Cambio climático: ¿Compensar para respirar?

Por Jahir Lombana y Lorena Palacios*

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Diferentes naciones del mundo han colaborado en planificar estrategias para la reducción del uso de energías fósiles (Foto: Getty Images)
Diferentes naciones del mundo han colaborado en planificar estrategias para la reducción del uso de energías fósiles (Foto: Getty Images)

Los acuerdos de la reciente cumbre sobre el clima de las Naciones Unidas, la COP26, marcan un hito por los compromisos asumidos por los países emisores de energías fósiles, que respaldarán con una compensación a los países emisores de oxígeno. Sin embargo, las grandes explotaciones de este tipo de combustibles prácticamente no se verían afectadas en el corto plazo.

El cambio de expresión de último minuto para salvar el acuerdo, desde “eliminación gradual” de la energía basada en carbón hasta “reducción gradual en el uso del carbón”, fue un triunfo para las economías emergentes dependientes de este recurso energético (China e India), pero que deja una gran incertidumbre para el cambio real en las condiciones que exige el cambio climático y confirma la continua falta de compromiso de algunos líderes gubernamentales.

Sin embargo, es menester ver el tema desde nuestra región. Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, México y Venezuela sustentan su base económica en minero-energéticos, pero también serán llamados por su biodiversidad a recibir compensaciones para que los países emisores de energía fósil alcancen sus metas.

La economía de varias naciones en el mundo como México, Bolivia, Venezuela y Ecuador, dependen directamente de el uso de energías fósiles. (Foto: EFE/ Henry Chirinos/Archivo)
La economía de varias naciones en el mundo como México, Bolivia, Venezuela y Ecuador, dependen directamente de el uso de energías fósiles. (Foto: EFE/ Henry Chirinos/Archivo)

Venezuela, con las mayores reservas de petróleo del mundo, no da garantía de que pueda explotar sus pozos. Los cambios políticos en ese país, hacia una mayor apertura, pueden generar transformaciones impresionantes en la composición mundial, aumentar su explotación y dar al traste con los deseos de que un costoso valor del petróleo motive fuentes de energía renovable, incluso a nivel mundial.

Asimismo, las grandes empresas de hidrocarburos de la región (PDVSA, Petrobras y Pemex, todas estatales) tendrían que modificar su composición para no afectarse a sí mismos y a sus países por un eventual giro en la explotación de los recursos del subsuelo. Así, los países dependientes de estos energéticos (y los ingresos que generan) enfrentan una seria dicotomía entre (1) seguir explotando y (2) reconvertir sus fuentes de ingreso. Además, se encuentran con una paradoja pues, al ser países que explotan minero-energéticos y los venden a los países que producen energías fósiles, son los mismos que recibirían las compensaciones para conservar sus bosques y su biodiversidad.

Desde el Acuerdo de París, las metas fijadas y reglamentaciones internas de los países poco se han cumplido. Con la COP26, las metas de ser “climáticamente neutros”, se dilatan de 2030 y hasta 2050. Los compromisos de Costa Rica y Dinamarca, de eliminar totalmente sus economías de la producción de petróleo y gas natural, son más la excepción que la regla y suenan prometedores para los que no son productores. No se ve a ningún país dependiente de energía fósiles siquiera pidiendo información para entrar a dicho club.

Las grandes empresas de hidrocarburos deberán elegir entre seguir explotando los recursos del subsuelo o reconvertir sus fuentes de ingresos (Foto: REUTERS / Daniel Becerril / Foto de archivo)
Las grandes empresas de hidrocarburos deberán elegir entre seguir explotando los recursos del subsuelo o reconvertir sus fuentes de ingresos (Foto: REUTERS / Daniel Becerril / Foto de archivo)

En este sentido, el futuro es incierto y poco optimista. Los mayores críticos a este tipo de arreglos consideran que la única solución es dejar enterradas las reservas mundiales. Pero la dependencia de muchos países de este tipo de energías lo hace inviable sin una real compensación, sin un compromiso a fuentes renovables y sobre todo sin un recambio de las fuentes de ingresos para los países dependientes.

La solución y verdadero compromiso puede estar en las empresas privadas. De acuerdo con datos de enero de 2021 del índice de mercados emergentes MSCI ACWI, el porcentaje de compañías que han declarado metas de cero emisiones se duplicó de 2019 – 2020, lo cual demuestra su compromiso, que ha demostrado ser menos frecuente desde la perspectiva estatal. Esto es acompañado por la reconversión industrial para generar bienes de consumo libres de emisiones, como está ocurriendo con las empresas automotrices. Así, esto enfatiza que, además de las declaraciones públicas, es importante tener estrategias y tácticas claras que lleven a una implementación coherente y que impliquen procesos de mejora continua a través del monitoreo, seguimiento y ajuste.

El sector automotriz es de los primeros en impulsar el uso de energías limpias y renovables (Foto: REUTERS/Fabrizio Bensch/File Photo)
El sector automotriz es de los primeros en impulsar el uso de energías limpias y renovables (Foto: REUTERS/Fabrizio Bensch/File Photo)

Si bien el tema del calentamiento global ha sido parte de la agenda internacional desde hace ya varias décadas, la falta de un compromiso mundial real ha tenido como consecuencia la aparición de catástrofes sin precedentes, en diferentes partes del mundo, sin distingos de su nivel de desarrollo.

Estudios han calculado que, de no tomar medidas radicales de protección al medio ambiente, la Tierra será 3.5 ° C más caliente a finales de siglo. Con lo cual continuaría subiendo el nivel del mar y otras fuentes hídricas, con implicaciones negativas para la salud humana, y un aumento en las tasas de mortalidad.

Prevenir estos efectos mencionados requiere de transformaciones profundas en la producción y el consumo, que pueden ser promovidas y difundidas por empresas de todos los tamaños y sectores, con impacto en los diferentes grupos de interés. A su vez, vale la pena preguntarse: ¿cómo puedo ser yo como individuo un agente real de cambio?

*Jahir Lombana Coy es profesor de la Universidad del Norte, Colombia; Lorena A. Palacios Chacón es profesora de la Escuela de Negocios del Tecnológico de Monterrey, campus Guadalajara.

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