La crisis económica y financiera empuja una caída del maní

En el nuevo ciclo se sembrarían casi 50.000 hectáreas menos en relación a la campaña anterior

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Por los efectos de la crisis económica y financiera, proyectan una caída del área de maní (iStock)
Por los efectos de la crisis económica y financiera, proyectan una caída del área de maní (iStock)

Las primeras proyecciones presentadas por la Cámara Argentina del Maní (CAM) reflejan una caída de área de siembra por los efectos de la crisis económica y financiera, especialmente por la decisión de los bancos de reducir o no otorgar las prefinanciaciones para las operaciones con el comercio exterior.

La mayoría de la producción de maní de nuestro país se desarrolla en la provincia de Córdoba, y se exporta como maní confitero y blancheado o como aceite.

La proyección de área para el ciclo 2019/2020 se ubica en 340.459 hectáreas, son unas 47 mil menos hectáreas que las 388 mil del ciclo pasado, y además 100 mil hectáreas por debajo de las 440 mil de la temporada 2017/18.

La última cosecha fue una de las mejores de la historia de la producción, lo que derivó en un aumento de más del 30% de las exportaciones. Es por eso que había enorme expectativa en el sector de repetir y hasta mejorar los niveles de cosecha en este ciclo, pero las dificultades de la economía nacional impactaron en la toma de decisiones de los productores.

Los factores como son las escasas oportunidades de acceso a fuentes de financiamiento, explican la actual disminución de la superficie de cultivo. Los bancos tanto oficiales como privados deciden resguardar las divisas y frenar el otorgamiento de créditos”, expresaron los integrantes de la Cámara sobre la caída de siembra.

Además, los integrantes de la entidad advirtieron que esta situación complica a las empresas que necesitan financiamiento para la nueva campaña, y agregaron: “No están prestando dólares y, en muchos casos, no están renovando las líneas actuales a su vencimiento o lo hacen con quitas significativas, con todas las complicaciones que esto implica”.

Por otro lado, hay un impacto en la ecuación económica y financiera de las empresas, el escaso crédito al que se logran acceder, se suma un incremento importante de las tasas de interés.

Frente a este panorama negativo “muchas de las exportadoras ven afectado su normal funcionamiento y deberán optar por reducir el área de siembra para la campaña que inicia, con el consecuente impacto en el empleo directo e indirecto de las economías locales”, expresaron desde la Cámara del Maní.