Por qué el silencio sobre la salud de Michael Schumacher pone en riesgo sus finanzas y su tratamiento

Los patrocinadores desconocen en absoluto su estado de salud y comienzan a retirarle el apoyo

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Schumacher está internado desde fines del 2013 tras el accidente que sufrió (Reuters)

El estricto y resonante silencio es la manera elegida de comunicar por la familia y el reducido entorno de Michael Schumacher con respecto a su estado de salud desde el 29 de diciembre del 2013, día en que sufrió un accidente esquiando por los Alpes franceses. Esa estrategia se está convirtiendo en un viento en contra en la vida del piloto, causando la desconfianza de sus principales patrocinadores, claves para mantener su costoso tratamiento.

Según el periódico ABC de España, las empresas que decidieron prorrogar los contratos con el alemán se quejan por lo bajo de la falta de información. Su mujer Corinna, asesorada por la manager del deportista, Sabine Kehm, decidieron realizar un cerco absolutamente hermético alrededor del Kaiser. Los socios y amigos del heptacampeón de Fórmula 1 no pueden acceder a él, a pesar de que demandan constantemente conocer qué sucede. El misterio se transformó en una constante en los últimos 1120 días.

"El hecho de no disponer siquiera de datos generales sobre su estado ha ido incomodando progresivamente a los patrocinadores, y su paciencia se está agotando", consigna el medio. Los hechos que acompañan esta afirmación están asociados a que en la última semana otras dos marcas retiraron el apoyo al hombre de 48 años, que lleva más de tres postrado.

Quienes decidieron correrse del círculo de patrocinadores en los últimos días fueron el fabricante de puertas alemán Hormann y la marca de relojes Audemars Piguet, que también retiró una línea de relojes en su honor. Con anterioridad habían tomado la misma determinación Jet Set, Navyboot, Rosbacher y Erlinyou.

Lo único oficial que se conoció con respecto al cuadro médico de Schumi se refiere al primer diagnóstico surgido desde el hospital de Grenoble: traumatismo craneoencefálico, con hematomas intracraneales y edema cerebral difuso. Debió ser operado en dos ocasiones y estuvo en coma inducido a lo largo de seis meses, antes de que lo trasladasen a su casa en Gland, Suiza.

"La familia no pierde la esperanza", fueron las únicas palabras que lanzó su amigo Ross Brawn, quien estuvo a su lado en los siete títulos como corredor, cuando se convirtió en uno de los pocos cercanos que pudo sortear las barreras de la familia Schumacher y visitó al histórico piloto en su internación.

Lo cierto es que mientras otras empresas renegocian los contratos y reducen los montos que pagan por asociar su imagen a la del piloto, sólo la compañía económica Deutsche Vermögensberatung no da síntomas de estar evaluando alejarse progresivamente de Michael, ya que también apoyan la carrera como corredor de su hijo Mick, quien este año participaría de la Fórmula 3.

Este contexto no hace más que complicar las finanzas de la familia Schumacher en las proyecciones a largo plazo y por consiguiente el tratamiento del líder del clan. A guiarse por las informaciones que brindó la prensa alemana, el proceso de recuperación personalizado de Michael cuesta 140 mil euros semanales.

El equipo médico que lo acompaña está compuesto por 15 personas y coordinado por el profesor Richard Frackowiak. Todos firmaron un apartado en el contrato donde aseguraron su más inflexible confidencialidad, uno de los éxitos para sostener el velo de misterio sobre el alemán. Hoy en día, sólo se sabe que no puede caminar, a través de la demanda que presentó su abogado Felix Damm contra la revista alemana Bunte, que había publicado que el deportista había vuelto a caminar.

Ante todo esto, una de las últimas voces que salió a criticar la estrategia de la familia fue su ex manager hasta el 2012 Willi Weber, quien denunció que no le dicen cómo está su amigo y exigió "que se cuente toda la verdad".

Schumacher con Weber, quien fue su manager hasta el 2012 (AP)

El debate sigue instalado y crece mes a mes, ya que cada pequeña ficha de su entorno que da una señal se convierte en una resonante noticia. Mientras tanto, ABC asegura que el costo total del tratamiento de Schumi ya superó los 20 millones de euros y por eso la familia debió salir a vender diferentes propiedades en 2014: un jet privado para ocho pasajeros y la histórica Ferrari F2000 con la que ganó el título de ese año.

Mientras se continúa especulando con la venta de las casas de vacaciones en Méribel (Francia) y Dubai, al mismo tiempo que se sostiene la expectativa sobre el contrato de 10 millones de euros anuales con Mercedes por ser el embajador de la marca, la fortuna de Schumacher empieza a resquebrajarse por la potencia económica que requiere su cuidado.

El piloto tenía un patrimonio de 600 millones de euros hasta hace unos pocos años atrás, además de ser consagrado en el 2012, año de su accidente, como el 20° deportista que más ganaba (30 millones de dólares) por temporada según la revista económica Forbes.

El presente es diametralmente opuesto, con las finanzas en baja y los patrocinantes analizando alejarse de su lado a raíz del desconocimiento de su estado. Mientras tanto, Kehm sigue al frente de la comunicación y repite una y otra vez que "su salud es un tema privado".

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