Día de la Mujer: referentes y su visión sobre el techo de cristal y las barreras en el mundo laboral

Lideran firmas de finanzas, consumo masivo y software, entre otras. Los obstáculos que deben sortear y las claves para salir adelante a pesar de todo

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Las mujeres vinculadas con la economía y los negocios que hablaron con Infobae
Las mujeres vinculadas con la economía y los negocios que hablaron con Infobae

La voz de las mujeres se impone cada vez más con más fuerza, pero en el camino de la igualdad hay mucho por recorrer aún.

Si bien son varias las empresas que escucharon y trabajan en el día a día para reforzar la igualdad en el ámbito profesional, aún son grandes los desafíos que quedan por delante en materia de equidad. La existencia de las brechas de género en salarios y puestos jerárquicos está más que demostrada.

Las mujeres no solo reciben salarios más bajos que los hombres por igual tarea, sino que además tienen menores posibilidades a la hora de postularse, según un informe publicado en enero pasado por Bumeran y la organización Grow, Género y Trabajo con datos registrados desde junio de 2019 hasta octubre de 2021.

“Las mujeres, de acuerdo con el Indec, ganan un 31% menos que los hombres. Esta problemática radica, entre numerosos escenarios, en que las mujeres suelen encontrarse en áreas con remuneraciones más bajas, acceden en menor medida a puestos jerárquicos, y su compromiso al trabajo se pone en duda por la expectativa que se pone en ellas en relación al cuidado de sus familias”, afirmó Georgina Sticco, cofundadora de Grow.

Según el Indec, las mujeres ganan un 31% menos que los hombres.
Según el Indec, las mujeres ganan un 31% menos que los hombres.

Las brechas de salarios brutos pretendidos de las mujeres son menores a las de los varones en todo el periodo analizado, y la diferencia se amplió con la pandemia: antes, el género femenino pretendía un 12% menos de salario que los hombres. Sin embargo, tras la irrupción del coronavirus esta brecha aumentó progresivamente hasta llegar al 17%.

El 58,3% de las emprendedoras se desarrolla en el sector servicios, el 32,2% en comercio y el 9,6% en la industria. Entre los rubros más destacados donde trabajan las mujeres, figuran el textil y moda (11,3%); los inmobiliarios (6,1%), la enseñanza (6,1%), los estudios profesionales (4,3%), la sanidad (5,7%) y la comunicación (7%), de acuerdo con un relevamiento elaborado por la Federación de Comercio e Industria de la Ciudad de Buenos Aires (Fecoba) en el marco del Día de la Mujer.

Pese a que el llamado “techo de cristal” todavía continúa siendo difícil de derribar, hay grandes ejemplos de mujeres que supieron ganar su lugar en ámbitos de decisión; lograron llegar a la cima de diferentes compañías y así se convirtieron en guías y modelos para muchas otras que aún siguen en la lucha por ocupar el cargo que se merecen.

En el contexto del Día internacional de la Mujer 2022, Infobae dialogó con 18 empresarias y ejecutivas que se destacan profesionalmente y buscan dejar un legado para las demás, las que viene detrás. Son de rubros muy diversos de los negocios, como como finanzas y economía, consumo masivo y tecnología, y hay representantes del ámbito privado y el público.

Hablaron de los obstáculos que enfrenta una mujer en el mundo laboral, de las claves para derribar el techo de cristal, de la brecha de género en Argentina y de si alguna vez, en sus vidas profesionales, las relegaron por ser mujeres.

Mercedes D’Alessandro - Directora Nacional de Economía, Igualdad y Género del Ministerio de Economía de la Nación

Mercedes D’Alessandro
Mercedes D’Alessandro

Uno de los principales obstáculos es la distribución asimétrica de las tareas del hogar y de los cuidados que hace que las mujeres le dediquen mucho más tiempo a atender tareas del hogar, los niños, adultos mayores, por ejemplo. Son tareas que llevan mucho tiempo. Siempre las toman las mujeres y les reduce sus posibilidades de estudiar, trabajar, crecer en el mundo laboral o poder formarse y capacitarse. A partir de allí, después aparecen todas las desigualdades en el mercado laboral de brechas de participación, de salarios, pocas mujeres en puestos de alta jerarquía.

Existe el techo de cristal, es evidente. Basta con fijarse la composición del Gabinete nacional: hay dos mujeres a cargo de ministerios, de un total de 23. En nuestro país hay solo dos mujeres gobernadoras y así podríamos hacer una lista muy larga. Se puede derribar atacando los nudos que hacen que las mujeres no lleguen; y parte de eso tiene que ver con los cuidados antes mencionados, porque si tenés que salir corriendo del trabajo a tu casa, cocinar o buscar a tus chicos, tenés poco tiempo para formarte o directamente para trabajar”.

“Existe el techo de cristal, es evidente. Basta con fijarse la composición del Gabinete nacional: hay dos mujeres a cargo de ministerios, de un total de 23″

A nivel local, seguimos los indicadores de estas brechas y lo vemos cuantitativamente. Las mujeres ganan 28% menos que los varones. Le dedican tres veces más tiempo a las tareas domésticas y de cuidado no remunerado. Tienen mayores niveles de desempleo, sobre todo en las mujeres jóvenes: las de 20 años casi que duplican el nivel de desempleo general de la población. Vemos un montón de indicadores que reflejan esa brecha de desigualdad.

“Soy doctora en Economía y sin embargo muchas veces pareciera que solo puedo hablar de economía si pongo al lado la palabra “mujer”. Y no puedo hablar del dólar, del tipo de cambio, de los desafíos que tenemos o de la negociación con el FMI. Te asocian que si sos mujer, solo podés hablar de temas de género. En estos momentos de mi vida no es algo que tengo que sobrellevar sino más bien es algo que hay que combatir, transformar y hay que ponerlo sobre la mesa para poder seguir avanzando sobre eso”.

Gabriela Bardin, Gerente General de P&G Argentina

Gabriela Bardin
Gabriela Bardin

Estadísticamente, más del 40% de las mujeres sufren discriminación por razón de género en el trabajo y una parte importante de las barreras a las que se enfrentan en el lugar de trabajo están relacionadas con el sesgo de género. En los últimos años, la educación ha ido cambiando, las mujeres nos hemos animado a más y las mujeres que se animaron promovieron a otras a animarse. Es importante que haya puertas abiertas, contención, acompañamiento, políticas que lo posibiliten, como la flexibilidad laboral, las licencias extendidas. También hay que trabajar con los hombres. Antes se creía que las mujeres teníamos que resolver que nos incluyeran.

Si bien las mujeres en puestos de liderazgo ya hemos quebrado el techo de cristal, todavía queda mucho por hacer. Es necesario desterrar la frase de que los “número uno” de las compañías son hombres porque, si bien en el 90% de los casos es así, en los últimos 10 años el número de mujeres en directorios ha ido creciendo. Por eso insisto en que si se siguen repitiendo esas frases, se siguen construyendo techos. En P&G, hoy y ya en los últimos 10 años el directorio de P&G viene oscilando entre un 40 a 60% de mujeres

“En los últimos años, la educación ha ido cambiando, las mujeres nos hemos animado a más y las mujeres que se animaron promovieron a otras a animarse”

A pesar de que se ha avanzado, aún nos queda mucho por recorrer. Es importante generar espacios tanto en las empresas como en la sociedad para que la mujer cada vez más tenga las mismas oportunidades. En mi caso particular, llevo 24 años trabajando en P&G y siempre me sentí acompañada por mis jefes en toda mi trayectoria y en las distintas posiciones en las que fui desempeñándome.

Nunca fui discriminada, ni en la compañía ni con clientes. Si reconozco que fui parte de espacios y ámbitos tradicionalmente liderados por hombres, en los que hace algunos años era la única mujer o bien éramos una minoría. No me sentí discriminada pero sí me sentí diferente o que me miraban de manera extraña. De hecho, cuando entré como directora de ventas, casi no había mujeres, ni del lado de la industria ni del retail. Las negociaciones eran más duras, se abrió un escenario diferente y me di cuenta de que para mis pares fue raro que hubiera una mujer.

Anna Cohen - Presidente y CEO de Grupo Cohen

Anna Cohen
Anna Cohen

Desde el inicio de nuestras carreras, y a diferencia de nuestros pares masculinos, no nos presentamos a puestos que no estamos seguras de poder cubrir con nuestras habilidades ya existentes, lo que nos cierra oportunidades en el entry level, que los hombres toman sin tanto prurito de cumplir con todos los requisitos. Además, negociamos menos agresivamente nuestras remuneraciones y ascensos, y tenemos más sidetracking –tanto por lo cotidiano, como por momentos planificados, como la maternidad. Aún si decidimos no tomarnos ese tiempo, las empresas factorean el riesgo de nuestra ausencia parcial o total en el momento de decidir incorporarnos.

A todo esto se le agrega que los atributos preferidos para el liderazgo, como la asertividad, la ambición, la competencia y la autovaloración, no son bien vistos en el estereotipo de la mujer tradicional, por lo que juegan abiertamente en contra de nuestra aceptación por pares y jefes en momentos decisivos de selección.

“Ya nos veo ocupando espacios tanto en el C-level como en los directorios con mayor frecuencia que hace unos años”

No estamos en paridad de oportunidades todavía, en particular en algunas industrias, pero ya nos veo ocupando espacios tanto en el C-level como en los directorios con mayor frecuencia que hace unos años. La clave, creo, está en una estadística reciente que señala a una relación causal interesante: a partir de que una mujer es contratada en un puesto de decisión, se empieza a romper la preferencia automática y se comienza a contratar más mujeres en todos los niveles de la organización. Una especie de mezcla entre el mentoreo espontáneo y la idea de que se hacen visibles las ventajas de un management diverso.

El desafío en los directorios va a ser comprobar que tenemos valor genuino para aportar y que no estamos solamente cumpliendo un rol simbólico de diversidad.

Cualquier mujer de mi generación o de las anteriores debe haberlo sentido, ya sea en las grandes oportunidades de promoción profesional, la falta de confianza para liderar procesos, o en la validación diaria de nuestro expertise. No hay recetas para sobrellevarlo, creo que se debe transitar, marcarlo y renegociar cuando el relegamiento es injusto y comprobable, pero aprender a convivir con ese hecho de la realidad.

Con la trayectoria y los logros obtenidos, viene la madurez y la inteligencia de tomar esos momentos de injusticia como oportunidades de superación personal, o de un cambio radical en nuestras carreras. Es muy difícil ganarle a una mujer una vez que ha sorteado muchos de estos obstáculos y los ha sabido capitalizar.

Patricia Bindi - Directora de la Banca de Empresas de HSBC Argentina

Patricia Bindi
Patricia Bindi

Uno de los mayores obstáculos que enfrenamos es la falta de equidad. Hay una baja participación de las mujeres en puestos directivos, y aun cuando alcanzan altas posiciones gerenciales, en muchos casos, los salarios son inferiores a los de los hombres. En los últimos años la participación de las mujeres en puestos de liderazgo tomó un gran protagonismo con propuestas y acciones que se multiplicaron tanto en el ámbito público como en el privado. Sin embargo, desde que el mundo padeció el impacto de esta pandemia la labor por la equidad de género quedó más expuesta en la sociedad que, hoy no solo plantea la urgencia para resignificar el rol de la mujer en la economía productiva, sino también propone una nueva oportunidad para brindar mayores espacios de formación y capacitación que potencien nuevas herramientas.

“En los últimos años la participación de las mujeres en puestos de liderazgo tomó un gran protagonismo con propuestas y acciones que se multiplicaron tanto en el ámbito público como en el privado”

Cada vez somos más las mujeres superamos esa supuesta barrera del “techo de cristal”. Hoy se ve a la mujer empoderada, demostrando sus fortalezas en los roles que cumplen en empresas, en el sistema financiero, en organizaciones públicas y no gubernamentales, y también en comunidades de emprendedoras, en el desarrollo de nuevas tecnologías, en el mundo académico y en todas las áreas donde hoy se desempeñan empujando la fuerza laboral en el país. Animarse y tomar riesgos desde mi punto de vista, es la clave.

Hace mucho tiempo, cuando estos temas no estaban en la agenda, me sentí que me relegaron profesionalmente por ser mujer, pero más allá de la molestia del momento siempre tuve claro a dónde quería llegar y mantuve una actitud muy positiva en esa dirección.

Laura Barnator - Gerente General de Unilever Argentina, Paraguay y Uruguay

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En las distintas etapas de la vida se van presentando diversos obstáculos para las mujeres en su crecimiento laboral, especialmente entre los 30 y los 40 años donde aparecen muchos mandatos sociales vinculados a la elección de tener hijos o no y la necesidad de equilibrar el mundo familiar y laboral. Por eso es clave contar con una red de contención fuerte, que acompañe y ayude a sortear la culpa que muchas veces surge porque todavía existe el preconcepto de que las mujeres tenemos que estar mucho más presentes para nuestros hijos. También sucede cuando aparece la posibilidad de hacer carrera expatriándose donde se ven más casos de hombres que aceptan hacerlo. Es en ese lapso donde las mujeres tenemos la atención más diversificada, los hombres logran seguir desarrollando su carrera y se genera cierta desigualdad.

Esto nos marca una realidad que la reflejan muy bien las estadísticas: hay ciertos factores sociales que actúan como barrera para el crecimiento profesional de las mujeres, cuestiones que en definitiva terminan generando un techo de cristal en el marco de una sociedad que todavía sigue bajo conceptos patriarcales. Afortunadamente creo que las nuevas generaciones tienen otra concepción donde se asume que la crianza de los hijos es conjunta y se diluye el mandato de ser madre. Igualmente falta y hay paradigmas que siguen vigentes y en los espacios de liderazgo todavía tenemos un largo camino por recorrer, somos pocas mujeres en un ámbito donde predominan los hombres y eso sucede también en lo académico y otros tantos espacios.

“También sucede cuando aparece la posibilidad de hacer carrera expatriándose donde se ven más casos de hombres que aceptan hacerlo”

Si bien en mi caso particular nunca me sentí relegada por el hecho de ser mujer, no me gustaría generalizar porque creo que cada persona es distinta y quienes ocupamos lugares de liderazgo tenemos la responsabilidad de no hacer de nuestra experiencia una bandera sino ver de qué forma podemos construir algo aún mejor. Estamos en un momento bisagra donde se empiezan a visibilizar situaciones que antes vivíamos como normales y no lo son, y está bien que marquemos límites.

No tengo dudas de que el camino hacia adelante es seguir incentivando a las mujeres pero sobre todo acompañarlas para que puedan seguir involucrándose en ámbitos que históricamente fueron más asociados a los hombres, no solo en roles de liderazgo en empresas u organizaciones, sino abriéndose camino desde la educación como las carreras STEM. Creo que eso también es parte de romper los viejos paradigmas y abrir nuevas posibilidades porque el mundo del futuro necesita el mejor talento, no importa su género, edad, etnia u orientación sexual.

Gabriela Oliván - Director Regional de Comunicación en Accenture - Fundadora de WINN

Gabriela Oliván
Gabriela Oliván

Los principales obstáculos que enfrentamos las mujeres en el mundo laboral son culturales. Hace siglos que los hombres ocupan los lugares de poder y sólo un par de décadas que las mujeres empezaron a competir también por esos espacios. Esos estereotipos de género fuertemente arraigados en la sociedad condicionan también, a las propias mujeres quienes tuvimos que recuperar la confianza y animarnos a pelear por la equidad laboral. Por eso, la transformación cultural tiene que estar acompañada también, por políticas empresariales y gubernamentales.

Me que de “techo de cristal” me gusta hablar del concepto de “suelo pegajoso” que hace referencia a aquellas situaciones que mantienen a las mujeres en puestos precarios o mal remunerados. Entre ellas se destacan la feminización de algunos puestos de trabajo y el trabajo no remunerado como las tareas domésticas a las que las mujeres le dedican en promedio, 3 horas más por día que los hombres.

“Me que de ‘techo de cristal’ me gusta hablar del concepto de ‘suelo pegajoso’ que hace referencia a aquellas situaciones que mantienen a las mujeres en puestos precarios o mal remunerados”

Para despegarse de ese piso, son claves la capacitación y el mentoreo. Por eso, desde WINN, la red que fundé y que hoy cuenta con 3500 mujeres periodistas de todo el mundo, fomentamos el aprendizaje, la colaboración y el networking como herramientas claves de crecimiento profesional.

Accenture que es una de las compañías más diversas e inclusivas del mundo pero antes, trabajé en la industria petrolera donde por la naturaleza del negocio, suele haber muy pocas mujeres en posiciones de liderazgo. En estas industrias, el crecimiento profesional es bastante más lento pero con el tiempo se han ido generando nuevas oportunidades para las mujeres. Ya nadie duda del valor social y económico de una cultura corporativa con lugar para todos.

Laura Muchnik - Fundadora y Presidenta de Grupo Muchnik y Socia de Asteroid Technologies

Laura Muchnik
Laura Muchnik

Los principales obstáculos de las mujeres de cara al mercado laboral tienen que ver con alcanzar un equilibrio entre la maternidad, la formación continua, el desarrollo profesional, la pasión por lo que hacemos, el amor en todas sus formas y la oportunidad que tenemos de ocupar posiciones de liderazgo, sin renunciar a la posibilidad de integrar todas nuestras facetas.

El techo de cristal existe, pero va debilitándose a medida que nos damos cuenta que no hay límites ni fronteras para llevar adelante nuestra vocación. Es la respuesta a sentirnos poco alentadas por nuestro ambiente, a veces familiar y otras, profesional. Las organizaciones que más potencia tienen hoy en día, son las que registran el enorme poder de la diversidad y generan condiciones y oportunidades igualitarias para sus profesionales, cualquiera sea su género y su percepción.

“El techo de cristal existe, pero va debilitándose a medida que nos damos cuenta que no hay límites ni fronteras para llevar adelante nuestra vocación”

Veo brecha género en el acceso a posiciones de liderazgo y el reflejo de los logros alcanzados en términos de reconocimiento salarial y de nuevas oportunidades de crecimiento. Hay una gran oportunidad de crear y evolucionar hacia organizaciones cada vez más diversas e inclusivas.

En algunas oportunidades tuve que hacer un esfuerzo enorme por ser escuchada y reconocida en mis ideas, porque cuando empecé mi vida profesional (a los 18 años) muy pocas mujeres eran emprendedoras y/o ocupaban posiciones de liderazgo que implicara tomar decisiones relevantes para el futuro de sus organizaciones. Tenía pocas pares y pocos modelos en los que inspirarme. Hoy siento que formo parte de un ecosistema virtuoso donde puedo verme reflejada en mujeres y hombres a los que respeto y admiro.

Patricia Pomies - Chief Operating Officer de Globant

Patricia Pomies
Patricia Pomies

La brecha de género es el principal obstáculo que hoy sufren las mujeres en el mundo laboral, y que trasciende países e industrias. Si bien se ve en todos los niveles, donde más se evidencia la desigualdad es en los roles de liderazgos. En el ámbito de las carreras STEM, el desafío es cambiar la concepción de que determinadas carreras y profesiones son exclusivas para hombres. La única forma de conseguirlo es hacer un cambio sólido en la forma en que se desarrollan los caminos formativos y en darles visibilidad a mujeres profesionales en carreras que eran consideradas masculinas.

Si bien se ha evolucionado a pasos gigantescos en los últimos tiempos, la desigualdad de género sigue siendo una problemática muy profunda. Actualmente hay un mayor empoderamiento, pero todavía queda mucho camino por recorrer. Para esto, resulta indispensable trabajar en brindar las herramientas necesarias para poder impulsar ese empoderamiento y superar lo que se denomina el “Síndrome del impostor”, que establece que aproximadamente el 75% de las mujeres les cuesta autopercibirse aptas y lo suficientemente preparadas para ocupar roles de liderazgo.

“Resulta indispensable trabajar en brindar las herramientas necesarias para poder impulsar ese empoderamiento y superar lo que se denomina el ‘Síndrome del impostor’”

Dentro del universo IT, si bien en los últimos 15 años se duplicó la participación de las mujeres en la industria, éstas sólo ocupan un 30% de los puestos. Esto significa que el 70% de quienes trabajan en tecnología son hombres. Si esta tendencia positiva se sostiene, en 2024 la fuerza laboral femenina rondaría el 40%.

La brecha de género se ve reflejada en múltiples aristas. Si bien la participación femenina en las empresas venía aumentando, según el último informe de CEPAL, la pandemia retrotrajo alrededor de diez años los avances respecto de la participación laboral femenina. Hoy, nuestro país tiene una tremenda oportunidad pero para aprovecharla necesitamos desarrollar toda la diversidad de perfiles y talento que existe y de paso cerrar la enorme brecha de género que también impacta nuestra industria.

Siempre fui una luchadora y una habilitadora de nuevos caminos/espacios a descubrir para las mujeres. Cuando uno habla de esta problemática, prefiero concentrarme en ejemplos colectivos más que en los personales. No importa que le paso a una persona en particular sino que es importante entender y reconocer qué pasa en una sociedad, teniendo la responsabilidad necesaria de pensar estrategias, planes y acciones concretas para transformarlo.

Sabrina Castelli - Co-Fundadora y CEO de Mujer Financiera

Sabrina Castelli
Sabrina Castelli

Las mujeres enfrentan una serie de obstáculos particulares para insertarse plenamente en el mercado de trabajo. Principalmente, existen brechas en: el acceso al mundo laboral, salarios, trayectoria y en las posibilidades de alcanzar puestos de decisión.

El techo de cristal hace referencia al tope para la realización de la mujer, generado por los estereotipos y las construcciones culturales de las sociedades a través del tiempo. Como consecuencia de ello, terminan por participar más en los sectores menos dinámicos y peor remunerados de la economía. 6 de cada 10 mujeres trabajan en el servicio doméstico, comercio, educación y salud, mientras 6 de cada 10 hombres ejercen en área como el comercio, la construcción, la industria y en actividades empresariales, e inmobiliarias. Esta segregación también impacta sobre la brecha salarial.

6 de cada 10 mujeres trabajan en el servicio doméstico, comercio, educación y salud, mientras 6 de cada 10 hombres ejercen en área como el comercio, la construcción, la industria y en actividades empresariales, e inmobiliarias.

Datos de la brecha. Según el Informe de Inclusión Financiera del BCRA, para junio de 2021 el 34% de las mujeres tenía acceso a créditos en entidades financieras, frente a casi 40% de los hombres. Las mujeres ganan, en promedio, un 29% menos que sus pares masculinos, brecha que se amplía para quienes tienen un empleo informal, alcanzando un 35,6%. La mitad de quienes no consiguen empleo son jóvenes de hasta 29 años y, entre estas personas, son las mujeres quienes enfrentan las tasas más altas de desocupación de toda la economía, con un 23%.

La tasa promedio de la participación de las mujeres en el mercado laboral es de 49,2%, 21% más baja que la de los hombres, ubicada en 71,2%. Además de las brechas de ingresos, se observan la existencia de barreras para la participación de mujeres en determinados empleos y para el acceso a puestos jerárquicos: los hombres constituyen el 57% del total de los ocupados. De ellos, el 8,5% tienen puestos de jefatura o dirección, mientras que este porcentaje en mujeres es del 4,7%.

Hoy como mujer emprendedora en tecnología me enfrentó también a grandes desafíos en este sentido. Según los datos de Crunchbase, el financiamiento para startups fundadas solamente por mujeres pasó de $14 millones en 2019 a 0 en 2020. Para equipos mixtos, la historia no es distinta representaron solo el 13,7% de toda la inversión en América Latina, el resto del capital invertido fue para startups con fundadores hombres.

Lorena Giorgio - Economista jefa en Equilibra

Lorena Giorgio
Lorena Giorgio

A pesar de los tiempos en los que vivimos, es cierto que para una mujer es más difícil alcanzar algún tipo de reconocimiento en ambientes en los que predominan los hombres, como el de la economía. Se nos exige estar mucho más preparadas y se nos pone a prueba todo el tiempo. Algo que no pasa con los hombres regularmente. Pero yo, más que un obstáculo, lo tomo como un desafío y una oportunidad para superarme día a día.

El llamado techo de cristal todavía sigue existiendo en muchos ámbitos. Pero más que derribarlo creo que, de a poco, está desapareciendo. No sólo por el cambio generacional, sino porque las mujeres venimos demostrando que podemos ocupar los mismos cargos que los hombres y desarrollar nuestras tareas de igual o mejor manera. Y que la maternidad no es un impedimento para nuestro desarrollo profesional. Todos esos son prejuicios que, por suerte, están quedando atrás.

“Se nos exige estar mucho más preparadas y se nos pone a prueba todo el tiempo”

La brecha de género a nivel local todavía se refleja en dos aspectos: el salario y las posiciones en altos rangos. Todavía hay diferencias salariales entre mujeres y hombres que ocupan un mismo cargo, y en los directorios de empresas, o cargos de elevada jerarquía, la balanza se inclina marcadamente a favor de los hombres.

Nunca me sentí relegada por ser mujer. Pero, especialmente en mis primeros años como profesional, sentí que tenía que fundamentar doblemente mis opiniones y argumentos para que fueran tomados en cuenta del mismo modo que los de un hombre. No bastaba levantar la voz para hacerme escuchar. En los últimos años esto cambió por completo. De la mano del avance de la idea de paridad de género me empezaron a dar un lugar mucho más importante tanto en el ambiente como en los medios.

Claudia Boeri - CEO de SAP Región Sur

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En estos últimos años la cultura empresarial en Argentina ha cambiado mucho, y cada vez hay más oportunidades para que las mujeres se sumen al mundo laboral profesional, para que definan sus objetivos de desarrollo para alcanzar sus sueños, y también para participar en posiciones de liderazgo. La contraparte es que ahora también son las mujeres que quieran crecer en sus trabajos las que deben dar el paso y asumir nuevos desafíos.

Todavía hay prejuicios que operan a la hora de juzgar a una mujer, como por ejemplo, si levanta la voz es masculina, pero si no lo hace carece de autoridad, o si está cerca de su equipo es maternal en lugar de empática. También se ve que se le exige más que a un hombre en el mismo puesto o, al revés que es igual de negativo, y todavía vemos a las mujeres pidiendo una menor remuneración para el mismo puesto. El desafío de la mujer en el mundo de los negocios es el de encontrar y sostener el propio estilo de liderazgo, generando la confianza (y autoconfianza) para ser escuchada y valorada por la propia capacidad, sin que el género sea lo único que condicione esa valoración.

“En estos últimos años la cultura empresarial en Argentina ha cambiado mucho, y cada vez hay más oportunidades para que las mujeres se sumen al mundo laboral profesional”

Seguimos siendo pocas las mujeres en el club de las CEOs, aunque somos más que antes. Y eso se traduce también en las posiciones de dirección. Luego está el tema salarial que si bien ha ido mejorando, según informes del BID, apenas un 15% de las firmas mide y analiza la existencia de brechas salariales dentro de su organización. Y es sabido que para que algo tenga relevancia debe ser medido y luego gestionado.

Soledad Moll - Directora de la Mobile Marketing Association (MMA) para América Latina Hispana

Soledad Moll
Soledad Moll

Generalmente no se tienen en cuenta a las mujeres para posiciones de altos mandos, incluso en muchas empresas ni se las considera. Muchos estudios sobre el tema dan cuenta de que se convoca a muchas menos mujeres para posiciones C-level y que a las que sí convocan se les exige más: más trayectoria, más habilidades, más tiempo, más trofeos. Sumado a ello, la brecha salarial es del 30%. Todo eso es cierto y no podemos desconocerlo, pero también creo que es momento de dejar de hablar de diversidad e inclusión solo con el foco puesto en género y abarcar el concepto con una mirada más amplia. La diversidad étnica, etaria, cultural, religiosa. Es crucial hacer hincapié en las acciones concretas que las empresas llevan a cabo y ya no en el discurso.

A nivel local se nota una evolución, pero todavía queda mucho camino por recorrer. Se necesitan espacios donde se les dé oportunidades a mujeres para ocupar posiciones más estratégicas y que generen impacto en las compañías. Hay un pequeño y reciente terreno ganado por las mujeres en posiciones C-Level, en muchos casos generados por la presión social, pero aún persiste brecha salarial y de oportunidades en muchos sectores.

Me tocó recibir destrato en muchas ocasiones por parte de los hombres, en donde mi palabra u opinión no tenía espacio. Las oportunidades de ascenso se focalizaron en ellos, sin tener la posibilidad de que me consideren, aún con las mismas o mayores capacidades. En MMA encontré un espacio trabajo en equipo y oportunidades de desarrollo y crecimiento, desde donde promover y construir en un escenario de inclusión y respeto sin barreras de género o de otro tipo.

Nazira Curi - Directora de Finanzas del Grupo Posadas

Nazira Curi
Nazira Curi

Creo que los obstáculos para la mujer, hoy día, son fundamentalmente las autolimitaciones que cada mujer profesional enfrenta, por la supuesta “inferioridad” de condiciones al momento de disputar un cargo o posición en determinada organización. Digo “supuesta” porque en los hechos esta inferioridad no existe, solamente se trata de un prejuicio que afecta y condiciona el comportamiento de cualquier ser humano en su desarrollo profesional.

El “techo de cristal” lo veo como una construcción relacionada justamente con esta “pared” o límite inexpugnable que si bien se condiciona desde afuera, tiene su nacimiento y se alimenta del fuero interior de cada persona. Es falso que exista solamente en el sexo femenino, no es una cuestión de género, cualquier persona debe batallar y lograr vencer sus inseguridades y disputar cada posición en una organización sin mirar a quien tiene enfrente. Aunque suene a verdad de perogrullo, creo que siempre el desafío es con uno mismo, si uno logra superar sus miedos y vencer sus inseguridades, el techo de cristal no es obstáculo para el desarrollo profesional. Esa es la clave.

“Vemos un gran avance e inserción de mujeres en cargos directivos y gerenciales que hubiera sido inimaginable hace 30 o 40 años”

Nuestra sociedad, a diferencia de lo que podemos ver en otros países, refleja esta problemática fundamentalmente a través de esta creencia tan arraigada de que la mujer debe ocuparse solamente de asuntos relacionados con menesteres familiares, domésticos etc. Valga la aclaración de estos asuntos, tienen igual o mayor importancia que cualquier otro en un estructura familiar. Sin embargo, durante mucho tiempo esta dedicación exclusiva de la mujer a dichas ocupaciones impidió su desarrollo en actividades profesionales dentro de empresas. Vemos un gran avance e inserción de mujeres en cargos directivos y gerenciales que hubiera sido inimaginable hace 30 o 40 años. Creo que la tendencia es esta y la supuesta desigualdad se va mostrando como una construcción mental, una ilusión que poco a poco desaparecerá.

Normalmente en la gestión de una empresa, se pueden dar situaciones incómodas en las relaciones interpersonales necesarias para la realización de gestiones, trámites burocráticos, etc., donde muchas veces el interlocutor actúa en forma diferente según se trate de un hombre o una mujer quien interactúa; no es nada que no se pueda superar con un poco de paciencia, pero aún existen en ciertos lugares ciertos “tratamientos diferenciales” y es una responsabilidad de todos crear las condiciones para que cualquier profesional que desempeña una función, sea hombre o mujer, reciba exactamente el mismo trato y respeto.

Candelaria Varela Boullón - Directora en Alpréstamo y DKS

Candelaria Varela Boullón
Candelaria Varela Boullón

Particularmente en el mundo de la publicidad, siempre hubo una fuerte presencia de los hombres en cargos jerárquicos. Si bien hoy en día esta tendencia está virando y cada vez hay más mujeres ocupando posiciones importantes, históricamente en este rubro como en muchos otros, sigue predominando el género masculino ocupando cargos de liderazgo.

En este sentido, en el mundo laboral, el principal obstáculo que se presenta es poder derribar esta tendencia y poder ganar más espacios y cambiar el mind setting de las personas a la hora de contratar y ascender en el marco laboral.

Sin dudas podemos decir que existe el techo de cristal pero en muchas ocasiones resulta difícil darse cuenta de la presencia del mismo ya que está ligado a la estructura de la sociedad, por lo que se necesita un cambio profundo para erradicarlo. Algunas de las claves para derribarlo pueden ser dar a conocer en las organizaciones la presencia de esto, visibilizar y encontrar alternativas para que el lugar de la mujer se tenga en cuenta al igual que el del hombre. La educación resulta clave para romper con los roles de género y las expectativas que se tienen.

Ya hace tiempo, se puede ver que con la llegada a puestos de poder de una minoría se transforman en ejemplo de que es posible ser iguales. Esa es la dirección.

“La educación resulta clave para romper con los roles de género y las expectativas que se tienen”

La brecha de género a nivel local se ve reflejada en la diferencia existente de la presencia de mujeres en cargos directivos en comparación a los hombres, en la desigualdad de salarios por el mismo trabajo, como así también muchas veces en las oportunidades de ascenso e ingreso en determinados sectores.

La brecha se da en diferentes ámbitos por lo que es una cuestión estructural a ser trabajada a nivel general.

En mi caso particular, a lo largo de mi vida profesional nunca viví la experiencia de ser relegada o no poder ocupar un puesto de liderazgo por ser mujer. En todas las organizaciones en las que trabajé prevalecía el ascenso a partir del desenvolvimiento personal más allá del género, pero sí soy consciente de la existencia de que esto sucede a partir de escuchar otras experiencias.

Laura Gaidulewicz - Directora de la Escuela de Negocios Binden Group

Laura Gaidulewicz
Laura Gaidulewicz

Los obstáculos recorren los diferentes aspectos que hacen a la vida laboral y el desarrollo económico de las mujeres. Desde la menor participación en el mercado de trabajo, la sobre representación en las actividades económicas menos valoradas (por ejemplo, el servicio doméstico o el comercio minorista) y la sub representación en las más valoradas (aquellas vinculadas a la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas), la brecha salarial y el reducido porcentaje de mujeres en posiciones de alta dirección, por citar algunas.

El techo de cristal existe en la medida que las empresas tienden a tener menos del 30% de mujeres en cargos directivos y en Argentina, según la CNV, el porcentaje de mujeres en los directorios de las empresas que integran el mercado de capitales es de alrededor del 11%, cifra que se ha mantenido relativamente estable en la última década. Mover la aguja no viene siendo fácil.

“El porcentaje de mujeres en los directorios de las empresas que integran el mercado de capitales es de alrededor del 11%, cifra que se ha mantenido relativamente estable en la última década”

Las brechas atraviesan cada esfera social e impacta en los derechos de las mujeres en relación a su cuerpo, a su capacidad de decidir, a su desarrollo económico. En los informes comparativos, Argentina ha hecho importantes avances en lo legislativo y viene desarrollando diferentes acciones desde el sector público, privado y tercer sector. El desafío sería articular esas acciones para potenciar el impacto, medir de manera consistente (en eso estamos aún muy lejos de contar con la información que deberíamos tener y difundir), y priorizar el trabajo sobre las mujeres en situación de pobreza, tanto urbana como rural, porque es allí donde las brechas se profundizan aún más, sobre todo, en el contexto actual.

Tuve la oportunidad de ocupar posiciones de alta dirección siendo muy joven y en un contexto donde hablar de la igualdad de género parecía desempolvar discursos feministas y luchas que habían quedado en el pasado. Antes negaba esos sesgos y me mimetizaba con las reglas de juego netamente masculinas de los negocios. Hace diez años empecé un proceso de revisión de mi misma y del funcionamiento de las organizaciones que me lleva a visibilizarlos y a trabajar día a día para que las mujeres tengan la oportunidad de ser y hacer lo que desean auténticamente, más allá de los mandatos y estereotipos.

Gabriela Bravo - Directora Industrial en Danone Lácteos (Planta Longchamps)

Gabriela Bravo
Gabriela Bravo

Existen muchos obstáculos y sesgos que las mujeres enfrentamos a nivel laboral. Sin embargo, considero que no necesitamos que se nos trate distinto, sino simplemente igual; incluyéndonos y recibiendo las mismas oportunidades que todos.

Estoy convencida de que, para superar barreras, hay que hacerlo siempre con determinación y firmeza. Esos techos de cristal o barreras también se derrumban con nuestra autoexigencia, eliminando las imposiciones de otros y las nuestras mismas; es necesario trabajar muy duro, ponerse desafíos para probarse que, si es posible, dar el máximo y lograr los resultados que nos permitan tener esas otras experiencias y oportunidades. La ambición, el deseo y el esfuerzo para alcanzar nuestros objetivos y metas van por nosotras mismas, así también podemos ayudar a otras mujeres e inclusive hombres a entender que si es posible.

“Considero que no necesitamos que se nos trate distinto, sino simplemente igual; incluyéndonos y recibiendo las mismas oportunidades que todos”

Debemos animarnos a ir por más, en su momento yo misma tuve que ir a buscarlo, proponer y ponerlo sobre la mesa. Muchas veces fue incomodo, pero definitivamente salir de la zona de confort es una señal de que estás haciendo algo por tu desarrollo.

Florencia Valdes - Sr. Brand & Communications Manager en MODO

Florencia Valdes
Florencia Valdes

Creo que los mayores obstáculos a los que nos enfrentamos las mujeres hoy tienen que ver con la maternidad y la promoción a niveles ejecutivos. Si bien cada vez son más las compañías que acompañan a las mujeres en este sentido, todavía hay muchísimas que tienen la posibilidad de hacerlo.

Cumplir un horario de 9 a 18, ser madre, ocuparse de las tareas del día a día y lograr un equilibrio de la vida laboral con la personal es realmente un desafío. Es necesario que desde las organizaciones se tomen decisiones y se avancen iniciativas que hagan el camino menos duro para todas. El techo se está haciendo cada vez más lejano.

“Cumplir un horario de 9 a 18, ser madre, ocuparse de las tareas del día a día y lograr un equilibrio de la vida laboral con la personal es realmente un desafío”

Las organizaciones van tornándose más igualitarias porque entienden que las mujeres somos necesarias por nuestra mirada del mundo, intuición, punto de vista, eficiencia y por supuesto compromiso y dedicación.

Si bien creo que se ha mejorado muchísimo, el salario y los cargos ejecutivos son dos temas donde se sigue viendo la brecha de género en Argentina. Una falta de equilibrio que muchas veces resulta en desmotivación, baja productividad y alta rotación, entre otras consecuencias.

Hace algunos años sí pasé por una situación que me decepcionó. Me encontré trabajando en una empresa liderada desde sus comienzos por hombres, donde no me sentí escuchada y en la que confirmé que estaba siendo relegada cuando fui mamá. No tuve la contención que esperaba de parte de la organización y volver luego de mi licencia fue muy difícil, por lo que finalmente fui por nuevos desafíos.

Nora Mosso - Gerente Área Marketing SanCor Salud

Nora Mosso
Nora Mosso

A pesar del trabajo cada vez más visible de diversos grupos, que bregan por la igualdad de los derechos y oportunidades de las mujeres, se observa que en los últimos años en Latinoamérica la brecha laboral en términos de género se ha ampliado. En Argentina persisten situaciones desfavorables respecto a la accesibilidad y a las oportunidades de desarrollo y crecimiento. La desigualdad de género es una realidad que se refleja de manera directa en la situación de empleo e ingresos de las mujeres de todo el mundo, en relación con los varones.

Claramente, si bien son diversas las empresas en Argentina que promueven nuevas oportunidades en cuestiones de género, incluso generando programas que buscan el equilibrio entre lo laboral y lo personal… aún hay un largo camino por recorrer.

“En Argentina persisten situaciones desfavorables respecto a la accesibilidad y a las oportunidades de desarrollo y crecimiento”

En el Grupo SanCor Salud somos más de 2000 personas en todo el país, de las cuales un 63% somos mujeres. Somos conscientes de que tenemos la capacidad de alcanzar a muchas personas y dejar una huella en la comunidad. Es por ello que trabajamos desde hace varios años en políticas integrales y transversales enfocadas en la igualdad de género.

A lo largo de mi trayectoria laboral estuve expuesta a distintas situaciones, en aquellos momentos más naturalizadas, tuve la experiencia de sentir el peso de las barreras invisibles del techo de cristal, situaciones con predominancia de normas no escritas y de estereotipos que marcaban favorabilidad hacia las posiciones masculinas.

Con la convicción de no tomar el lugar de víctima ni un espacio de inferioridad me fui fortaleciendo con un nuevo empoderamiento, donde la confianza en uno mismo es fundamental. Eso posibilitó que surja una nueva líder, más fortalecida y enfocada a descubrir nuevas oportunidades de desarrollo y transformación que me generaran pasión.

Lorena Basso - Presidente de Semillas Basso y de la Asociación de Semilleros Argentinos

Lorena Basso
Lorena Basso

Todavía hay prejuicios culturales respeto de las posiciones que puede ocupar una mujer y eso se refleja en los bajos porcentajes de participación de las mujeres en muchos sectores de la economía. Tenemos que trabajar mucho en dos cuestiones muy importantes: garantizar las mismas oportunidades para todas las personas en el acceso al trabajo y a lo largo de toda la carrera laboral.

En general si hay techo y agrego que hay paredes de cristal. La clave es sensibilizar para que todos tomemos conciencia de la problemática, pongamos el tema en agenda y tratemos de generar cambios. Existen herramientas muy útiles para generar cambios como la aplicación de manuales de Buenas Prácticas de Genero, por ejemplo.

En algunos sectores como el agro que es donde trabajo cualquier encuesta disponible nos indica que las mujeres ocupamos menos del 20% de los puestos laborales. Como en cualquier otro sector, hay brechas salariales y de beneficios. Es un tema muy simple de solucionar, aplicando políticas claras respeto de salarios-benéficos, así como su el monitoreo constante de nóminas.

Como tantas otras mujeres, si he tenido situaciones que quisiera que no vuelvan a repetirse. ¿Qué hice? Volver a intentarlo.

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