Francia reportó 243 nuevas muertes por coronavirus y superó las 26.000

Los hospitales del país tienen a 22.724 personas ingresadas por esta enfermedad, de las cuales 2.868 están en cuidados intensivos, lo que supone 93 menos que en el último balance. Una nueva fase del confinamiento en el país empezará el lunes

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Una estatua en la plaza del Trocadero cerca de la torre Eiffel lleva una máscara protectora durante el brote de la enfermedad coronavirus (COVID-19) en París, Francia, 2 de mayo de 2020 (REUTERS/Benoit Tessier)
Una estatua en la plaza del Trocadero cerca de la torre Eiffel lleva una máscara protectora durante el brote de la enfermedad coronavirus (COVID-19) en París, Francia, 2 de mayo de 2020 (REUTERS/Benoit Tessier)

Francia superó este viernes la cifra de 26.000 muertos por coronavirus, tras sumar 243 nuevos decesos en las últimas 24 horas, informó el Ministerio de Sanidad.

Los hospitales del país tienen a 22.724 personas ingresadas por esta enfermedad, de las cuales 2.868 están en cuidados intensivos, lo que supone 93 menos que en el último balance diario.

A tres días de que se comience a levantar el confinamiento de la población tras 53 días de la más estricta cuarentena, las autoridades sanitrias remarcaron que cuatro regiones agrupan el 72 % de las hospitalizaciones ligadas al coronavirus.

Son precisamente las cuatro regiones del noreste del país - incluida la de París.- en las que el Gobierno anunció que la desescalada se hará de forma más lenta.

El ministerio indicó que desde el inicio de la pandemia en Francia a principios de marzo, 95.601 personas han pasado por los hospitales del país, de las cuales 55.782 se han curado, sin contar “las decenas de miles” que hayan sanado sin ser ingresadas.

En total, 16.497 personas fallecieron en los hospitales y otras 9.733 en las residencias geriátricas.

Reapertura de la capital

A punto de cumplir dos meses de confinamiento, París se prepara para una vuelta a la normalidad que, con sus hospitales aún sometidos a una gran presión, tiene poco de corriente. Pero en lo esencial los parisienses recuperarán sus calles, los comercios reabrirán y los niños volverán a la escuela.

El regreso a las aulas es sin duda el punto más polémico de las medidas previstas por el Gobierno a partir de este 11 de mayo, con clases que recibirán a un máximo de 10 a 15 alumnos y que acogerán de forma prioritaria a los hijos de trabajadores que deben reincorporarse imperativamente a sus puestos.

El Ayuntamiento de París ha optado por que la reincorporación de los niños a sus centros se retrase hasta el 14. Los tres días previos serán para prepararla con el personal.

"La prioridad será recibir a los niños en situación de vulnerabilidad social o de discapacidad, niños de profesionales que deben volver al trabajo y los de último curso de infantil" en el que comienza el aprendizaje de la lectura, explica el responsable de educación del consistorio, Patrick Bloche.

El Ayuntamiento calcula que durante las primeras semanas podrán acoger a un 15 % de los 130.000 niños escolarizados en primaria, es decir, cerca de 20.000 niños. Contempla escalonar los horarios para que los dejen los padres, de forma que se eviten las grandes concentraciones, y ampliar las aceras cuando sea posible.

La única diferencia en el paisaje de París son las mascarillas, cada vez más presentes. Algunas tiendas venden incluso modelos fabricados por ellos mismos.

A partir del lunes, más de 900 farmacias servirán como punto de distribución de 2,5 millones de mascarillas para que cada vecino pueda recoger la suya, previa reserva por internet en la web del ayuntamiento.

Pese a estar calificada como una de las regiones con mayor presión sanitaria por la epidemia, los parisinos podrán volver a pasear sin llevar una declaración jurada y salir a correr a cualquier hora del día.

Los pequeños museos reabrirán a partir del 16 de junio y el Ayuntamiento espera que la vida cultural se reanude en agosto, dando por hecho que muchos no podrán irse de vacaciones y que habrá una vida "más densa" que otros agostos, tradicionalmente desiertos.

El mayor temor es que, con los bares y restaurantes aún cerrados, los parisinos ocupen el espacio público para hacer picnic y beber alcohol en las calles.

“No hemos querido imponer prohibiciones, sino una llamada a la responsabilidad personal. Pero pediremos a la prefectura medidas complementarias para limitar la venta de bebidas alcohólicas”, avisan responsables del consistorio.

Con información de EFE

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