Rechazo provincial y “fuego amigo” contra los dos proyectos económicos que presentó el Gobierno después de las PASO

La crisis política en el seno de la coalición oficialista se fagocitó la presentación del Proyecto de Ley de Promoción de Inversiones Hidrocarburíferas, uno de los anuncios con los que, en la semana previa a su debacle en las PASO, el Gobierno pensaba celebrar el triunfo que no obtuvo. El otro era el Presupuesto, que por ley debe presentarse a más tardar el 15 de septiembre del año previo al que se aplica.

Los dos textos pasaron relativamente desapercibidos en el vendaval de audios, tuits, cartas y cambios ministeriales y el de Hidrocarburos fue lisamente tildado de inconstitucional por Omar Gutiérrez, el gobernador de Neuquén, cuyo subsuelo abarca el grueso de Vaca Muerta, la principal joya energética de la Argentina.

“Salvo en Neuquén, se está registrando un declino en la producción de petróleo y eso, producto del desarrollo de Vaca Muerta, no es casualidad”, señaló Gutiérrez el día después de la presentación del proyecto en un acto que había encabezado el propio presidente Alberto Fernández en el Museo del Bicentenario, acompañado por el titular de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, los ministros Martín Guzmán y Matías Kulfas, el secretario de Energía, Darío Martínez, y en presencia de varios gobernadores provinciales.

Neuquén, dijo Gutiérrez, “produce el 55% del petróleo y el 40% del gas de todo el país y de esa producción el 80% es no convencional. Esto implica que el 32% del gas y el 40% del petróleo del país salen de Vaca Muerta”. Munido de esos pergaminos y del triunfo electoral de su partido, el Movimiento Popular Neuquino, en las PASO, el mandatario atacó el proyecto oficial. “Si un artículo establece que se va a crear una comisión para aprobar las inversiones, en esa comisión tienen que estar sentados los dueños de los recursos, con voz y voto, porque tenemos el derecho de decidir sobre esas inversiones”, dijo. Y subrayó: “vemos dos o tres artículos que están avasallando, de manera inconstitucional, el derecho de las provincias”.

También el ministro de Energía de Mendoza, Enrique Vaquié, rechazó explícitamente el proyecto oficial, al que consideró “un avance sobre las decisiones provinciales”. El funcionario criticó la complejidad del proyecto que, dijo, “crea regímenes distintos, dos programas, dos fondos, un fideicomiso, una comisión y un consejo”, pero “sigue sin resolver el problema de fondo de todo esto, que es la estabilidad, las condiciones macroeconómicas y la previsibilidad del país” y –remarcó- “avanza en la autoridad de aplicación de la Nación por sobre las provincias”.

Los “dos o tres artículos” que rechazan expresamente Neuquén, Mendoza y otras provincias productoras son los 41 a 43 del “Régimen Especial de Promoción para Proyectos de Exploración, producción, industrialización, almacenaje y/o transporte de Hidrocarburos y derivados (REPPH)”, 1 de los 8 regímenes especiales que establece el proyecto, un mamotreto de 50 páginas y 12 Títulos (cada uno con sus respectivos “Capítulos”), que en sus artículos 41 a 43 (de los 115 que tiene la norma) crea el “Consejo de Inversiones Hidrocarburíferas”, integrado por 1 representante del ministerio de Economía, 1 del de Desarrollo Productivo y 1 del de Interior de la Nación, que tendrán la potestad de “evaluar, aprobar o rechazar” los proyectos, “proponer y evaluar requisitos iniciales diferenciales para proyectos de carácter estratégico” y “auditar la ejecución del proyecto en complemento con la fiscalización regular”.

Las 10 provincias agrupadas en la Organización Federal de Estados Productores de Hidrocarburos (Ofephi) serían convidadas de piedra de decisiones de 3 funcionarios de Nación que se limitarán a “consultarlas” para decidir sobre recursos que, según la Constitución Nacional, les pertenecen a ellas.

“Nos hubiera gustado tener la posibilidad de opinar previamente” sobre el proyecto, dijo Gutiérrez, el gobernador neuquino. Y chuceó: “Mucho más cuando la autoridad de aplicación a nivel nacional (por Darío Martínez) es neuquina”. De hecho, en las PASO provinciales el Frente de Todos fue un distante tercero.

El proyecto hidrocarburífero y la ley de leyes también recibieron “fuego amigo”; un texto alineado con el ala K en la interna oficialista, publicado en el portal “El Cohete a la Luna” por Horacio Verbitsky señaló que el hecho de que Cristina no haya exigido la cabeza de Guzmán “no implica que el kirchnerismo vaya a convalidar” su presupuesto, que contempla un aumento del 33% de las tarifas públicas. Y de la iniciativa hidrocarburífera dice que “podría consolidar la dolarización de la energía, incluyendo el gas, lo cual sería un obstáculo a su posible uso para el crecimiento industrial”.

El momento no ayudó e incluso dejó a contrapié posteos del presidente, que después de la presentación del proyecto sobre hidrocarburos tuiteó “es tiempo de aprovechar el potencial energético que tenemos y así, ser más soberanos”, explicó que “la ley prevé 20 años de estabilidad fiscal para quienes invierten” y aseguró que “el Estado, las provincias, los empresarios y trabajadores nos unimos en este proyecto, más allá de toda diferencia”.

Ni las provincias parecen unidas a la iniciativa ni el presidente estaba aún enterado de que ya le habían renunciado 10 funcionarios del ala K, 6 de ellos ministros, incluido el de Interior, Eduardo de Pedro, al que amagó con eyectar pero terminó ratificando en su remendado gabinete.

En cuanto a la intención de Guzmán de podar los subsidios a la energía y llegar, como dice el presupuesto, a que en 2022 las tarifas cubran 43% del costo de prestación de los servicios, el último informe de “Tendencias” del Instituto Argentino de Energía apunta que las cosas van al revés. En electricidad, en enero las tarifas cubrían el 44% del costo y en julio el 28,5%, inercia dura de torcer para un ministro y un gobierno debilitados.

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