Medellín se prepara para recibir la feria Brujería, un evento organizado por Comfama que tendrá lugar el 17 y 18 de octubre en el Claustro San Ignacio y la Plazuela San Ignacio.
Esta feria conmemora los 50 años del Primer Congreso Mundial de Brujería, celebrado en Bogotá en 1975, y busca abrir un espacio de diálogo y visibilización para las diversas formas de espiritualidad y ritualidad que han marcado la historia y la identidad cultural latinoamericana.
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El Congreso Mundial de Brujería de 1975, realizado el 24 y 25 de agosto en la entonces Feria Internacional de Bogotá (actual Corferias), reunió a más de tres mil asistentes y se convirtió en un hito por su carácter pionero y polémico.
Cincuenta años después, la feria Brujería retoma ese legado para resignificar la brujería y otras espiritualidades no hegemónicas, con un enfoque en saberes femeninos, indígenas y afrodiaspóricos.
Comfama explica que el evento busca comprender y difundir cómo estas prácticas han moldeado las tradiciones latinoamericanas, y resalta que “los saberes y espiritualidades alternativas han existido siempre y han sido fundamentales en la construcción de nuestra identidad cultural, sin embargo, su espacio ha sido ambiguo: existen en la vida cotidiana de muchas comunidades, pero no siempre han sido reconocidos en el ámbito público, como lo propone este evento”.
El Colombiano añade que la feria actual, al igual que el Congreso de 1975, pretende poner en conversación y visibilizar las diferentes prácticas espirituales presentes en la región.
La programación de la feria Brujería, según Comfama, abarca dos días de actividades académicas, culturales y artísticas.
El viernes 17 de octubre, la agenda incluye un mercado brujo con amuletos, pócimas y libros; charlas sobre la historia del Congreso Mundial de Brujería; talleres de ilustración y alquimia culinaria; clases magistrales sobre herbolaria y partería; rituales como los alabaos del Pacífico; conciertos de artistas como Amanrouge y Gabriela Ponce; y recorridos temáticos por el Claustro.
El sábado 18, la oferta se amplía con talleres de amuletos y tarot, charlas sobre la brujería en lo popular y su reivindicación desde el feminismo, la astrología, jornadas de estampación, lecturas de tarot, debates sobre arte y brujería en América Latina y el Caribe, rituales como la Yonna guajira, proyecciones documentales y presentaciones de danza y música a cargo de artistas como Bella Álvarez y la Compañía de Danza Afrocontemporánea Wangari.
Entre los invitados y colectivos participantes destacan Julián Sánchez González y Angélica Cuevas Guarnizo, creadores de Conjuro, quienes liderarán charlas y performances en torno a los 50 años del Congreso. También se contará con la presencia de Cantaoras del Pacífico, Casatumac, La casa de Vero, Selnich Vivas, Amelia López, Fabrina Acosta Contreras, María Iovino, Aurea Oliveira Santos, María Teresa Guerrero, Taller Astrolabio, Oriana Zapata, Luz María Peña, Juan Esteban Calle, Yndira Perea y otros artistas y expertos.
Pese a la intención contrahegemonica, una feria sobre brujería ha sido señalada por religiosos tradicionales de Colombia. Uno de ellos es el representante a la Cámara por Antioquia Luis Miguel López Aristizába.
Para López Aristizábal, resulta incomprensible que una entidad de este tipo impulse actividades que, según sus palabras, “es todo lo contrario a lo que debería promover esta institución”.
En su opinión, la misión de Comfama debería centrarse en “los valores familiares, esos valores antioqueños que están arraigados de Dios, de familia, de trabajo”. El cuestionamiento de López Aristizábal se intensifica al señalar el uso de fondos públicos: “con recursos públicos, parafiscales pagados por los trabajadores antioqueños”.
Además, plantea dudas sobre la consulta a los afiliados: “yo me pregunto si a cada uno de los trabajadores afiliados a Comfama les preguntaron si querían la realización de este evento o si estarían de acuerdo en llevar a sus hijos a estos eventos”.
En su intervención, López Aristizábal recurre a la legislación vigente para fundamentar su postura: “la ley ciento treinta y tres de 1994 es muy clara: la brujería no se contempla dentro de la libertad religiosa, no se contempla también dentro de los valores promovidos y dentro de lo que la Constitución y la ley promueven”.
Por este motivo, ha solicitado formalmente a la dirección de Comfama la suspensión de la actividad: “hemos enviado una carta formal pidiendo la cancelación de este evento, ya que es contrario a lo que debería promover la Caja de Compensación Comfama”. El llamado de López Aristizábal se dirige tanto a la directiva de la entidad como a la opinión pública: “no se debería hacer esto con recursos públicos y tampoco está permitido por ley”.
Esto dice la Constitución Política Colombiana sobre la brujería y la libertad de credo
La Constitución Política de Colombia, en el artículo 19, establece el derecho fundamental a la libertad de cultos. El texto dice:
“El Estado garantiza la libertad de cultos. Toda persona tiene derecho a profesar libremente su religión y a difundirla en forma individual o colectiva. Todas las confesiones religiosas e iglesias son igualmente libres ante la ley”.
No existe en la Constitución Colombiana ninguna mención explícita sobre la brujería. La libertad de cultos ampara la práctica de cualquier creencia religiosa o espiritual, en tanto no se contravenga la ley ni se afecten los derechos de terceros.
Las prácticas relacionadas con la brujería estarían protegidas si se entienden como parte de una creencia religiosa o espiritual, siempre que no impliquen conductas tipificadas como delitos, fraude u otras acciones prohibidas por la ley colombiana.