La decisión de un juez de control de garantías de dejar en libertad a dos hombres capturados con armas de alto poder en un céntrico hotel de Bogotá ha generado preocupación entre las autoridades.
Los sujetos habían sido sorprendidos con una pistola FN Five-Seven, conocida como la “mata-policías”, capaz de atravesar chalecos antibalas de nivel 2, además de una Glock 19 y abundante munición.
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Según reveló El Tiempo, el caso podría estar relacionado con la posible expansión de estructuras criminales provenientes de Cali hacia la capital del país.
La captura ocurrió el miércoles 3 de diciembre en inmediaciones de Corferias, en la localidad de Teusaquillo, luego de una llamada anónima que alertó sobre la presencia de hombres armados dentro de un hotel.
En el operativo, la Policía identificó a los detenidos como Brandon Stiven Correa Palechor y Daniel Roldán Ñáñez, ambos oriundos de Cali.
Durante el registro de la habitación donde se alojaban, los uniformados encontraron dos armas de fuego, dos proveedores y 30 cartuchos calibre 5,7 milímetros para la Five-Seven, así como 30 cartuchos más para la Glock.
Un alto oficial citado por El Tiempo aseguró que este tipo de armamento no es común y suele estar en manos de cabecillas de alto perfil de estructuras criminales. “Es un arma diseñada para perforar blindajes”, advirtió la fuente.
Las autoridades también establecieron que los dos hombres habían llegado a Bogotá el 30 de noviembre y tenían previsto quedarse hasta el 6 de diciembre. La hipótesis principal es que harían parte de una oficina de sicarios de Cali, en medio de una reconfiguración violenta de bandas criminales en el suroccidente del país.
Los antecedentes judiciales de los capturados refuerzan las sospechas. Roldán Ñáñez tiene un proceso activo por homicidio en 2024, además de registros por tráfico de estupefacientes en 2023 y concierto para delinquir en 2017.
Correa Palechor, por su parte, fue condenado en 2016 por el delito de receptación y actualmente enfrenta procesos por porte ilegal de armas y constreñimiento ilegal.
Pese al arsenal incautado y al historial criminal de ambos, el juez determinó que existieron fallas en el procedimiento de captura y ordenó dejarlos en libertad. La decisión generó inconformidad entre las autoridades y reavivó el debate sobre los errores procesales que terminan favoreciendo a presuntos delincuentes de alta peligrosidad.
Mientras la Fiscalía analiza los celulares incautados para establecer si tenían blancos definidos y posibles vínculos con otras estructuras, crece la preocupación por la llegada de sicarios de otras regiones a Bogotá, un fenómeno que podría impactar la seguridad de la ciudad, según advirtió el medio citado.
Liberaciones judiciales en Bogotá: nuevo caso en Barrios Unidos
En los últimos días, varios casos de hombres capturados en flagrancia que luego quedan en libertad han vuelto a encender el debate sobre la respuesta judicial frente a la inseguridad en Bogotá.
A esta preocupación se suma ahora la reciente decisión de un juez de liberar a un hombre de 44 años sorprendido mientras robaba diez celulares en un local del barrio San Felipe, en la localidad de Barrios Unidos.
La captura se produjo gracias a la reacción oportuna de la comunidad, que alertó a la patrulla del CAI Polo Club luego de notar movimientos sospechosos dentro del establecimiento.
Los uniformados ingresaron al lugar y sorprendieron al hombre con los diez teléfonos móviles en su poder, avaluados en cerca de 10 millones de pesos. El detenido fue dejado de inmediato a disposición de la Fiscalía.
Sin embargo, pese a la captura en flagrancia y a la evidencia del hurto, un juez decidió otorgarle la libertad mientras el proceso penal continúa en curso. La determinación generó indignación entre comerciantes y residentes del sector, quienes reclaman mayor contundencia frente a la reincidencia delictiva.
Las autoridades confirmaron que el hombre cuenta con un amplio prontuario judicial. En los registros oficiales figuran 19 anotaciones por delitos como homicidio, hurto calificado, lesiones personales, daño en bien ajeno, violación de habitación ajena y porte ilegal de armas de fuego.
Para los comerciantes del sector, este historial hace aún más incomprensible que el sospechoso haya recuperado su libertad.
Este nuevo caso se produce en medio de un panorama contradictorio. En el último año, la Policía Metropolitana de Bogotá reportó una disminución del 21 % en el hurto de celulares, lo que equivale a 7.944 casos menos frente al periodo anterior, además de la recuperación de 4.109 equipos móviles. Sin embargo, la percepción de impunidad persiste entre la ciudadanía.
El propio alcalde Carlos Fernando Galán ha advertido en varios actos públicos que siete de cada diez personas detenidas por delitos como hurto de vehículos y receptación terminan recuperando la libertad, una cifra que alimenta el descontento social frente al sistema judicial.