Nuestros perros hablan con el cuerpo: qué nos quieren decir

Por qué comprender el mensaje corporal fortalece la relación con sus dueños

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En caso de que el perro esté parado, con la cabeza levantada y la mirada de atención, nos dice que espera algo, como por ejemplo que le demos comida (Shutterstock)
En caso de que el perro esté parado, con la cabeza levantada y la mirada de atención, nos dice que espera algo, como por ejemplo que le demos comida (Shutterstock)

Un perro que se sienta seguro de sí mismo no va a tener nunca una actitud vigilante, sus orejas van a estar erguidas o relajadas en la posición que le marque su raza o ascendencia, y en general se le notará cómodo, fresco y relajado. La cola o bien va a estar apuntando hacia arriba quieta o en con movimiento lento, de derecha a izquierda, lo que nos indica que el perro está contento.

Si además, se acompaña de la postura del cuerpo encorvada, con la cabeza agachada y algún gemido, está implorando caricias y atención de una manera sumisa. Si apoya las patas delanteras en una persona u otro animal, en silencio o a veces gimiendo, indica un saludo amistoso (“el abrazo del lobo”) para entablar una cordial relación o demostrando la alegría por el encuentro.

En caso de que el perro esté parado, con la cabeza levantada y la mirada de atención, nos dice que espera algo, como por ejemplo que le demos comida. Lo mismo “dice” si estando sentado y atento toca o coloca la pata encima de alguien.

¡Vamos a jugar!

Cuando un perro agacha la parte anterior apoyando las manos (así se les dice a las “patas” delanteras) en el suelo y mantiene levantados los cuartos traseros, nos está diciendo que está contento y quiere jugar (Shutterstock)
Cuando un perro agacha la parte anterior apoyando las manos (así se les dice a las “patas” delanteras) en el suelo y mantiene levantados los cuartos traseros, nos está diciendo que está contento y quiere jugar (Shutterstock)

Cuando un perro agacha la parte anterior apoyando las manos (así se les dice a las “patas” delanteras) en el suelo y mantiene levantados los cuartos traseros, nos está diciendo que está contento y quiere jugar. Puede también al mismo tiempo estar moviendo todo el cuerpo de lado a lado.

Lo que sigue es empezar a correr y cuando no hay espacio para hacerlo seguro empezará a girar en un movimiento de calesita como si tuviera un eje en el centro del cuerpo, repitiéndolo varias veces a modo de extraño convite. Esto se conoce como la “reverencia del juego”. Algunos perros adoptan esta posición sin movimiento como para descansar.

Un ejemplo de ello son las razas primitivas de América del Sur como el perro calato peruano o el perro pila. Los movimientos de cadera, sacudidas o empujones son otra señal de invitación al juego, amistosa y de excitación. Cuando un perro muestra su parte trasera, es una señal de confianza, y podría significar también que quiere que lo rasquen.

“Soy todo tuyo”

Una postura corporal muy conocida y expresiva del perro es aquella en la que se pone panza arriba para demostrar que desea que lo acaricien y le den bolilla (Shutterstock)
Una postura corporal muy conocida y expresiva del perro es aquella en la que se pone panza arriba para demostrar que desea que lo acaricien y le den bolilla (Shutterstock)

Una postura corporal muy conocida y expresiva del perro es aquella en la que se pone panza arriba para demostrar que desea que lo acaricien y le den bolilla. Este gesto demuestra además respeto por la autoridad. Darle el masaje o la caricia en la panza es un excelente refuerzo de este comportamiento.

“Tengo miedo y ansiedad”

Cuando un perro tiene miedo intentará esconderse o agacharse (Christin Klose)
Cuando un perro tiene miedo intentará esconderse o agacharse (Christin Klose)

Un perro que deambula sin ninguna dirección determinada indica excitación, nerviosismo o aburrimiento, tal vez causado por la falta de ejercicio o juego.

Cuando un perro tiene miedo intentará esconderse o agacharse. Una leve inclinación denotará sumisión o nerviosismo. Otra respuesta puede ser la espalda arqueada, con las patas ligeramente flexionadas, y la cola hacia abajo, con la mirada fija en lo que lo está inquietando. Un perro asustado puede morder, así hay que actuar con cautela cuando nos cruzamos con un perro que está erizando sus pelos.

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