Martha Venus Cáceres: quién fue la cubana que conquistó el corazón del “Señor de los Cielos”

En 1997 el gobierno de México solicitó formalmente a Cuba información sobre las actividades del capo sinaloense, quien presumiblemente llegó a utilizar la isla caribeña como base de sus operaciones

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La actriz Yessica Borroto dio vida a la amante del líder del Cártel de Juárez
La actriz Yessica Borroto dio vida a la amante del líder del Cártel de Juárez

Amado Carrillo Fuentes, el narcotraficante interpretado por el actor José María Yazpik en la serie Narcos: México, supuestamente solo estuvo casado en toda su vida con una sola mujer: Sonia Barragán. Sin embargo, tal y como se retrata en la producción de Netflix, se sabe que el líder del poderoso Cártel de Juárez llegó a tener un amorío con una ciudadana cubana de nombre Martha Venus Cáceres.

De acuerdo con información entregada por el gobierno de Cuba a la entonces Procuraduría General de la República (PGR) en 1997, “Carrillo Fuentes estuvo relacionado afectivamente” con Cáceres. Incluso se presume que ella —a diferencia de lo expuesto en la serie de ficción— desconocía la verdadera identidad del Señor de los Cielos y simplemente lo conocía como Juan Antonio Arriaga, un empresario mexicano acaudalado al que algunos se dirigían como El Patroncito.

En 1997 el gobierno de México solicitó formalmente a Cuba información sobre las actividades del capo sinaloense, quien presumiblemente llegó a utilizar la isla caribeña como base de sus operaciones. En un comunicado dado a conocer ese año, la procuraduría aseguró contar con pruebas —billetes de avión y testimonios de allegados a Carrillo Fuentes— que dieron fe de que el narcotraficante viajó a Cuba en varias ocasiones, la última pocos días antes de su supuesta muerte en un quirófano de la Ciudad de México.

Según las informaciones recabadas por la dependencia, Carrillo Fuentes llegó a tener “una segunda esposa y una hija en la isla, a las que visitaba con regularidad”.

Un funcionario mexicano dijo al periódico Miami Herald que Amado Carrillo llegó a residir en una casa de protocolo del gobierno cubano situada en el barrio El Vedado, en La Habana. De acuerdo con información divulgada por la DEA en 2001, el capo habría pagado millones de dólares al gobierno de Cuba para utilizar la isla como refugio. Alejandro Bernal Madrigal, uno de los lugartenientes del Señor de los Cielos, habría llegado a afirmar que Carrillo pasaba largas temporadas en la isla con Cáceres en completa privacidad.

“Se mantenía allá, el compadre (Amado Carillo) se mantenía allá en Cuba. Si tú quieres llegar a Cuba y quedarte viviendo allá bien tranquilo, cinco millones de dólares a Fidel. Y no te toca nadie. Pero eso no es de ahora, es de toda la vida”, declaró el narcotraficante colombiano al Nuevo Herald.

“Escogía su habitación y alquilaba su casa. Y entonces la novia lo esperaba en su casa. Un pachá el hijo de puta, un buenavida”, agregó.

La muerte sospechosa

Amado Carrillo (Fotoarte: Steve Allen/Infobae)
Amado Carrillo (Fotoarte: Steve Allen/Infobae)

El 3 de julio de 1997, al hospital Santa Mónica, ubicado en Polanco, una de las zonas más exclusivas de la Ciudad de México, llegó Antonio Flores Montes para someterse precisamente a esas intervenciones quirúrgicas a cargo de un reconocido médico colombiano de nombre Ricardo Reyes.

El doctor sabía que se trataba en realidad de Amado Carrillo Fuentes, quien falleció al cabo de la operación “por la presencia residual de agentes farmacológicos de tipo anestésico”, de acuerdo con el informe de la autopsia que se dio a conocer en su momento.

Su muerte fue declarada a las 6 de la mañana, en la habitación 407, donde Amado estaba completamente solo.

Al día siguiente, su cuerpo fue trasladado a la Funeraria García López, uno de los más exclusivos en la capital mexicana, que se encargaría de trasladar a Culiacán y después a Badiraguato a Antonio Flores Montes, de 42 años, originario de Zacatecas, según su certificado de defunción.

infobae

Esa misma tarde la PGR informó en un comunicado que desde el 4 de julio por la noche, recibió informes de que “El señor de los Cielos” había fallecido. La información fue avalada por la DEA, aun sin ver el cadáver.

Su cuerpo fue mostrado públicamente una semana después, en el ataúd. De su rostro sobresalía el negro bigote que despertó las suspicacias: ¿acaso no tuvieron que afeitarlo para la cirugía?, se preguntaba la prensa. Surgieron las suposiciones sobre un doble. Era una de las estrategias de Carrillo Fuentes para evadir a las autoridades y a sus rivales.

Coincidió en esos días la desaparición de un comandante de la Policía Judicial del Distrito, José Luis Rodríguez “El Chiquilín”, a quien la prensa le adjudicó un sospechoso parecido con Amado Carrillo. Además, nada se sabía de él desde unos días antes de la muerte del capo.

Las sospechas las avivó, dos años después, en 1999, el periodista José Alfredo Andrade Bojórquez, en su libro Desde Navolato vengo: biografía de Amado Carrillo Fuentes, en el que describía las desapariciones de quienes habían sugerido que Amado Carrillo Fuentes no estaba muerto. El autor también desapareció en noviembre de ese mismo año.

A más de 20 años después de la “muerte” de Amado, nadie sabe lo que realmente sucedió.

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