La visita a la Bombonera con 12 años y qué le dijo Riquelme para convencerlo: la historia detrás de por qué Cavani decidió jugar en Boca Juniors

La estrategia de Román para que el uruguayo diera el brazo a torcer y aceptara vestir la camiseta azul y oro

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La historia detrás de la decisión de Cavani de jugar en Boca
La historia detrás de la decisión de Cavani de jugar en Boca

Los preámbulos se agotaron y esta noche Edinson Roberto Cavani se pondrá la camiseta de Boca Juniors por primera vez para jugar un partido en La Bombonera. Luego de lo que fue la multitudinaria presentación la semana pasada, en vísperas de la ida de los octavos de final de la Copa Libertadores contra Nacional en Montevideo, ahora el flamante número 10 azul y oro quedó a la expectativa del estreno frente al público boquense, que se ilusiona con gritar goles suyos lo antes posible. Y para que este anhelo se concretara, hubo una historia detrás.

Personal y familiar, del lado del futbolista. De trabajo, perseverancia y paciencia, por parte de Juan Román Riquelme.

En su Salto natal, Edi guarda recuerdos de los picados en el campito y también del seguimiento a la campaña del Boca de Carlos Bianchi a fines de los 90 y principios del 2000. Con sus hermanos Christian y Walter, más su papá Luis, todo siempre giró en torno a la pelota. Y el denominador común en la casa siempre fue el Xeneize, un club neutral frente a la interna familiar que despertaba el clásico entre Nacional y Peñarol, pasiones que los dividen pero no separan.

El espigado pibe que militó en una filial de Nacional de Montevideo antes de ser fichado en las juveniles de Danubio sintió un flechazo cuando tenía 12 años y visitó La Bombonera por primera vez. Boca transitaba su etapa dorada de la mano del Virrey y a Edinson, que venía de alentar por TV a su ídolo Gabriel Omar Batistuta en el Mundial de Francia 98 (en el que estuvo ausente Uruguay), algo se le despertó internamente en esa excursión.

Edison Cavani recordó la historia de su primera vez en La Bombonera y la desilusión de no poder pisar la cancha aquella vez

“Es una anécdota muy linda que la recuerdo siempre. Se armó un equipo para venir a competir a Buenos Aires cuando estaba en inferiores y una de las visitas que teníamos para hacer era el Museo de Boca. Nosotros estábamos felices porque íbamos a poder salir a la cancha, la ilusión era muy grande. Pero antes de salir, nos comunicaron que no se podía pisar la cancha y solamente podía verse el estadio desde las tribunas. Se te pasan mil cosas por la cabeza. Deseaba poder pisarla y estar ahí, aunque nunca me imaginé lo que iba a pasar en mi carrera, confesó en el día de su presentación.

Recién dos décadas más tarde, Cavani experimentará lo que es correr sobre el césped del Alberto J. Armando, escenario que se pobló en buena parte para recibirlo y que explotará esta noche para la revancha entre Boca y Nacional por la Libertadores. Lo cierto es que cuando tenía 19 años, otro fallido del destino lo acercó a la Ribera antes de ser catapultado a Europa para triunfar.

El Matador años debutó profesionalmente a los 18 años en Danubio y se consagró campeón local en la temporada 06/07. Fue capitán de la selección uruguaya Sub 20 que consiguió el pasaje para el Mundial de la categoría en Paraguay, en aquel Sudamericano 2007 en el que Argentina derrotó 1-0 sobre la hora a la Celeste y la privó de competir en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008. Tras su exhibición en el torneo de Asunción, surgió la chance de firmar en Boca. Cavani cautivó a varios emisarios europeos y en el Xeneize lo valoraron como una buena apuesta a futuro. Pero Miguel Ángel Russo contaba en su plantel con un vigente Martín Palermo, Rodrigo Palacio, Bruno Marioni y un joven Mauro Boselli en la ofensiva. Las crónicas de la época marcan que Pedro Pompilio había acercado una oferta de 1.200.000 dólares a Danubio por el 50% del pase, pero el club uruguayo finalmente concretaría la venta más importante de su historia con el Palermo de Italia, que desembolsó más de 4 millones de euros por la totalidad de su ficha.

Cavani fue goleador del Sudamericano Sub 20 en 2007 con siete tantos (AFP PHOTO/Juan MABROMATA)
Cavani fue goleador del Sudamericano Sub 20 en 2007 con siete tantos (AFP PHOTO/Juan MABROMATA)

La monstruosa trayectoria de Cavani significó un paréntesis en su historia de afecto con Boca. Sus goles en Palermo y Napoli, tierra en la que vivió sensaciones como en su arribo al Xeneize, más siete temporadas en París Saint Germain tirando paredes con las máximas figuras del fútbol mundial, convirtieron aquel viejo sueño en una utopía. Contratar a una figura internacional no surgida en la cantera del club que hasta allí había disputado tres Copas del Mundo y se preparaba para Qatar 2022 era prácticamente imposible. Sin embargo, esa pasión a la lejanía que despierta la mística Boca se reflejó en el italiano Daniele De Rossi, quien sembró una semilla a futuro.

Con el boom del Tano en Argentina en 2019, se tornó frecuente que a diversas estrellas del deporte se les consultara por su inclinación: Boca o River. Y la declaración que hizo Cavani ese mismo año hizo mucho eco en la Ribera: “Para mí Boca es un equipo que me tira, viste. Que me gusta. Yo quiero ir como el Manteca Martínez, a colgarme del tejido”. Riquelme, que por entonces no estaba decidido a participar activamente en la política de la institución, tomó nota y se guardó esa carta. Para fines de ese año, Román formó parte de la lista ganadora liderada por Jorge Amor Ameal y fue formalizado como vicepresidente segundo luego de las elecciones.

A los pocos meses, empezaron los primeros contactos. Cuando el contrato del uruguayo con PSG venció, Riquelme le abrió las puertas a mediados de 2020 -en plena pandemia por el coronavirus- y Cavani optó por permanecer un tiempo más en el Viejo Continente. Firmó por dos años en Manchester United para actuar en otra de las ligas top que le faltaba tildar en su lista. Recién llegado a territorio británico, comenzó a madurar la intención de Edinson de jugar en Boca. Probablemente la lejanía y el fuerte contraste cultural potenciado por el COVID-19 lo hizo ablandar. En diciembre de ese año ya le había revelado a Riquelme que tenía muchas ganas de ponerse la azul y oro.

Cavani se estrenará esta noche con la camiseta azul y oro (Luciano Gonzalez)
Cavani se estrenará esta noche con la camiseta azul y oro (Luciano Gonzalez)

El ídolo aprovechó al compatriota de Cavani, Sergio Manteca Martínez, como interlocutor para meterle fichas y tentarlo. El ex delantero, como cuando estaba con confianza dentro del área, no falló y también le tocó al corazón. En mayo de 2021, cuando se avecinaba un nuevo mercado de pases pero Edinson todavía tenía un año más de vínculo en el United, Riquelme contó cuál fue el mensaje que le transmitió: “Nosotros lo único diferente que le podemos ofrecer a Europa es que, cuando la cancha está llena, el piso se mueve. Es lo único distinto que tenemos nosotros para ofrecerle”. Y además, le guardó su dorsal predilecto, el número 7, antes de que el Changuito Zeballos explotara y se lo ocupara. Así fue que terminó heredando la 10 que lució algún día el vicepresidente.

“Las cosas se dan cuando se tienen que dar”, mencionó Cavani el día de su presentación, frase que argumenta por qué no llegó antes al club siendo que los mensajes de Riquelme se registraron de forma asidua. A mediados del año pasado, a seis meses del Mundial de Qatar, desde el Predio de Ezeiza volvieron a endulzarle el oído, pero apareció el Valencia de España y se lo quedó. “Las palabras de Román siempre fueron las mismas. Y, a medida que pasa el tiempo y se mantuvieron, eso demostró la confianza que tenían en mí. Eso te motiva y empuja a decidirte de una vez”, dijo ahora.

Disputó cuatro Mundiales, ganó un título continental con su selección nacional (la Copa América 2011 paradójicamente en Argentina), militó en las mejores ligas de Europa (Italia, Francia, Inglaterra y España), es uno de los máximos goleadores de la actualidad y el uruguayo con más trofeos de la historia. A los 36 años, a Cavani solamente le restaba cumplir un sueño y era meter un gol con la camiseta de Boca puesta y treparse al alambrado para celebrarlo de cara a los hinchas. Los fanáticos rezan desde hoy temprano para que el primero de ellos sea esta noche.

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