Claves para entender el conflicto Israel-Palestina: los acuerdos que intentaron llevar la paz a Medio Oriente

De Camp David a Oslo, los principales planes que buscaron terminar con las hostilidades

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Pese a los distintos y esfuerzos de la comunidad internacional, todavía persiste el profundo -y complejo- conflicto entre Israel y Palestina (EFE/EPA/Justin Lane)
Pese a los distintos y esfuerzos de la comunidad internacional, todavía persiste el profundo -y complejo- conflicto entre Israel y Palestina (EFE/EPA/Justin Lane)

Ya pasaron más de siete décadas y la tensión continúa en Medio Oriente, con el foco puesto principalmente en el conflicto entre Israel y Palestina. La guerra que inició Hamas semanas atrás con el brutal ataque en territorio israelí es un capítulo más de una larga historia de conflictos y enfrentamientos armados. Sin embargo, en el transcurso de estos años hubo algunos intentos de llevar la paz a la región.

A continuación, uno por uno los distintos acuerdos y propuestas que se realizaron para poner fin a las hostilidades en Medio Oriente y acercar a israelíes y palestinos.

El presidente egipcio Anwar al Sadat y el primer ministro israelí Menachem Begin se saludan para su primera reunión en la Cumbre de Camp David, frente a Jimmy Carter y Rosalynn Carter (Courtesy Jimmy Carter Library/National Archives/Handout via REUTERS)
El presidente egipcio Anwar al Sadat y el primer ministro israelí Menachem Begin se saludan para su primera reunión en la Cumbre de Camp David, frente a Jimmy Carter y Rosalynn Carter (Courtesy Jimmy Carter Library/National Archives/Handout via REUTERS)

Acuerdo de Camp David

La escalada entre árabes y judíos no cedía. Egipto pretendía recuperar el Sinaí y Siria los Altos del Golán, territorios que en ese entonces estaban en poder de Israel. Así, en octubre de 1973 encabezaron una coalición de países árabes contra Israel, dando comienzo a lo que se conoció como la guerra de Yom Kippur. Tras casi 20 días de enfrentamientos, Israel logró repeler a las tropas árabes.

Cinco años después, el 17 de septiembre de 1978, Camp David, la residencia campestre del presidente de Estados Unidos ubicada en el estado de Maryland, fue escenario de una histórica cumbre entre el entonces presidente de Egipto, Anwar al Sadat, y el primer ministro de Israel, Menachem Begin, quienes, con la mediación del gobierno norteamericano, firmaron los Acuerdos de Camp David. Fue la primera vez que un país árabe reconocía a Israel como Estado.

En virtud de esos acuerdos, El Cairo recuperó la península del Sinaí, y se normalizaron las relaciones entre ambos países, lo que aportó cierta estabilidad a una región que venía de conflicto en conflicto.

Pero como todo acuerdo, más allá de sus resultados positivos, el de Camp David no estuvo exento de controversias, ya que el reconocimiento de Egipto rompió la unanimidad que tenían los países árabes respecto a la oposición a Israel.

El 6 de octubre de 1981 Al Sadat fue asesinado por un grupo terrorista durante un desfile militar en El Cairo, y en 1989 el país fue excluido de la Liga Árabe.

En octubre de 1991, el presidente de España Felipe González encabezó la Conferencia de Paz de Madrid
En octubre de 1991, el presidente de España Felipe González encabezó la Conferencia de Paz de Madrid

Conferencia de paz de Madrid

El 30 de octubre de 1991, el presidente de España Felipe González encabezó un histórico encuentro en el Palacio Real de Madrid. Fue la primera oportunidad en la que israelíes y palestinos se sentaron en una misma mesa para debatir. Fue, además, la primera vez que se acuñaba el término “paz por territorios”.

También tuvo la particularidad de ser la cumbre en la que por última vez se reunieron un presidente de Estados Unidos -George Bush- y un líder de la Unión Soviética -Mijail Gorbachov-. Menos de dos meses después se terminó de disolver la URSS.

El objetivo de González era impulsar un proceso de paz en todo Medio Oriente, no sólo entre Israel y Palestina. También habían asistido delegaciones de Jordania, Egipto, Líbano, Siria y europeos. Sin embargo, esos esfuerzos no se pudieron materializar en un acuerdo.

El premier israelí Yitzhak Rabin y el lider de la OLP Yasser Arafat se dan la mano bajo la mirada de Bill Clinton en la ceremonia para la firma de los Acuerdos de Oslo el 13 de septiembre de 1993, en Washington (AP Photo/Ron Edmonds)
El premier israelí Yitzhak Rabin y el lider de la OLP Yasser Arafat se dan la mano bajo la mirada de Bill Clinton en la ceremonia para la firma de los Acuerdos de Oslo el 13 de septiembre de 1993, en Washington (AP Photo/Ron Edmonds)

Acuerdos de Oslo

Bajo el auspicio del presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, el 13 de septiembre de 1993 el primer ministro israelí, Yitzhak Rabin, y el líder de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Yasser Arafat, firmaron un importante primer acuerdo en Washington, tras varias conversaciones en secreto que se venían manteniendo desde hacía meses en la capital noruega de Oslo.

Esta iniciativa era vista con suma esperanza por gran parte de la comunidad internacional, pero al mismo tiempo se enfrentaba a grandes obstáculos, impuestos principalmente por los sectores más radicales de ambas partes.

Israel se comprometió a devolver los territorios ocupados de Gaza y Cisjordania, mientras Arafat reconocía el derecho de existir de Israel. Al mismo tiempo se estableció el nacimiento de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) para gobernar en esas tierras, y la retirada progresiva de las fuerzas israelíes.

En los Acuerdos de Oslo las partes también se comprometieron a tomar medidas de prevención contra el terrorismo, y a garantizar una solución para antes de mayo de 1999 de una serie de temas en disputa, que incluía Jerusalén, las fronteras y la situación de los refugiados, entre otros.

En septiembre de 1995 Rabin y Arafat firmaron también en Washington lo que se conoció como Acuerdo de Oslo II, que ampliaba la autonomía de Cisjordania.

Sin embargo, los nacionalistas religiosos de ambos bandos continuaron haciendo todo lo posible por estorbar el proceso de paz.

El 4 de noviembre de 1995 Rabin fue asesinado por un radical judío, lo que llevó a la celebración de nuevas elecciones en Israel. En 1996 Benjamin Netanyahu se convirtió en el nuevo primer ministro de Israel. Un año después firmó otro importante acuerdo con Arafat, que implicaba la retirada de Israel de Hebrón.

En 1999 llegó al poder el laborista Ehud Barak, quien buscaba volver a implementar la fórmula “paz por territorios”. No obstante, un año después las conversaciones de Camp David II con Arafat, bajo la mediación de Clinton, no prosperaron. Las mismas trataban la soberanía de Jerusalén.

Con las conversaciones prácticamente estancadas y varios temas sin haber sido resueltos, los acuerdos de Oslo quedaron sin efecto en septiembre de 2000, cuando el líder de la oposición israelí, Ariel Sharon, visitó el Monte del Templo, lo que fue tomado como una provocación por Palestino y dio origen a la Segunda Intifada.

Con el correr de los años, y a pesar de sus defectos, los Acuerdos de Oslo provocaron un importante cambio en el mapa geopolítico de Medio Oriente, ya que permitió una apertura sin precedentes hacia Israel en el mundo árabe. Apertura que, por ejemplo, allanó el camino para que décadas después se pudieran dar los Acuerdos de Abraham, firmados en 2020 por Israel, Emiratos Árabes Unidos y Bahrein.

Donald Trump y Benjamin Netanyahu, durante la presentación del plan propuesto por el ex presidente de EEUU el 28 de enero de 2020 (REUTERS/Joshua Roberts)
Donald Trump y Benjamin Netanyahu, durante la presentación del plan propuesto por el ex presidente de EEUU el 28 de enero de 2020 (REUTERS/Joshua Roberts)

Acuerdo del siglo

Otra propuesta que no prosperó fue la presentada en enero de 2020 por el ex presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien proponía duplicar el territorio de Palestina si renunciaban al terrorismo.

Trump, quien llamó a su plan como “Acuerdo del siglo”, hizo la presentación en una conferencia conjunta con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.

El plan planteaba la creación de un estado Palestino independiente, con la capital ubicada en Jerusalén Este, y un congelamiento por cuatro años del desarrollo israelí en una zona que estaría prevista para el Estado palestino. También preveía unos 50.000 millones de dólares para la reactivación económica de Palestina, Jordania y Egipto.

Trump proponía también que Jerusalén permaneciera como la “capital indivisible” de Israel.

El plan finalmente fue rechazado tanto por Hamas como por la Autoridad Palestina de Mahmoud Abbas.