Desfile sobre ruedas: los ganadores del mejor Concurso de Elegancia automotor

El Concours d'Elegance de Pebble Beach 2017 convocó a los autos más exclusivos de la industria. En Monterrey, California, se celebró una de las citas automotrices más lujosas y exóticas del año. Qué vehículos se lucieron en la distinguida pasarela

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El “Best of the Show” del Concours d’Elegance de Pebble Beach fue el Mercedes-Benz S Barker Tourer de 1929
El “Best of the Show” del Concours d’Elegance de Pebble Beach fue el Mercedes-Benz S Barker Tourer de 1929

De fondo las fronteras difusas separan las colinas del cielo. El suelo es un pasto joven de un verde vital. Enfrente se dibuja una pequeña península de Monterrey, California, en el que las aguas del océano Pacífico golpean contra la naturaleza de Pebble Beach. El paisaje parece abierto, dispuesto, virgen. Hospeda 204 participantes, 54 estrenos, directos de quince países y 31 regiones de los Estados Unidos. Concede su escenario natural para albergar el Concours d'Elegance de Pebble Beach 2017 que decide el final de la Monterrey Car Week, una de las citas más reputadas, exóticas y exclusivas de la industria automotriz.

Los participantes son obras de arte convertidas en autos clásicos, deportivos o concept cars. La misión es no desentonar con el tiempo y el espacio, con el telón de fondo, con el espíritu de la gala, con la expectativa del certamen. La pradera proporciona la pasarela para el desfile de vehículos bellos ante la vista, como si fuese una condición excluyente. Los modelos se dividen entre ganadores, subastas y exposiciones.

El Ferrari 315 S Scaglietti Spyder de 1957 se quedó con el segundo lugar del premio mayor
El Ferrari 315 S Scaglietti Spyder de 1957 se quedó con el segundo lugar del premio mayor

Los automóviles son piezas, joyas y reliquias. El evento, primero, es un concurso de elegancia, y como tal entrega un premio al "mejor auto clásico" bajo la denominación de "Best of the Show". El mejor exponente de la edición 67° del certamen fue un Mercedes-Benz S Barker Tourer de 1929, un roadster de la categoría de modelos de preguerra, anteriores a la Segunda Guerra Mundial. Bruce R. McCaw restauró el vehículo que había pertenecido a Lord Howe, piloto británico ganador de la Mille Miglia y Le Mans (de nombre Francis Richard Henry Penn Curzon) y fundador del Club Británico de Pilotos.

Scream with every Ferrari of the rainbow 🌈 #ferrari70 📸: Kimball Studios #pebblebeachconcours

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Sustituyó al Lancia Astura Pininfarina Cabriolet de 1936 que se consagró en 2016. "Este Mercedes-Benz S Barker Tourer es una combinación de velocidad, diseño y potencia", describió Sandra Button, presidenta de la concurso. La final suscitó un desenlace curioso: los dos modelos finalistas pertenecían a la misma familia. El Ferrari 315 S Scaglietti Spyder de 1957 de John McCaw, hermano de Bruce R. McCaw, se quedó con la segunda plaza del galardón más célebre de la cita.

El concurso distingue tres ganadores en 26 categorías de criterios diversos: se entregan primer, segundo y tercer premio al "American Dream" de los años sesenta, los one-off de Ferrari, los Rolls-Royce y Mercedes-Benz de preguerra, los gran turismo de posguerra, entre las clases más destacadas. El certamen estuvo dominado por la presencia de 70 apasionantes unidades clásicas y modernas de Ferrari en conmemoración a los 70 años de historia de una marca de culto automotor: expuso una colección valorada en 500 millones de dólares.

La edición 67 del Concurso de Elegancia recibió a 204 participantes, 54 de ellos estrenos absolutos
La edición 67 del Concurso de Elegancia recibió a 204 participantes, 54 de ellos estrenos absolutos

El Concours d'Elegance de Pebble Beach ha expandido su nicho. Así como los Auto Show pierden vigencia y potencia, convenciones relativas al universo automotor propagaron su influencia. Las fronteras, confusas, construyeron una teoría integral: todo concerniente a la movilidad. El CES de Las Vegas o el Museo de Arte Moderno de Nueva York, las automotrices conquistaron muestras secundarias al universo del motor en procura de exhibir sus ideas.

El Concept Z4 que anticipa las líneas futuristas según la visión de BMW
El Concept Z4 que anticipa las líneas futuristas según la visión de BMW

El Concurso de Elegancia fue también escaparate para la industria. Atraídas por el sentido de exclusividad, las firmas más distinguidas del sector eligieron Monterrey para presentar sus novedades. Bugatti entregó el primer Chiron en tierras norteamericanas. BMW exhibió el Concept Z4 que resume la visión de los roadster futuristas. Infiniti descubrió el Prototype 9, una celebración de cómo concibe la firma premium de Nissan los deportivos de la década del cuarenta. Pagani se regaló el HP Barletta -HP: Horacio Pagani, el prestigioso constructor argentino de hypercars– para despedir el cese de fabricaciones del mítico Zonda. Entre restauraciones impecables y reminiscencias a épocas doradas, la gala automotriz permitió el desfile de deportivos de estética ultramoderna.

El Prototype 9 de Infiniti, una de las obras más radicales que desfilaron en el Concurso de Elegancia
El Prototype 9 de Infiniti, una de las obras más radicales que desfilaron en el Concurso de Elegancia

Además de premios y lanzamientos: subastas. La congregación de piezas exquisitas y exclusivas fabrica un clima fértil para el remate de vehículos clásicos. Esta edición acumuló más de 300 millones de euros en ventas. El Aston Martin DBR1 de 1956 fue el modelo más caro de la subasta con una asombrosa puja de 22.550.000 dólares. Reconocido por Sotheby's como la creación más importante de la historia de Aston Martin, se convirtió en el vehículo más caro de la historia de todas las automotrices británicas. La unidad, que presumía de un estado de conservación impecable, era el primero de los únicos cinco bastidores que ensambló la marca del modelo de competición: allí su descomunal valor. El primer McLaren F1 de 1995 que pisó suelo estadounidense se vendió a 15.620.000 dólares y por el Porsche 917K con chasis 024 pagaron 14.520.000 dólares. En la lista de los autos clásicos mejor más caros, Ferrari se quedó con cinco de los diez modelos.

El Aston Martin DBR1 de 1956 se vendió por más de 22 millones de dólares
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