Su bebé nació muerto y tuvo que escribirle una carta a Google y Facebook para implorarles que dejen de recordárselo

Guillian Brockell, editora de video en el Washington Post, compartió en Twitter el texto donde le pide a las empresas que eviten mostrarle constantemente anuncios e información dirigidos a embarazadas y recién nacidos

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Gillian Brockell, editora de video del Washington Post, escribió una carta que se volvió viral
Gillian Brockell, editora de video del Washington Post, escribió una carta que se volvió viral

"Por favor, empresas de tecnología, se los imploro: si son lo suficientemente inteligentes para darse cuenta de que estoy embarazada, de que he dado a luz, entonces seguramente son lo suficientemente inteligentes para darse cuenta de que mi bebé murió". Quien escribió este texto es Gillian Brockell.

La editora, que estaba embarazada de 8 meses, a fines del mes pasado dio a luz a su bebé muerto. Fue un shock del que todavía no se recupera y que dejará una marca que la acompañará de por vida.

En medio de ese dolor, y a pocos días de haber vuelto del hospital, se encuentra con que las redes sociales le muestran anuncios de ropa de embarazada y  que la web sugiere artículos sobre cómo ayudar a que el bebé duerma toda la noche. Y con cada texto que lee siente que se le clava un puñal en el pecho. Cada imagen, cada publicidad le recuerdan su tragedia.

Por eso, decidió compartir en Twitter una carta donde le reclama a las empresas de tecnología que hagan algo para que sus algoritmos dejen de mostrarle publicidad dirigida a embarazadas o recién nacidos.

En esta carta abierta les pide a las compañías como Google, Facebook y Experian que tomen medidas para identificar casos como el suyo, para así evitar mayor dolor a una persona que está atravesando una situación tan traumática. Aquí, el texto completo de la carta, que se volvió viral.

Queridas compañías de tecnología:

Sé que sabían que yo estaba embarazada. Es mi culpa. No pude resistir esos hashtags de Instagram: #30weekspregnant #babybump. ¡Y qué estúpida fui!, incluso hice clic una o dos veces en avisos de indumentaria para embarazada que aparecían en Facebook.

Seguramente vieron mi publicación donde expresé mi agradecimiento de corazón a todas mis amigas que vinieron al baby shower, y la cuñada que viajó desde Arizona para el baby shower y que me etiquetó en las fotos. Seguramente me vieron googlear "vestidos de fiesta para embarazadas" y "pintura no tóxica para cuna de bebé". Y seguramente Amazon les dijo mi fecha de parto, 24 de enero, cuando creé un registro en Amazon.

¿Pero no me vieron también googlear "¿éstas son contracciones de Braxton Hicks? ¿Acaso no vieron los tres días de silencio, poco habituales para un usuario frecuente como yo? ¿Y luego el anuncio con palabras claves como "con el corazón roto", "problema", "muerte fetal" y los 200 emojis con lágrimas de mis amigos? ¿No pudieron rastrear eso?

Gillian compartía en Instagram fotos donde mostraba en avance de su embarazo
Gillian compartía en Instagram fotos donde mostraba en avance de su embarazo

Cada año 26.000 bebés nacen muertos en Estados Unidos, y millones más en todo el mundo; y díganme cómo son las redes sociales cuando uno finalmente regresa a casa desde el hospital, con las manos más vacías del mundo; después de haber pasado días sollozando en la cama, y levanta el teléfono para tener unos minutos de distracción después del próximo lamento. Es aplastante, tal como era cuando tu bebé todavía estaba vivo. Exactamente igual. Maternidad. Mamá encerrada. Cada decoración de Etsy que estaba planeando para el cuarto.

Y cuando millones de personas con el corazón roto hacen clic en "no quiero ver esta publicidad" e incluso cuando se responde al "¿por qué?" con un cruel pero real "esto no es relevante para mí", ¿saben lo que sus algoritmos deciden, compañías de tecnología? Deciden que has dado a luz, asumen un resultado feliz, te llenan de publicidades del mejor corpiño para amamantar (yo tengo hojas de repollo en mis pechos porque esto es lo mejor que la ciencia médica puede ofrecer para cortar la leche), trucos para que el bebé duerma toda la noche (daría lo que fuera por escucharlo llorar) y los mejores carritos que se adapatan al crecimiento de tu bebé (el mío pesará siempre 1,8 kilos).

Y luego, después de todo, Experian aparece con el golpe más bajo de todos: un correo spam alentándome a que "termine de registrar al bebé" (nunca "comencé", pero bueno) para comenzar a registrar su crédito a lo largo de la vida que nunca tendrá.

Por favor, empresas de tecnología, se los imploro: si son lo suficientemente inteligentes para darse cuenta de que estoy embarazada, de que he dado a luz, entonces seguramente son lo suficientemente inteligentes para darse cuenta de que mi bebé murió, y pueden mostrarme publicidad que se ajuste a esto, o quizás, tan solo quizás, puedan no mostrarme nada en absoluto.

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