La cruda realidad del fast-fashion: gran parte de la ropa que se vende en México es tan contaminante como los popotes

Profeco advirtió que distintas cadenas de moda utilizan fibras sintéticas derivadas del petróleo para elaborar sus colecciones, materiales que tardan cientos de años en biodegradarse

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Imagen de archivo de personas comprando en un tienda de H&M en Nueva York, EEUU, Marzo 15, 2019. REUTERS/Brendan McDermid/
Imagen de archivo de personas comprando en un tienda de H&M en Nueva York, EEUU, Marzo 15, 2019. REUTERS/Brendan McDermid/

Las camisas, faldas y pantalones que se compran en muchas tiendas de ropa que comercializan en México son tan contaminantes como los popotes, las botellas de refresco y los cubiertos de plástico.

Así lo advirtió este mes de diciembre la Procuraduría Federal del Consumidor, que enumeró un listado de distintas cadenas de moda que confeccionan ropa desechable con materiales de mala calidad, que reducen la durabilidad de la ropa.

“Generalmente cuando hablamos de desechables, a nuestra mente vienen imágenes de platos, vasos, popotes, [...] entre otros, pero, ¿te has puesto a pensar que la ropa que ahora compramos en los centros comerciales también es desechable?”, comienza el artículo.

(Foto: Archivo)
(Foto: Archivo)

Si antes una prenda podía heredarse de un hermano a otro, e incluso, de padres a hijos, ahora en seguida se desgasta, se rompe o pierde su color.

A esta falta de calidad, explica Profeco, se une el problema de las marcas “Fast Fashion”, tiendas en las que ya no existen únicamente las temporadas de primavera y verano, sino que renuevan la colección cada seis semanas y empujan a sus clientes a seguir las tendencias y a desechar de sus armarios lo que ya pasó de moda.

“La consecuencia es que cada vez más la ropa deja de ser funcional antes de lo esperado, provocando que más ropa sea comprada y desechada con mayor frecuencia”, explica la revista.

Según la ONU, cada año 8 millones de toneladas de plástico van a parar a los océanos, que son ingeridos por los animales marinos y entran en la cadena alimentaria hasta llegar a nuestros platos
Según la ONU, cada año 8 millones de toneladas de plástico van a parar a los océanos, que son ingeridos por los animales marinos y entran en la cadena alimentaria hasta llegar a nuestros platos

Entre estas grandes marcas “Fast Fashion” Profeco enumera a Bershka, Bestseller, Boohoo, C&A, Charlotte Russe, Cotton On, Esprit, Fashion Nova, FIVE FOXes, Forever , Gap Inc., Giordano, Guess?, H&M, Mango y Massimo Dutti.

Además, también aparecen en el listado Metersbonwe, Missguided, Miss Selfridge, Nasty Gal, New Look, New Yorker, Next, Oysho, Peacocks, PrettyLittleThing, Primark, Pull & Bear, Rainbow Shops, Renner, Riachuelo, River Island, Romwe, S Oliver, Shasa, She In, Stradivarius, Topshop, United Colors of Benetton, Uniqlo, Uterqüe, UrbanOutfitters, Victoria’s Secret, Zaful y Zara.

(istock)
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Según la dependencia, la gran mayoría de estas firmas producen sus colecciones en maquiladoras asiáticas de países como Bangladesh o India, donde la mano de obra es sumamente barata. Y para obtener aún más beneficios, utilizan en la confección de las prendas materiales contaminantes que tardan, en el mejor de los casos, cientos de años en biodegradarse.

"En sus esfuerzos por reducir costos, los textiles no siempre son de la mejor calidad, ni mucho menos sustentables. Utilizan en su mayoría fibras sintéticas derivadas del petróleo como el poliéster, el nylon, el rayón o el acrílico. Siendo esos los mismos polímeros con los que se hacen los envases desechables y que la única diferencia es la forma que se les da al final, hilos o bloques sólidos”.

El problema

(Foto: Pixabay)
(Foto: Pixabay)

La durabilidad de la ropa es menor por su mala calidad; la vida útil de la prenda se reduce por los intransigentes dictados de las marcas de moda; y los tejidos de las prendas impiden la posibilidad de reutilizarlos o darles otro ciclo de vida.

Así, cada mes, nuevos montones de ropa son desechados y se acumulan en los vertederos, donde sus materiales contaminan el planeta durante cientos de años.

Para evitar este problema, Profeco recomienda a los consumidores leer la etiqueta antes de adquirir cualquier artículo textil.

“El primer paso es la información. Esto es leer las etiquetas y entender lo que en ellas se detalla: composición de la prenda, el lugar de manufactura y las instrucciones y cuidados de lavado, saber de qué está hecha, de dónde viene y cómo cuidarla nos ayudará a saber identificar, además del costo, la durabilidad esperada de un artículo”.

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