Se mudaron en marzo a Los Angeles, luego de una brevísima estadía en Canadá. Luego, comenzaron a ver viviendas para instalarse definitivamente y sentir de una vez por todas cómo sería la vida alejados de la vida de lujos, privilegios y obligaciones que les demandaba formar parte de la Familia Real británica. Meghan Markle y el príncipe Harry, duques de Sussex, compraron una increíble mansión en Santa Barbara, un exclusivo lugar en California, donde piensan pasar la mayoría del año junto a su hijo, Archie.
De acuerdo a expertos en bienes raíces consultados por The Times, el valor de la mansión adquirida es mayor a los 14 millones de dólares. Hace seis semanas que ya están vivienda en la propiedad donde esperan “privacidad” y donde quieren que Archie crezca “con una vida lo más normal posible”, de acuerdo a una fuente cercana a la pareja. “Esta es la primera casa que cualquiera de los dos ha tenido. Ha sido un momento muy especial para ellos como pareja y como familia: tener total privacidad durante seis semanas desde que se mudaron”, señaló el confidente.
Los documentos de la propiedad de Santa Barbara muestran que la enorme mansión tiene nueve habitaciones y ¡16 baños! en el exclusivo barrio de Montecito. Fue comprada por el matrimonio el pasado 18 de junio por 14.650.000 de dólares. La casa tiene 1.300 metros cuadrados se encuentra en 2 hectáreas de superficie.
Montecito, en Santa Barbara, está situado a 140 kilómetros al noroeste de Los Ángeles, donde vivían rentando una propiedad al empresario Tyler Perry. “Se han instalado en la tranquila privacidad de su comunidad desde su llegada y esperan que esto sea respetado por sus vecinos”, le confirmó un representante al medio HELLO!. También se supo que el príncipe Carlos ayudó con los fondos para pagarla, ya que la pareja todavía está pagando las renovaciones de Frogmore Cottage en Windsor.
La nueva residencia elegida se ubica en una zona de alta privacidad, ideal para la pareja. Meghan, Harry, y el pequeño Archie tienen como vecinos a otras estrellas de Hollywood como son Ellen DeGeneres y Oprah Winfrey. La zona parece estar de moda: la actriz Gwyneth Paltrow también está construyéndose una casa allí.
“Tienen la intención de echar raíces en esta casa y en la tranquila comunidad, que tiene una privacidad considerable. Aquí es donde quieren criar a Archie, donde esperan que pueda tener una vida lo más normal posible”, explicó una fuente al sitio Page Six. Según ese mismo informante, los duques de Sussex nunca habían pensado asentarse en Los Ángeles, sino que habían elegido a esa ciudad emblemática como una transición. Durante meses estuvieron visitando residencias y, en concreto, se han mostrado interesados en una propiedad que pertenece al actor Mel Gibson y por la que estuvieron dispuestos a pagar USD 14 millones.
Algo de paz
La adquisición de la residencia por parte de los duques llega en momentos en que salieron a la luz secretos de la vida de ambos cuando formaban parte de la vida pública real británica. Es el libro Finding Freedom, el libro escrito por Omid Scobie y Carolyn Durand que es un boom de ventas y revelaciones.
El duque, de 35 años, y la duquesa, de 39, aclararon que no fueron entrevistados para el libro y no contribuyeron a la historia de los autores, que proporciona un alto nivel de detalles personales y un relato dramático de los hechos que condujeron a la partida de los Sussex de la vida real.
Su equipo emitió una declaración en la que niegan haber participado del libro. Sin embargo, la publicación está repleta de una gran cantidad de detalles de su vida privada e información detrás de escena, que deja en evidencia que muchos los datos fueron otorgados por personas muy cercanas al matrimonio, que hoy reside en Los Ángeles con su hijo Archie, de un año.
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