcarian

Los primeros anuncios del ministerio de Economía Luis Caputo, previsto para esta tarde tras el cierre de los mercados, profundizarán y ofrecerán cierto grado de detalle sobre el mensaje económico que ya expresó el presidente Javier Milei al asumir el cargo. En el plano fiscal, su contenido tendrá principios genéricos que combinarán tanto refuerzos en los ingresos como recortes en el gasto para meter en caja las cuentas públicas en 2024, tal como prometió el nuevo Gobierno.

Del mismo modo que, apenas fue confirmado, Caputo prometió a los banqueros que las Leliq tendrían una solución de mercado, sin nada disruptivo, quienes trabajan en el primer mensaje del ministro advierten que “todo será razonable, que nadie espere salvajadas”. Tampoco hay que esperar por parte de Caputo un informe técnico sino “una presentación llana, bien accesible para la gente”.

De ese modo, conviene arrancar por lo que no va a pasar: se asegura que las medidas no prevén privatizaciones ni cierre de organismos, ni despidos masivos en el sector público, ni recortes en el gasto social “que será una prioridad”. Todo lo anunciado acerca de los medios públicos, Aerolíneas Argentinas o YPF, no tendrá lugar en este primer paquete de decisiones.

Apenas fue confirmado, Caputo prometió a los banqueros que las Leliq tendrían una solución de mercado, sin nada disruptivo. Ahora, quienes trabajan en el primer mensaje del ministro advierten que “todo será razonable, que nadie espere salvajadas”

Así, en este primer paso “no habrá motosierra sino un trabajo fino de depuración de la administración pública” para detectar funciones repetidas en diferentes organismos, transferencias a empresas públicas sin destino claro, fideicomisos que ya no tendrán razón de ser y otros gastos innecesarios.

Como principio rector, en el Gobierno se habla de la “cuenta única del Tesoro”, el esquema que permite un mejor control de ingresos y egresos de cada una de las reparticiones que forman parte de la administración pública, incluyendo algunos organismos descentralizados que representan cajas voluminosas. En el Gobierno anterior, esa herramienta había sido impulsada durante la brevísima gestión de Silvina Batakis al frente del Palacio de Hacienda..

Todo el paquete se pondrá en marcha a través de resoluciones del ministerio de Economía y el Banco Central, ya con sus autoridades designadas y en funciones. Nada de lo anunciado hoy deberá pasar por el Congreso: esas reformas se reservan para la “ley ómnibus” que el Gobierno de Milei tiene en elaboración.

En el plano impositivo, se habla de “nivelar la cancha” en las retenciones a la exportación, con cambios que determinarán que los sectores que hoy pagan más reduzcan su aporte y otros que no pagan comiencen a hacerlo. La compensación en esos casos, opina el equipo económico, se dará a través de la renta adicional que generará el nuevo tipo de cambio, que no estará por debajo de los 650 o 700 pesos en esta primera etapa.

En el caso de los importadores, ese nuevo tipo de cambio será gravado con el impuesto PAIS, con una alícuota que podría oscilar entre el 20 y el 30%. El equipo de Caputo aclara que habrá excepciones para este impuesto, que se centrará en la importación de bienes de consumo y tendrá excepciones para la compra de insumos en el exterior, en particular si forman parte de una cadena productiva que exporta.

Algunos sectores pagarán retenciones que serán compensadas a través de la renta adicional que generará un nuevo tipo de cambio más elevado

De ese modo, la aplicación del Impuesto PAIS sería un paso clave para empezar a desandar el camino de las SIRA, los permisos de importación que tantas quejas generaron entre los empresarios durante la gestión anterior.

Quienes participan del armado del plan Caputo, aseguran que llegar al fin de 2024 con equilibrio fiscal, tal como prometió Milei es viable. Es que más allá del mantra favorito del nuevo Presidente, “no hay plata”, es claro que la elevada inflación hizo gran parte del ajuste. Por eso parece viable que el comienzo del plan sea con modificaciones que, a priori, parecen menores y no requieren de los apoyos parlamentarios de los que el nuevo Gobierno, por el momento, parece carecer.

Asimismo, este punto de partida fiscal debe combinarse con la decisión de Milei y Caputo de no dar la pelea por tener una ley de Presupuesto propia en 2024, sino seguir con una prórroga de la “ley de leyes” de 2023. El peso de la inflación, por otra parte, vuelve difusas todas las previsiones. Con la continuidad del Presupuesto 2023, la jefatura de Gabinete a cargo de Nicolás Posse, tendrá a su cargo la tarea de ampliar y resignar partidas que, en la mayoría de los casos, están desactualizadas.