En momentos en que la violencia en Colombia afecta distintos territorios y el país se prepara para un ciclo electoral decisivo, monseñor Héctor Fabio Henao, delegado para las relaciones Iglesia-Estado de la Conferencia Episcopal, compartió su visión sobre el valor del diálogo y la esperanza.
Tras décadas de trabajo y acompañamiento en las comunidades de Antioquia, el prelado resaltó la fortaleza de los sectores sociales que, a pesar de las dificultades, mantienen viva la búsqueda de la reconciliación nacional.
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“El optimismo que conservo no parte de una ingenuidad, sino de la energía y el humanismo extraordinario de las comunidades”, relató Henao desde el oriente antioqueño en entrevista con la revista Cambio.
“Trabajo con personas que encaran enormes dificultades, pero que sin tregua se esfuerzan por salir adelante. Esa energía llega a lo más profundo: es una invitación cotidiana a seguir adelante, porque siempre, en cualquier circunstancia, hay esperanza”, añadió monseñor.
Al referirse sobre el contexto nacional, el obispo reconoció los grandes desafíos derivados de la persistencia de la violencia, la fragmentación social y la radicalización en diferentes ámbitos.
“El país enfrenta muchos desafíos. Algunas problemáticas sociales se han vuelto más complejas debido a las violencias persistentes y a las radicalizaciones que han llevado a una cierta fragmentación del país”, describió.
Sin embargo, el delegado aseguró que, pese a los actos violentos que, incluso, han enlutado a decenas de familias de civiles y militares en las zonas de conflicto, existen razones para mantener el optimismo sobre un cese definitivo al fuego.
“Percibimos que se está creando una atmósfera en la cual muchos sectores comienzan a elevar su voz para acercar posiciones, promover el diálogo y fomentar un mayor reconocimiento y fraternidad entre los distintos miembros de la sociedad colombiana”, comentó Henao a Cambio.
El líder eclesiástico sostiene que ese esfuerzo no representa una suma de hechos aislados, sino el nacimiento de un movimiento con proyección nacional.
“Este es un tiempo que exige un gran compromiso colectivo, porque, si bien existen tendencias que conducen a la fragmentación social y a la radicalización en algunos sectores, también vemos cómo la sociedad empieza a alzar su voz para pedir una ruta clara hacia una nación verdaderamente reconciliada”, comentó al diario nacional.
Consultado sobre ejemplos concretos, Henao resaltó la presencia de distintas plataformas sociales y movimientos en todo el país para preservar la paz en los territorios.
“Existen diversos movimientos y plataformas que funcionan como puntos de encuentro donde convergen distintas voces. Estas iniciativas se han fortalecido a través de espacios promovidos desde la sociedad civil, orientados a fomentar el diálogo social, la capacidad de escucha y el reconocimiento de la diversidad que compone la sociedad colombiana”, comentó el delegado a Cambio.
“Hemos sido testigos de múltiples ejercicios de diálogo y reconocimiento social en regiones como el departamento de Nariño, donde hoy se desarrollan procesos importantes de encuentro comunitario”, añadió.
Incluso, monseñor relató cómo la reducción de la violencia en Nariño, producto del diálogo con los Comuneros del Sur –una disidencia del ELN–, trasciende ese territorio.
Señala también las mesas interinstitucionales lideradas por entidades como la Diócesis de Barrancabermeja y los ejercicios de diálogo en La Guajira como manifestaciones de una voluntad de reconciliación que puede replicarse a nivel nacional.
“Todo este conjunto de voces e iniciativas demuestra que no solo existe voluntad, sino que el diálogo es posible, tanto en los territorios como en las ciudades”, sostuvo.
A pesar del recrudecimiento de los ataques armados que durante 2025 se tomaron los titulares de los principales medios de comunicación, el obispo aclaró que la realidad nacional es dual. “Existen dos tendencias claras. Por un lado, el accionar de actores violentos en los territorios, con amenazas y hechos muy graves que no se pueden ocultar. Pero, paralelamente, también se están alzando voces e iniciativas desde distintos sectores de la sociedad que buscan proponer salidas y abrir espacios de encuentro”, señaló.
Según la red eclesial, la comunicación constante con diócesis y parroquias permite identificar una doble realidad: “Hay regiones donde se registra un incremento preocupante de la violencia, como el desplazamiento forzado y el confinamiento. Sin embargo, también constatamos que hay comunidades que resisten, se organizan y crean escenarios para atender la situación humanitaria”, explicó Henao a Cambio.
A quienes han sufrido pérdidas recientes, Henao insiste en el valor de la memoria y la restauración. “Reconocer el dolor es fundamental. Negarlo no conduce a nada; es necesario reconocer esta situación. Nosotros, en la Iglesia, reconocemos su dolor, su sufrimiento y las situaciones difíciles que han vivido”, señaló.
Finalmente, con el cierre del 2025 y de cara a las elecciones que se avecinan en Colombia, el obispo advirtió que deberá primar el respecto por la contienda política.
“Poner en el centro el respeto por la vida. Eso implica usar un lenguaje que permita conocer las propuestas, reconocer la dignidad del otro y promover el diálogo social en un clima de respeto”, señaló el monseñor al diario nacional.