La maquinaria de desinformación sobre el golpe de Pedro Castillo

Yesenia Álvarez comenta que ante la avalancha de desinformación hay que volver a recordar que el pasado 7 de diciembre Pedro Castillo, en medio de serias investigaciones por corrupción, dio un mensaje a la Nación en el que decidió dar un golpe de Estado

Compartir
Compartir articulo
Cuando fue apresado Pedro Castillo, seguidores del vacado presidente iban a pedir su libertad a las afueras del penal de Barbadillo. REUTERS/Sebastian Castaneda/File Photo
Cuando fue apresado Pedro Castillo, seguidores del vacado presidente iban a pedir su libertad a las afueras del penal de Barbadillo. REUTERS/Sebastian Castaneda/File Photo

La izquierda peruana y latinoamericana están intentando desdibujar lo que ha pasado en el país desde el golpe de Estado de Pedro Castillo. Vemos que tanto los presidentes de Bolivia, Argentina, Colombia, México, Honduras, como activistas y organizaciones socialistas de la región están mintiendo descaradamente sobre lo que ocurrió en diciembre del 2022 en Perú y tergiversando que habría sido un golpe del congreso y que Castillo sería víctima de la derecha.

Por ello, ante esta avalancha de desinformación hay que volver a recordar que el pasado 7 de diciembre Pedro Castillo, en medio de serias investigaciones por corrupción, dio un mensaje a la Nación en el que decidió dar un golpe de Estado con estas palabras: “Disolver el Congreso de la República e instaurar un gobierno de emergencia excepcional”. También dictó que “se gobernaría mediante decretos ley”. Además, intervino y declaró “la reorganización del Poder Judicial, del Ministerio Público, la Junta Nacional de Justicia, y del Tribunal Constitucional”. Y convocó a “elecciones para un nuevo Congreso con facultades constituyentes para elaborar una nueva Constitución”. Todo esto significó romper el orden constitucional y democrático, razón por la cual el Parlamento declaró la permanente incapacidad moral de Castillo, y por tanto, su inmediata vacancia del cargo, así como la aplicación de la sucesión constitucional. Es así como Dina Boluarte asume el poder, porque iba en la misma plancha del proyecto político de Castillo. La izquierda que llamó a votar por ambos en el 2021 no quiere hacerse cargo de esto. Ayer pedían votar por Boluarte y hoy a su candidata de izquierda la llaman de derecha, cuando es una política de izquierda. Todo este caos llevaría un componente esencial de lucha de la izquierda contra la izquierda.

Aníbal Torres es investigado por el presunto delito de rebelión.
Aníbal Torres es investigado por el presunto delito de rebelión.

Además, queda claro en ese mismo mensaje del golpe que es Castillo quien gatilla esta crisis en la que nos encontramos porque llamó a todos las instituciones de la sociedad civil, asociaciones, rondas campesinas, frentes de defensa y a todos los sectores sociales a respaldar sus decisiones antidemocráticas. Luego de haber estado cerca de 17 meses en el poder sin solucionar las demandas sociales de los peruanos, pero usando la maquinaria y los recursos del Estado para transmitir junto a Aníbal Torres un discurso que generaba enfrentamiento entre peruanos. También está bastante documentado que en este tiempo se reunía con Movadef, el brazo legal y político del movimiento terrorista Sendero Luminoso, quienes han engendrado buena parte de las protestas violentas.

Es profundamente lamentable y condenable que haya cerca de 50 fallecidos en este caos generado por Castillo, y era predecible que si Boluarte postuló con un proyecto político autoritario, su conocimiento y convicciones sobre derechos humanos sea escaso. Si el Perú está resistiendo este ataque a la democracia es más bien pese a Dina Boluarte. Son nuestras frágiles contenciones institucionales las que nos están defendiendo, porque si a la presidenta de verdad le interesara la paz ya hubiera tomado medidas para contener la violencia y sería la primera en defenderse del adjetivo de “asesina” que le ha impuesto la izquierda. Debería estar liderando una empática y rigurosa investigación, buscando las responsabilidades individuales y políticas de los casos en que haya habido uso excesivo de la fuerza. Pasan los días y no hay una preocupación real por esto.

A dos meses del golpe, Castillo, desde la cárcel, ha dado una entrevista a un portal español en el que otra vez miente, se victimiza y niega haber roto el orden constitucional. También vuelve a enfrentar a los peruanos, echa más fuego a la convulsa situación que atraviesa el país por su culpa, y delirantemente se sigue considerando aún presidente del Perú.

Dina Boluarte, presidenta del Perú
Dina Boluarte, presidenta del Perú

La mentira como estrategia política campea en nuestro país. Una prueba más de que la izquierda manipula o desinforma es su reacción al resultado del Índice de Democracia 2022 de The Economist, el cual da cuenta que el Perú descendió en el ranking de la categoría de “democracia defectuosa” a un “régimen híbrido”. Varios políticos, activistas y comunicadores de izquierda aprovecharon para decir que ese deterioro de la democracia es culpa del actual gobierno, tratando de liberar a Castillo y de agudizar la crisis. Lo cierto es que el Informe señala de forma expresa dos hechos: que esta edición del Índice de Democracia examina el estado de la democracia en el año 2022, y que el golpe fallido de Pedro Castillo debilitó una democracia inestable. Señaló además que bajo Castillo, la capacidad del Estado se debilitó en gran medida debido a más de 80 cambios ministeriales y al nombramiento de muchos ministros que carecían de experiencia relevante. Para este reporte, el gran responsable de la degradación de nuestra democracia durante el 2022 es Pedro Castillo. Es cierto que el reporte menciona que se informó de más de 20 muertes relacionadas con las protestas en el gobierno de Boluarte, pero nuevamente el principal sustento se refiere a los 11 meses y 7 días en que Castillo erosionó nuestra inestable democracia.

La maquinaria de desinformación sobre el golpe de Castillo, su gobierno y la crisis han sido puestos en marcha y nos muestra que los autoritarios cooperan entre sí logrando una fuerza abrumadora contra ciudadanos demócratas, quienes necesitan entender que deben también cooperar entre sí para enfrentar el falso relato como una responsabilidad ineludible para salvaguardar nuestra democracia.

Yesenia Álvarez
Yesenia Álvarez