La estrategia de Búsqueda Inversa permitió que, tras 22 años de incertidumbre, la familia de Cristo José Romero Isaza recuperara sus restos y pudiera despedirlo en Yalí, Antioquia.
Este método, impulsado por la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (Ubpd), la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) y el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, transformó la búsqueda de desaparecidos en Colombia, facilitando la localización de familias cuyos seres queridos, aunque identificados, permanecían sin ser reclamados.
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Hasta diciembre de 2025, la Búsqueda Inversa ha permitido la publicación de 103 registros, el contacto con 75 familias, la verificación de 19 vínculos familiares y la entrega digna de 31 cuerpos, mientras 28 personas siguen en proceso de búsqueda de sus allegados.
Estos resultados reflejan el compromiso institucional de la Ubpd, la JEP y Medicina Legal para garantizar el derecho de las familias a la verdad y a una despedida digna, y para que ninguna persona desaparecida permanezca sin ser buscada.
El caso de Cristo José Romero Isaza ilustra el impacto de esta estrategia. Su cuerpo, inhumado como no identificado desde el 6 de octubre de 2005 en la bóveda 181 del cementerio Asofundadores de Cartago, Valle del Cauca, permaneció bajo custodia estatal durante años.
Aunque la identidad de Romero Isaza fue confirmada el 23 de julio de 2012 mediante huellas dactilares, la falta de contacto con su familia impidió la entrega en ese momento. Solo en octubre de 2024, el Grupo Interno de Trabajo Territorial Valle del Cauca de la Ubpd y el Instituto de Medicina Legal intervinieron la bóveda, recuperaron el cuerpo y avanzaron en la verificación técnica y forense.
A inicios de 2025, el caso ingresó formalmente a la estrategia de Búsqueda Inversa. Esta metodología se basa en la difusión de anuncios en medios de comunicación y redes sociales, con el objetivo de que los familiares reconozcan a la víctima y se acerquen a las autoridades.
Fue precisamente un aviso televisivo el que permitió a la familia de Romero Isaza identificar su fotografía. Según relató Lorena Vidal Isaza, sobrina del desaparecido, contactó de inmediato a la Unidad de Búsqueda y, en pocas horas, recibió la información necesaria para iniciar el proceso de acompañamiento y verificación familiar.
La entrega digna del cuerpo se realizó en Yalí, Antioquia, con el apoyo del componente de Tejido Social de la Ubpd, el Plan Regional de Búsqueda Nordeste, Nus y Río Porce, de Antioquia, y el Plan Regional de Búsqueda Norte, de Valle del Cauca.
Estas entidades acompañaron a la familia en las ceremonias religiosas y en el proceso de despedida. Para Lorena, este momento representó el cierre de una herida que la acompañó durante toda su vida. Durante la ceremonia, expresó: “Uno no quiere seguir pensando qué estará haciendo, si estará bien o si estará vivo. Cuando me dijeron que no lo estaba, sentí un dolor muy grande, pero también la necesidad de darle una eterna sepultura para que él esté en paz”, según declaraciones recogidas por la Ubpd.
La historia de Romero Isaza comenzó en 1984, cuando nació en El Bagre, Bajo Cauca antioqueño. Tras la muerte de su padre, buscó a su familia materna y se trasladó a Yalí, donde convivió durante varios meses con su hermano y sus sobrinas. En agosto de 2003, salió de la vivienda familiar en la vereda El Jardín, en busca de nuevas oportunidades. Desde entonces, su familia no volvió a tener noticias suyas, y sus sobrinas crecieron con la incertidumbre sobre su paradero.
La investigación humanitaria de la Ubpd permitió establecer que Romero Isaza fue desaparecido en el contexto del conflicto armado. Su cuerpo fue identificado años después, pero la ausencia de un reporte de desaparición y el temor de las familias ante las dinámicas del conflicto dificultaron el proceso de localización.
La Búsqueda Inversa responde precisamente a estos casos, en los que los cuerpos han sido identificados científicamente —mediante cotejo de huellas, piezas dentales o cruces de información genética—, pero no existe un vínculo familiar registrado.
El funcionamiento de la estrategia se basa en cruzar tres datos principales sobre cada víctima: el lugar de origen, el de posible desaparición y el de recuperación del cuerpo, aunque estos no siempre coinciden en el mismo municipio o departamento.
Así, una persona puede nacer en Antioquia, desaparecer en Córdoba y ser encontrada en Santander. En muchos casos, ni siquiera existe un reporte formal de desaparición, lo que evidencia la magnitud del desafío que enfrenta la Ubpd.