“Lo importante de los testeos no es solamente una cuestión de cantidad sino de calidad; calidad de testeos y de las políticas sanitarias”, aseguró Roberto Debbag, médico infectólogo y vicepresidente de la Sociedad Latinoamericana de Infectología Pediátrica quien criticó la política sanitaria para combatir la variante delta del coronavirus implementada por el Gobierno Argentino el pasado viernes 25 de junio.
“La reducción del cupo de pasajeros de 2.000 a 600 no es una política sanitaria adecuada”, sentenció el especialista en un evento virtual de BLC Legal.
Si no armo adecuadamente las estrategias sanitarias de testeo, reducir de 2000 a 600 pasajeros que pueden ingresar al país no tiene sentido
Las razones, explicó, son que cuando un pasajero arriba al país, lo hace con un PCR negativo hecho 72 horas previas al embarque, hasta este punto no hay problemas, pero al llegar al país se hace el test de antígenos. “Sería correcto si fuese un test PCR en Ezeiza en vez del test de antígenos de 15 minutos”, detalló y agregó que “independientemente del laboratorio que las realice, la recomendación estatal es que se hagan test de antígenos”.
Ante la consulta sobre las diferencias entre uno y otro testeo, el médico explicó que una persona portadora de Covid-19 que se realiza un test de antígenos tiene un 60 por ciento de probabilidades de dar positivo, por lo cual hay “entre un 30% y 40% de que una persona portadora del virus de negativo y no sea detectada”.
Debbag dijo que si en el aeropuerto de Ezeiza el gobierno exigiera un test PCR, el cual puede arrojar el resultado en 3 horas aproximadamente, en vez del test de antígenos; podría hacerse un control mucho más eficaz de las personas portadoras que ingresan al país.
Su sugerencia es que esto se implemente y que se realicen controles más severos a los viajeros que llegan al país. “A los viajeros los puedo mandar a su casa, les realizo un seguimiento a través de una aplicación, o por teléfono, incluso con controles presenciales, y si arroja resultado positivo los notifico que deben hacer cuarentena obligatoria. A los que no den positivo se les recomendaría realizar y si comienza a tener síntomas se les deberían realizar nuevos estudios y estudios genómicos”, aconsejó.
La ventaja del test de antígenos es mucho rápido y otra de las dudas de los últimos días es hacer seguimiento genómico y no sólo de los extranjeros, sino también de todos los que ingresen o regresen al país. Es vital el seguimiento epidemiológico que se les aplique a las personas que viajaron, para detectar cepas, asegurar aislamientos, hacer tests cuanto estos terminen y otras estrategia más allá del “debate” PCR vs antígenos.
A mediados del pasado junio, según relevamientos de la Dirección Nacional de Migraciones, cerca de un 40% de las personas procedentes del exterior no cumplieron con la cuarentena obligatoria una vez ingresados al país. Este hecho fue en parte motor de la Decisión Administrativa 643/2021 del pasado 25 de junio que impuso el “cepo aéreo”.
“Si no armo adecuadamente las estrategias sanitarias de testeo, reducir de 2000 a 600 pasajeros que pueden ingresar al país no tiene sentido”, sentenció el Debbag.
En este sentido, expresó que poner restricciones en un aeropuerto para combatir la variante Delta, en un país que cuenta con aproximadamente 15.000 kilómetros de frontera terrestre no tiene mucha lógica. Recordó que Chile y Brasil, dos países vecinos, ya tienen casos de esta variante en circulación. Si bien hoy las fronteras con ambas naciones están cerradas, el experto en infectología advirtió sobre la reactivación de la circulación comunitaria.
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