Una multitud se reunió en la Biblioteca Nacional para ver y escuchar a Margaret Atwood

La autora canadiense tuvo una charla distendida con el director de la biblioteca, Alberto Manguel, respondió preguntas del público y firmó ejemplares de sus libros

Compartir
Compartir articulo
Atwood y Alberto Manguel (Marcelo Huici/BN)
Atwood y Alberto Manguel (Marcelo Huici/BN)

La entrega de entradas estaba anunciada a partir de las 18, pero mucho antes una fila se comenzó a formar y a serpentear por la imponente explanada de la Biblioteca Nacional. A pocos minutos de las 19, los afortunados que consiguieron ingresar para verla –tanto en la sala Jorge Luis Borges, como en otra preparada para que la charla se exhibiera en video, ambas definitivamente muy pequeñas para una visita internacional que generó tantas expectativas– aplaudieron felices. La escritora canadiense Margaret Atwood ingresó al recinto junto al director de la institución, Alberto Manguel, y dieron comienzo a un diálogo distendido en el que abordaron distintos temas entre risas y comentarios sarcásticos de la autora de El cuento de la criada, Alias Grace, El asesino ciego y Oryx y Crake, entre tantos otros libros.

infobae

"Me complace mucho recibir a Margaret Atwood en la Biblioteca", señaló Manguel, quien luego agradeció "el esfuerzo de todos" los que allí trabajan para poder llevar a cabo la organización del encuentro. El escritor anunció que la conversación sería en inglés y que al terminar quienes quisieran se podrían acercar para que la autora firmara ejemplares de sus libros. Allí el público, definitivamente seguidor de la escritora y muy entusiasta, celebró con comentarios y hasta algún aplauso.

(Marcelo Huici/BN)
(Marcelo Huici/BN)

De inmediato ambos fueron saltando por los temas –no faltaron comentarios sobre los derechos de las mujeres, la identidad canadiense, la infancia– como si fueran tomando y soltando lianas. Comenzaron con la infancia de Atwood, que se repartió entre el norte de Quebec y los inviernos en algunas ciudades. "Canadá es muy grande", dijo sonriendo la escritora y provocó la primera de las varias carcajadas  la audiencia a lo largo del encuentro. De inmediato contó que su padre era entomólogo y que se dedicaba a estudiar insectos en los bosques. Sobre esos días, señaló que con su hermano jugaban, cuando se podía, a dar vuelta rocas y troncos para ver qué había debajo de ellos. Fue entonces que Manguel comentó que esa idea se asemeja a la descripción de un novelista. "También es la descripción de la vida misma", apuntó Atwood, y agregó que cada novela "es una pequeña historia de detectives" dado que siempre habrá "algún descubrimiento para llevar adelante".

Consultada sobre el feminismo en sus novelas, la autora señaló que ese "es un término muy grande" y que se trata de una suerte de gran paraguas que engloba muchas ideas. "Es como cuando se habla del cristianismo. ¿De qué grupo estamos hablando? Las mujeres somos personas", dijo con énfasis.

(Marcelo Huici/BN)
(Marcelo Huici/BN)

Cuando llegó el turno de hablar de El cuento de la criada, quizá uno de sus textos más populares, la escritora aseguró que a la hora de escribirlo se propuso "no escribir nada que no se hubiera hecho antes". "No quería que me dijeran que tenía una imaginación retorcida, así que puse cosas que pasaron en la realidad", explicó.

De buen ánimo y siempre con alguna respuesta sagaz, Atwood respondió hacia el final preguntas del auditorio, en su mayoría mujeres, que celebró casi encantado cada una de sus palabras. Al terminar, nuevamente se formó una fila, en esta ocasión, para que los presentes le acercaran sus libros y ella les estampara, con serenidad y buena predisposición, su firma.  

 

LEA MÁS:

___________

Vea más notas de Cultura