Como parte de la estrategia de prevención que deben llevar a cabo las personas, ante cualquier estado de emergencia por algún impacto natural, la preparación del kit debe disponer de una serie de elementos de primera necesidad, que a su vez, debe estar dispuesto en un lugar seguro y a la mano.
¿Pero qué debe contener? Para responder dicha interrogante, el Idiger resaltó que el propósito del kit es la de disponer de los elementos necesarios para que las personas sobrevivan por mínimo tres días, durante una emergencia de gran magnitud:
En la región noroccidental de Suramérica existe un gran sistema de fallas, conocido como Sistema de Fallas Fronteriza de los Andes Orientales (SFFAO), que se extiende por aproximadamente 200 km, desde el Golfo de Guayaquil en Ecuador hasta la costa Caribe de Venezuela.
En su paso por Colombia, el SFFAO recibe el nombre de Sistema de Fallas de Algeciras (SFA) y se extiende a través de los departamentos de Nariño, Putumayo, Cauca, Huila, Caquetá y Meta.
Este sistema de fallas es una de las estructuras geológicas más importantes del noroccidente de Suramérica, ya que el denominado Bloque Norandino (el cual abarca todo el territorio colombiano al occidente de la falla) se está moviendo al nororiente con respecto a la Amazonía y Orinoquía a una velocidad de 8 mm/año aproximadamente.
El país se ubica entre tres placas tectónicas: Suramérica, Nazca y Caribe. La placa de Nazca subduce bajo la placa suramericana desde el occidente, mientras que la placa del Caribe se hunde bajo Suramérica desde el norte. De esta manera, Colombia está rodeada por zonas de subducción, al igual que México.
El movimiento convergente entre las tres placas tectónicas ha sido responsable del desarrollo de muchas zonas de fractura en la corteza terrestre, es decir, de fallas, y de la formación de las tres cordilleras colombianas.
Si Colombia está o no preparada por un sismo, es una pregunta que trasciende a las ciencias de la Tierra y que se relaciona directamente con una alta vulnerabilidad social y política, donde deben contemplarse políticas públicas, una vía clara de desarrollo equitativo y garantías de infraestructura sismo-resistente a la actividad sísmica para todos los sectores socioeconómicos.
Un sismo no puede predecirse, pero sí pueden diseñarse estrategias de mitigación ante sismos esperados.
Colombia se localiza dentro de una de las zonas sísmicas más activas de la Tierra, pues en la región convergen las placas tectónicas de Nazca y del Caribe contra la placa Suramericana. La interacción continua entre las placas Nazca y Suramericana que se mueven y chocan entre sí, ha producido la formación de montañas, cordilleras y fallas geológicas.
En la costa Pacífica se presenta un proceso de subducción en el cual la placa Nazca se introduce debajo de la placa Suramericana, el material rocoso entra de nuevo en el manto, que se encuentra a altas temperaturas, y allí se funde para luego volver a salir a través de los volcanes tales como los de la Cordillera Central del territorio colombiano.
Una de las zonas con mayor concentración de eventos sísmicos en Colombia es el Nido sísmico de Bucaramanga, con epicentros ubicados en la zona de la Mesa de Los Santos en el departamento de Santander.
El terremoto de Altamira, Huila, ocurrido el 24 de enero de 1827, es uno de los sismos históricos más significativos registrados en Colombia. Este evento sísmico tuvo consecuencias devastadoras para la región sur del país, afectando especialmente el área de Altamira y sus alrededores.
El terremoto tuvo una magnitud considerable, aunque los registros exactos no son precisos debido a las limitaciones tecnológicas de la época. Sin embargo, las crónicas históricas señalan que su impacto fue suficiente para causar una devastación generalizada. Las construcciones de la época, predominantemente hechas de adobe y materiales no sismorresistentes, colapsaron casi en su totalidad, lo que resultó en un alto número de víctimas mortales y heridos.
Además de la destrucción de viviendas y edificaciones públicas, el terremoto afectó severamente la infraestructura local. Los caminos y puentes fueron destruidos, lo que dificultó las labores de rescate y el suministro de ayuda a las comunidades afectadas. La agricultura, que era la principal actividad económica de la región, también se vio gravemente perjudicada debido a los derrumbes y deslizamientos de tierra provocados por el sismo.
Durante un temblor, hay varias acciones que es crucial evitar para minimizar el riesgo de lesiones. Aquí algunos puntos importantes:
Seguir estas pautas ayuda a mantener una mayor seguridad personal durante un evento sísmico.
El terremoto de Mocoa el 31 de marzo de 2017, aunque de menor magnitud (4.6 en la escala de Richter), provocó importantes deslizamientos de tierra debido a intensas lluvias, resultando en la muerte de más de 300 personas y la destrucción de gran parte de la infraestructura de la ciudad.
El terremoto del Eje Cafetero el 25 de enero de 1999, con una magnitud de 6.2 en la escala de Richter, afectó gravemente las ciudades de Armenia y Pereira, causando la muerte de alrededor de 1,900 personas y dejando a más de 250,000 sin hogar. Este evento resaltó la necesidad de mejorar las normativas de construcción y preparar a las comunidades para eventos sísmicos.