El 2018 ha sido un año devastador para los periodistas del mundo y la situación seguirá empeorando

Por Amanda Erickson

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Angel Sastre es un reportero de guerra español que fue secuestrado por Al Qaeda (Archivo)
Angel Sastre es un reportero de guerra español que fue secuestrado por Al Qaeda (Archivo)

Ha sido un año brutal para los periodistas.

Hace unos días, el prominente reportero saudita Jamal Khashoggi fue al Consulado de Arabia Saudita en Estambul para recoger algunos documentos. Nunca regresó a casa, y funcionarios turcos anónimos han dicho que fue aniquilado en la oficina consular por un "escuadrón de asesinos" enviado desde el reino.

Unos días después, el cadáver de la periodista búlgara Viktoria Marinova fue encontrado en Ruse, una ciudad situada al norte del país. Las investigaciones preliminares sugieren que Marinova, que pasó el último año informando sobre la corrupción que involucra dinero de la Unión Europea, fue violada y golpeada, y luego acabó estrangulada. El ministro del interior del país calificó el asesinato de "excepcionalmente brutal", aunque aún no está claro si su muerte estuvo relacionada con su trabajo.

La muerte de Marinova supuso el segundo asesinato de un periodista en lo que va de año en Europa. En febrero, el reportero de investigación eslovaco Jan Kuciak fue tiroteado en su apartamento junto a su prometida. Kuciak cubrió casos de evasión fiscal y fraude y había estado investigando las finanzas de las personas relacionadas con el partido gobernante del país. El jefe de la policía de Eslovaquia dijo que era "probable" que la muerte de Kuciak estuviera relacionada con su trabajo.

En conjunto, esta reciente ronda de tragedias pone de relieve lo peligroso que se ha vuelto practicar el periodismo. Al menos 43 periodistas han sido asesinados por su trabajo hasta el momento en 2018, según el Comité para la Protección de los Periodistas. Otros quince periodistas también ha sido asesinados, aunque sus muertes no han sido vinculadas oficialmente a su trabajo.

El país más peligroso del mundo para los periodistas es Afganistán, donde este año han sido 13 el número de miembros de la prensa que han perdido la vida, muchos de ellos en ataques terroristas. Los reporteros en México también son particularmente vulnerables. Al menos seis han muerto este año, a menudo en actos de violencia grotesca perpetrados por carteles de la droga y funcionarios gubernamentales corruptos.

Además, al menos 155 periodistas de todo el mundo están encarcelados, junto a 142 periodistas ciudadanos y 19 asistentes de medios. Turquía es uno de los principales países  ya que ha encarcelado a más de 250 reporteros por hacer su trabajo y acusándolos, a menudo, de cosas como "hacer propaganda para una organización terrorista". Dos fotógrafos de Reuters continúan languideciendo en una prisión de Myanmar acusados bajo la oscura Ley de Secretos Oficiales por "obtener información de manera ilegal". Ambos informaron sobre la campaña militar de violencia y expulsión contra la minoría musulmana rohingya del país.

Los grupos de vigilancia de periodismo advierten que estas estadísticas muestran una tendencia preocupante: los periodistas de todo el mundo se enfrentan a más presiones y disfrutan de menos seguridad.

"Hay desarrollos preocupantes", dijo a The Washington Post a principios de este año Joel Simon, director ejecutivo del Comité para la Protección de Periodistas. Simon señaló la forma en que el presidente Donald Trump y otros líderes, entre ellos el turco Recep Tayyip Erdogan y el húngaro Viktor Orban, han difamado a la prensa.

Trump y otros han llamado a los periodistas "enemigos del pueblo" y los reporteros también han sido etiquetados como terroristas en algunos lugares. Además, han sido obligados a cumplir con procedimientos legales opacos y secretos.

"El costo político de este tipo de comportamiento ha disminuido, y eso inclina la balanza en la dirección equivocada", advirtió Simon.