Benny Green no oculta el entusiasmo por su inminente primera visita a Buenos Aires para actuar el jueves y viernes próximos en doble función en el Bebop porteño. Allí presentará Solo, el último registro de su extensa discografía.
Nacido hace 60 años en Nueva York, Green es dueño de una interesante carrera, que incluye su participación en grupos históricos, como los Jazz Messengers de Art Blakey o los combos de Betty Carter, Freddie Hubbard o Ray Brown.
No obstante, en los últimos años y a la luz de los cambios que impuso la pandemia, el pianista profundizó en un nuevo modo de expresión. “Tomé conciencia que el piano es toda una orquesta en sí mismo. Por eso hoy, él solo piano es mi nueva banda”, le dice irónico a Infobae Cultura.
—Hace unos meses salió tu último disco: “Solo”, donde haces composiciones de grandes pianistas que ahora, imagino, traerás a tus shows en Bebop. ¿Cómo fue la elección de ese repertorio?
—Simplemente elegí temas de mis pianistas preferidos, como Cedar Walton, Barry Harris, Oscar Peterson, Horace Silver, Monk o McCoy Tyner. Son todos músicos a los que admiro mucho, por eso estoy muy feliz de poder tocar y revisionar esas hermosas melodías en Buenos Aires.
—En medio de esta celebración de grandes pianistas, incluiste tu tema “Jackie McLean”, título que alude al saxofonista neoyorkino. ¿Qué te motivó a componerlo?
—Si, esta música la hice pensando en él. Me sucede a veces que el sonido y la personalidad de algunos músicos me generan algo especial. Y eso me pasa con Jackie McLean. Es una vibración que no podría poner en palabras. Pero si en notas musicales. Con Jackie me sucede muy especialmente cuando toca junto a un trompetista. Con Lee Morgan o Kenny Dorham, por ejemplo. Esa combinación es para mí algo muy especial. Y quise expresar ese sentimiento en el tema.
—“Solo” fue editado en 2022 ¿se puede hablar de un registro consecuencia de la pandemia?
—Así fue. A lo largo de mi carrera siempre me sentí muy identificado con el piano-trio. Y si bien hice algunos conciertos de solo piano, nunca con la profundidad que había alcanzado con el trio. Pensá además que he tenido la bendición de tocar con los mejores bajistas y bateristas del mundo, como Art Blakey o Ray Brown, entre tantos. Pero claro, en pandemia todo cambió. Estuvimos aislados y entonces me vi obligado a tocar solo.
—¿Y qué rescatarías como positivo de esa experiencia en solitario?
—Que comencé a darme cuenta, a tomar conciencia de que el piano en sí mismo es una orquesta. Más allá de que no puede tocar exactamente como toca el contrabajo o la batería, si puede ayudar a que eso se escuche. Por eso el solo piano es un desafío muy grande. No tienes a nadie que te apoye en cuestiones rítmicas o con las armonías del bajo. Pero a un mismo tiempo te da mucha libertad. Uno puede tomar el camino que quiera sin dar indicaciones. Solo dejarse llevar por lo que pide la música.
—¿Podrías haberlo asumido ese desafío años atrás o es solo posible con años de experiencia?
—Cuando era muy joven he tocado sets de solo piano. Con Art Blakey y los Jazz Messengers siempre hacíamos una parte en la que todos dejaban el escenario y yo quedaba solo unos 15 minutos. Luego volvía la sección y terminábamos tocando un tema en trio. Pero claro, es diferente. La gente estaba allí para ver al grupo y el solo piano era un momento, no la parte central del show. Y esto me ha sucedido luego, pero siempre volvía a las formaciones en trio. La diferencia ahora es que asumí la determinación de profundizar y hacer del solo piano mi nueva banda.
—Hablabas de Blakey y Ray Brown. También has tocado con Betty Carter o Freddie Hubbard. ¿Cómo era la comunicación en el escenario con esos grandes músicos?
—En todos estos casos es diferente. Son distintas personalidades. A Betty Carter le molestaba que toques lo mismo todas las noches. Quería que todo surja espontáneamente y que estés creando, no repitiendo. Blakey, en cambio hablaba muy poco y siempre lo hacía de modo abstracto. Una vez me dijo: “Tienes que aprender a mirar con los oídos y escuchar con los ojos”. Y uno se quedaba pensando en aquello. Hasta que te dabas cuenta que te había enseñado sobre la importancia de la comunicación visual en el escenario. Freddie Hubbard tampoco hablaba mucho, pero tenía gestos muy rudos sobre el escenario.
—¿Cuáles, por ejemplo?
—Al principio, cuando Freddie subía la intensidad de su solo, yo me esforzaba por tocar de la misma manera. Entonces él paraba y me miraba. Yo no sabía por qué y él no me lo decía. Preocupado me puse a pensar en John Coltrane, quien había sido la principal influencia de Hubbard. Analicé su cuarteto buscando una respuesta y me di cuenta que cuando Coltrane subía la tensión y la intensidad de su solo, McCoy Tyner dejaba de tocar el piano. Pensé que quizás eso quería Hubbard y comencé a hacerlo. Y así era. Nunca más me miro así y tampoco interrumpió su solo. Estoy seguro que, si no lo hubiera descubierto por las mías, nunca me lo habría dicho y hubiera terminado expulsándome del grupo.
—¿Y cómo fue tu experiencia con Ray Brown, uno de los bajistas fundamentales en la historia del jazz?
—Ray era diferente. Le gustaba hablar, aconsejar. Él me insistía mucho en cómo usar los pedales en el piano. Me incentivaba a que abandonara el piano vertical y comprara uno de cola. Uno de los últimos shows que hicimos fue en trio con Russell Malone. Y todavía allí seguía ensañándome sobre el uso de los pedales. Contándome cómo lo usaban los grandes maestros como Art Tatum o Hank Jones.
—Si bien tu show en el Bebop va a ser en piano solo, tenés programado hacer un par de temas con Mariano Loiácono en trompeta.
—Sí, estoy feliz con eso. Anoche estuve mirando unos videos de él, antes de viajar a Buenos Aires. Me encantó. Tiene un sonido hermoso y estoy muy contento de que podamos tocar juntos para el público argentino. }
*Benny Green en Argentina / Músico invitado Mariano Loiácono. Jueves 10 y viernes 11 de agosto a las 20 y 22.45 h en Bebop Club, Uriarte 1658, Palermo (CABA). Entradas desde $ 5000 a través de www.bebopclub.com.ar o por boletería. De martes a domingos de 17 a 20
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