Quién es Norma Torres, la congresista que derrotó a Nayib Bukele en las elecciones de Estados Unidos

El presidente de El Salvador había organizado una campaña de amenzas y acoso contra la representante demócrata de origen guatemalteco y llamado a los inmigrantes centroamericanos en California a no votar por ella

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Norma Torres, congresista demócrata, representante del 35o distrito electoral de California. REUTERS/File Photo
Norma Torres, congresista demócrata, representante del 35o distrito electoral de California. REUTERS/File Photo

Norma Torres declaró oficialmente su victoria en las urnas la tarde del 9 de noviembre, un día después de las elecciones legislativas intermedias en Estados Unidos. Esta mujer, de origen guatemalteco, ganó con facilidad su reelección como representante en el Congreso federal por el 35º distrito electoral de California, al este de Los Ángeles, pero no fue una carrera fácil. Torres tuvo que enfrentar a dos oponentes: Mike Cargile, un republicano trumpista de línea antiinmigrante, y otro político, uno que ejerce su poder lejos de California, el presidente salvadoreño Nayib Bukele.

Torres es, en la actualidad, una de las voces más influyentes en Washington en temas centroamericanos. Solo en 2021, la congresista lideró al menos seis iniciativas relacionadas con la región, entre ellas tres propuestas de ley, una para limitar la ayuda militar a Guatemala, El Salvador y Honduras a condición de que mejoren sus iniciativas contra la corrupción, y otra para investigar las posibles afectaciones a la economía estadounidense tras la adopción que El Salvador hizo del Bitcoin como moneda de circulación legal.

La congresista también lideró, en diciembre de 2021, una iniciativa para exigir al Departamento de Estado que pida explicaciones al gobierno guatemalteco del presidente Alejandro Giammattei por utilizar equipo militar estadounidense para vigilar y reprimir a opositores, investigadores anticorrupción, a comunidades indígenas mayas e incluso para acosar a la embajada de los Estados Unidos en Ciudad de Guatemala.

Ante esta última iniciativa, el gobierno guatemalteco respondió con murmullos e indirectas, pero evitó siempre la confrontación directa con la congresista. Nayib Bukele, famoso ya por su bravuconería en redes sociales, sí arremetió en público contra Torres, y fue más allá, según la congresista: saltándose todas las formas legales y diplomáticas, el salvadoreño intentó influir en la carrera electoral legislativa por el 35º distrito de California.

Bukele utilizó, contra Torres, el mismo manual de ataques que ha usado en casa contra periodistas críticos, políticos de oposición o jueces y fiscales que lo investigaron a él y a los suyos: acoso cibernético reproducido masivamente por cuentas troles administradas por el gobierno salvadoreño y por diputados y funcionarios oficialistas. En el caso de Torres, además, Bukele mandó a sus cónsules a ser parte del acoso, según la política californiana denunció en un comunicado que publicó a propósito de su victoria.

Infobae intentó comunicarse con la cancillería salvadoreña para recibir comentarios sobre estas acusaciones. No hubo respuesta.

“Fui sometida a múltiples amenazas, mentiras y acoso, tanto en persona como en línea. Muchos de los ataques virtuales fueron orquestados por el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, a quien le ayudaron en este esfuerzo su gabinete, miembros de su partido político, e incluso cónsules generales en los Estados Unidos”, denunció Torres en su comunicado.

El acoso, según un investigador estadounidense que habló con Infobae bajo condición de anonimato por no estar autorizado a hacerlo en público, empezó luego de un intercambio en Twitter entre Bukele y la congresista, que culminó con una petición expresa del salvadoreño de no votar por Torres. “Bukele es vengativo y personal. Quien se mete con él en público puede esperar este tipo de reacción”, dijo el agente.

“Espero que todos mis hermanos salvadoreños, mexicanos, hondureños, guatemaltecos, dominicanos, venezolanos y todos los latinoamericanos del Distrito 35 de California NO VOTEN por @NormaJTorres. No trabaja para ustedes, sino para mantener a nuestros países en el subdesarrollo”, tuiteó Bukele el 2 de abril de 2021.

Ya entonces, en 2021, Torres había pedido al Buró Federal de Investigaciones (FBI) que investigara la injerencia de Bukele en las elecciones estadounidenses. “Hacer campaña contra un congresista de Estados Unidos es algo que no ha ocurrido y es algo que se debe de investigar, porque es ilegal interferir en una elección federal… es un crimen”, dijo la congresista en su momento. A juzgar por lo publicado después, tras su reelección el 8 de noviembre pasado, el FBI hizo poco: “Francamente, estoy decepcionada de la falta de acción de nuestro sistema judicial para investigar esta interferencia en nuestras elecciones”.

El presidente y sus troles contra la congresista

Las arremetidas de Bukele y sus funcionarios a Norma Torres, que iniciaron de forma directa en abril de 2021, nunca pararon. De hecho, habían empezado antes, en febrero de aquel año, luego de que la congresista y su colega demócrata Albio Sires, de Nueva Jersey, enviaron una carta al presidente salvadoreño en que le pedían “no promover divisiones en su país para obtener ganancias políticas”.

Los congresistas enviaron la carta a San Salvador días después de que dos militantes de un partido de oposición fueran asesinados en el marco de la campaña electoral de 2021 por las elecciones legislativas que a la postre dieron una supermayoría al partido de Bukele y a sus aliados. La policía salvadoreña detuvo a dos personas por los asesinatos, una de ellas un funcionario de bajo nivel en el ministerio de salud. La misiva de Torres tuvo eco a nivel internacional porque hizo suyas las dudas sobre la posible complicidad del gobierno salvadoreño en el encubrimiento de los crímenes.

Luego, en abril, Torres fue más directa al reclamar a Bukele y otros mandatarios centroamericanos por obligar a miles de sus ciudadanos a migrar a Estados Unidos en condiciones miserables. La congresista publicó en Twitter la foto del migrante salvadoreño Óscar Alberto Martínez Ramírez y su hija Valeria, quienes murieron ahogados al tratar de cruzar el Río Grande, en la frontera con México. “Presidente @nayibbukele, se lo pondré más claro. Este es el resultado de dictadores narcisistas como usted, interesados en ser ‘cool’ mientras la gente huye por miles y muere por cientos”, escribió Torres para acompañar la foto.

Bukele respondió con una falsedad: dijo en tuit que la foto era de migrantes ecuatorianos, cuando ya investigaciones de varios medios estadounidenses, entre ellos The New York Times, habían establecido la nacionalidad salvadoreña de los fallecidos.

A partir de entonces los ataques aumentaron. En redes sociales una de las cuentas que más arremetió contra Torres fue la de una plataforma de noticias falsas llamada Sociedad Civil, montada con dinero público de casa presidencial durante el gobierno del expresidente Mauricio Funes y luego retomada en la presidencia de Bukele. Quien maneja esa cuenta, de acuerdo con un investigador estadounidense que ha recogido información sobre los ataques cibernéticos atribuidos al bukelismo, es Karim Bukele, el hermano del presidente y a quien la fiscalía salvadoreña investigó por varios crímenes de corrupción en 2020.

También arremetieron contra Torres Federico Anliker y su primo Salvador Anliker. El primero es presidente de la comisión que administra los puertos y aeropuertos de El Salvador y el segundo fue ministro de agricultura, pero tuvo que salir del gobierno por la puerta de atrás luego de que el Departamento de Estado lo nombrara actor antidemocrático y corrupto en 2021 en la llamada Lista Engel.

Christian Guevara, jefe de los diputados de Nayib Bukele en el congreso salvadoreño, fue uno de los que atacó a la congresista estadounidense Norma Torres. Guevara ha sido en la llamada Lista Engel del Departamento de Estados en Washington como actor antidemocrático y corrupto.
Christian Guevara, jefe de los diputados de Nayib Bukele en el congreso salvadoreño, fue uno de los que atacó a la congresista estadounidense Norma Torres. Guevara ha sido en la llamada Lista Engel del Departamento de Estados en Washington como actor antidemocrático y corrupto.

El último en atacar a Torres fue Christian Guevara, el jefe de la bancada bukelista en el congreso salvadoreño. En octubre pasado, poco más de un mes antes de las elecciones intermedias en Estados Unidos, Guevara dijo que Torres “no está a favor de la democracia en América Latina”, y le atribuyó, sin pruebas, haber apoyado a Juan Orlando Hernández, el expresidente hondureño juzgado en Nueva York por narcotráfico, y haber participado en la liberación de los sobrinos del dictador venezolano Nicolás Maduro, quienes también estaban presos en Estados Unidos por delitos de narcotráfico.

Torres, en realidad, fue una de las primeras congresistas que presionó en público a la administración Biden para que concretara la extradición de Hernández a Estados Unidos. “Pido que al final de su mandato, el 27 de enero de 2022, el presidente Hernández sea inmediatamente acusado con base en la evidencia que ya existe, y que el Departamento de Justicia trabaje con el Departamento de Estado para iniciar el proceso de extradición para traerlo ante la justicia estadounidense”, exigió Torres en un comunicado.

El diputado Guevara no se refirió, al atacar a la congresista Torres, a otros vínculos del expresidente Hernández, estos sí probados por investigaciones periodísticas: los que lo unen con Nayib Bukele. Entre otros, el hondureño y el salvadoreño compartieron un financista, un hombre llamado Lenir Pérez, quien según fuentes de la inteligencia policial en Honduras financió al menos una campaña política a Hernández y, según reportes oficiales salvadoreños, dio un millón de dólares al partido GANA, con el cual compitió Bukele por la presidencia de El Salvador. A cambio, Pérez recibió contratos millonarios para manejar terminales de carga en los principales aeropuertos de ambos países, pero, mientras en Honduras el nuevo gobierno de Xiomara Castro suspendió ese acuerdo, el de Bukele mantiene el trato en su país.

Guevara, el jefe de la bancada bukelista, también ha sido nombrado actor antidemocrático y corrupto en la Lista Engel estadounidense. En su ataque a Torres, el diputado dice que a él lo pusieron en la lista por “defender la vida de los salvadoreños de las pandillas”. En realidad, Guevara fue uno de los promotores de la designación del abogado Rodolfo Delgado como fiscal general del país; Delgado ha blindado a los líderes de la pandilla MS13 de ser extraditados a Estados Unidos por crímenes de terrorismo y homicidio. A Guevara el Departamento de Estado lo sancionó por promover una ley que, con la excusa del combate a las pandillas, permite encarcelar a periodistas que investiguen los pactos del gobierno Bukele con esas organizaciones criminales. El diputado, además, ha sido señalado de vender insumos con sobreprecio al gobierno a través de una de sus empresas.

Los ataques de Guevara a Torres fueron reproducidos masivamente por el sistema de noticias falsas afines a la casa presidencial de Bukele.

Mike Cargile, candidato republicano derrotado por la congresista Norma Torres en las elecciones legislativas estadounidenses. Cargile recibió apoyo de los círculos cercanos a Nayib Bukele.
Mike Cargile, candidato republicano derrotado por la congresista Norma Torres en las elecciones legislativas estadounidenses. Cargile recibió apoyo de los círculos cercanos a Nayib Bukele.

Según la congresista californiana, Bukele y los suyos apoyaron abiertamente a Mike Cargile, el republicano antiinmigrante y xenófobo que le compitió la representación por el 35º distrito de California.

Cargile es un trumpista entusiasta. En sus páginas de Facebook y otras redes sociales se declara seguidor de los postulados del movimiento conocido como QAnon, promotor de teorías de la conspiración a favor de Trump y del bulo de que el republicano perdió las elecciones presidenciales de 2020 porque le fueron robadas. Cargile es, además, un xenófobo confeso que publica memes en los que se equipara a musulmanes con terroristas o uno en que se dice que “dos bebés ancla -en referencia a hijos de migrantes- no son iguales a un bebé americano”.

Cargile es también un bukelista entusiasta. El 16 de enero de este año, asistió a un evento proselitista del oficialismo salvadoreño en Los Ángeles, donde elogió a Bukele por ser “un líder que entiende cómo funciona el liderazgo”. Luego, el 15 de septiembre, día de la independencia de El Salvador, hizo un hilo en Twitter lleno de lisonjas al presidente salvadoreño.

No es Cargile la única referencia antiinmigrante de Bukele: uno de los pocos periodistas a los que concede entrevistas es a Tucker Carlson, de la cadena Fox News, conocido en Estados Unidos por su apoyo abierto al trumpismo y a sus diatribas contra los migrantes, incluidos los salvadoreños.

Al final, ni la adherencia a Trump ni la injerencia del bukelismo en la carrera por el 35º distrito de California sirvieron mucho a Cargile. Norma Torres, la mujer de origen guatemalteco a la que Bukele y sus funcionarios atacaron, terminó imponiéndose en las urnas por más de 12 puntos porcentuales. Eso no es una buena noticia para la agenda de Bukele en Washington.

Marcadora de los presidentes centroamericanos

La trifulca que el bukelismo promovió en redes sociales contra Norma Torres es solo la muestra de un fenómeno político más profundo: el descrédito del salvadoreño en los pasillos de la política estadounidense. Aunque empezó su mandato viajando a Washington, de la mano de la entonces embajadora estadounidense en San Salvador, con el aire de líder joven y luchador contra la corrupción que vendió durante la campaña por la presidencia, los créditos de Bukele se agotaron rápido. En esa debacle no ha jugado un papel menor el Bitcoin, la criptomoneda sobre la que el presidente montó un proyecto de financiamiento público que no le funcionó.

El 9 de noviembre, pocas horas después de las legislativas intermedias, el precio del Bitcoin caía a mínimos por debajo de los USD17,000 por moneda. Desde septiembre de 2021, Bukele ha invertido poco más de USD107 millones de fondos públicos, sin supervisión alguna, en la criptomoneda. Si tuviera que rematar eso al precio actual, El Salvador habrá perdido poco menos de USD65 millones.

Norma Torres fue una de las que advirtió sobre los riesgos del Bitcoin y promovió una ley para obligar al gobierno de los Estados Unidos a estudiar si la política pública salvadoreña podría tener consecuencias para la seguridad financiera estadounidense.

El 4 de abril de 2022, un año después de haber recibido los primeros embates del bukelismo, Torres introdujo la propuesta de ley denominada Rendición de Cuentas de las Criptomonedas en El Salvador (ACES en inglés), que obliga a las agencias estadounidenses a llevar adelante un análisis sobre “los riesgos en ciberseguridad, estabilidad económica y para la gobernanza democrática en el Salvador” y a “crear un plan para mitigar los riesgos potenciales para el sistema financiero estadounidense”.

En un comunicado en el que anunció su victoria en las legislativas, la congresista Norma Torres acusó a Nayib Bukele de injerencia política.
En un comunicado en el que anunció su victoria en las legislativas, la congresista Norma Torres acusó a Nayib Bukele de injerencia política.

Luego, en julio de este año, Torres promovió reformas a la ley que regula el presupuesto del Departamento de Defensa para poner candados a la cooperación militar con Centroamérica. Las enmiendas contemplan la creación de un fondo para apoyar a defensores de derechos humanos que son perseguidos en países como El Salvador, Guatemala y Honduras. Además, la ley obliga a un monitoreo más exhaustivo del uso que esos gobiernos hacen de equipo militar donado por Washington.

En noviembre de 2021, Infobae visitó a Torres en su despacho en el congreso en la capital estadounidense. El equipo de la congresista estaba por enviar una carta para pedir al Departamento de Estado que exigiera explicaciones al gobierno de Alejandro Giammattei en Guatemala sobre el uso de equipo militar estadounidense durante un régimen de excepción en el que fuerzas gubernamentales apoyaron la quema de una aldea indígena en el noreste del país, entre otras acciones represivas. Giammattei nunca contestó, pero la Oficina de Rendición de Cuentas del Gobierno de Estados Unidos (GAO en inglés) publicó en noviembre de 2022 un amplio informe en el que reclama al Pentágono por su ineficiencia para supervisar el equipo entregado a los países centroamericanos.

Con acciones como esta, Norma Torres se convirtió en uno de los rostros más visibles en temas centroamericanos en el Capitolio de Washington, y una de las voces más influyentes en la Casa Blanca, el Pentágono y el Departamento de Estado sobre la región.

En la Cámara de Representantes, Torres es miembro del comité de adjudicaciones y presidenta del caucus centroamericano. Su voz ha servido de contrapeso a funcionarios de la administración Biden que promueven aproximaciones menos confrontativas con gobiernos autoritarios centroamericanos, como los de Bukele y Giammattei.

El 8 de noviembre, la representante estadounidense-guatemalteca del 35º distrito electoral de California, ganó con comodidad su reelección a Mike Cargile, el trumpista republicano, y, de paso, a Nayib Bukele, el presidente centroamericano que intentó influir en esas elecciones.

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