Quién es Virginie Despentes, la escritora feminista que revoluciona Francia

Fue prostituta y provocó un escándalo con su libro y posterior película "Baise-moi", de alto voltaje sexual. Ahora, con la reedición de "Teoría King Kong" y el éxito de su trilogía "Vernon Subutex", cuyo tercer tomo saldrá en junio, la autora regresa. Y arrasa

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Virginie Despentes nació en 1969
Virginie Despentes nació en 1969

La violaron cuando tenía 17 años. Tres jóvenes en una carretera. Ella hacía autostop. Ejerció la prostitución hasta los 23. Empezó a escribir. Sus libros fueron un escándalo en Francia. Convirtió a uno de ellos en una película. Con violencia y sexo explícito. Dirigida por una actriz porno. Protagonizada por actores pornos. Censurada.

Volvió a causar revuelo con Teoría King Kong. Un manifiesto feminista dedicado a "las feas, las frígidas, las malfolladas, las infollables". Ganó aceptación. Publicó Vernon Subutex, una trilogía que desentraña a los oscuros personajes del submundo parisino. Fue aplaudida. Devino en best-seller. Y hoy es una referente indiscutida del feminismo europeo.
Este parece ser el mejor prólogo para presentar a Virginie Despentes, la escritora que revoluciona Francia, se expande por Europa y promete conquistar las librerías de América Latina con sus libros crudos, su lenguaje lascivo, su forma particular de analizar el mundo que la rodea y, particularmente, su defensa de las mujeres en un contexto en que el movimiento feminista causa picor en el status quo. ¿Pero cuánto se conoce de esta autora a la que la prensa cada vez dedica más páginas?

"Nací en 1969. Fui a un colegio mixto. Supe desde los primeros cursos que la inteligencia escolar de los niños era la misma que la de las niñas. Me fui de casa a los 17 años. Me acosté con cientos de hombres. He sido prostituta, me he paseado por la ciudad con tacones altos y escotes largos, cobraba y gastaba cada céntimo que ganaba. Escribí un primer libro que firmé con mi nombre de mujer sin imaginarme que cuando fuera publicado vendrían a recitarme la cartilla de todas las fronteras que no debo cruzar", se autodefine en Teoría King Kong. En cuanto a su trayectoria, Despentes publicó nueve libros, de los que solo la mitad han sido traducido al español, y dirigió tres películas.

La trabajadora sexual

La incursión de Virginie Despentes en el mundo literario fue escandalosa desde un primer momento. En 1993, tras ser rechazada por varias editoriales, publicó Baise-Moi (Fóllame, traducido al español), un libro en el que contaba la vida de una joven violada por tres hombres y de una mujer prostituta, que se unían para cobrar venganza. Había un poco de su propia vida, de su propia experiencia en la calle y de lo que la violación había provocado en su interior. El libro, publicado tan solo un año después de que dejara la prostitución, fue aniquilado por la crítica y al mismo tiempo se volvió una pieza de culto entre los más jóvenes.

Imagen de “Baise-moi”
Imagen de “Baise-moi”

Algunos años más tarde, en el 2000, Despentes llevó ese libro a la pantalla grande. Co-dirigido con la actriz porno Coralie Trinh Thi, el film acaparó la atención en el Festival de Cannes para después caer en desgracia ante los ojos de asociaciones conservadoras y del Estado francés. Inicialmente catalogado para mayores de 16 años, fue retirado de las salas por su contenido explícito de sexo y de violencia. El Gobierno ordenó corregir la calificación a mayores de 18 y la película quedó confinada a los cines triple X.

Tanto libro como película fueron también criticados por su "odio" hacia los hombres. "Sienten la necesidad de decir que la violencia no es la solución. Sin embargo, el día que los hombres tengan miedo de que les laceren su sexo a golpe de cúter cuando acosen a una chica, seguro que de repente sabrán controlar mejor sus pasiones masculinas y comprender lo que quiere decir no", labró como respuesta.

Su mirada sobre la prostitución es cuestionada por las feministas abolicionistas
Su mirada sobre la prostitución es cuestionada por las feministas abolicionistas

La militante feminista

Cuando Teoría King Kong salió a la luz, allá por 2006, los conservadores franceses volvieron a poner el grito en el cielo. De nuevo, esa tal Virginie Despentes les provocaba dolores de cabeza. El libro tuvo buena repercusión, aunque no fue hasta años más tarde, cuando el movimiento #MeToo cobró fuerza en Francia, que fue reeditado y se convirtió en lectura obligatoria para el feminismo. En él, se desgrana a sí misma y, a su vez, desgrana a una sociedad que oprime a la mujer.

Despentes les escribe a las mujeres, pero también a los hombres que padecen al patriarcado. Les dice feas, frígidas o mal folladas porque sabe que a esos adjetivos recurren quienes pretenden descalificar a las feministas: "Cada vez que decía soy feminista la respuesta era porque eres fea o mal follada o gorda o vieja", recuerda en una entrevista que le concedió en marzo a la revista española El Salto.

En sus páginas, no más de 200 en la edición en español de Penguin Random House, la escritora y cineasta relata cómo fue violada a los 17 años cuando hacía autostop en Francia con una amiga. Cuenta que volvió a hacer autostop a pesar de eso. Y que no sintió rabia hasta que a una conocida le pasó lo mismo. La ira que tenía guardada se despertó y empezó a ver el mundo con otro prisma, con asco y desdén.

Sigue con cuando empezó a ejercer la prostitución en Lyon porque era más rentable que trabajar durante horas por un salario de miseria: "Trabajaba en un supermercado, en el revelado fotos en una hora. Tenía 22 años (…) Odiaba trabajar. Me deprimía la cantidad de tiempo que me robaba, lo poco que ganaba y la facilidad con que gastaba el dinero", justifica en el libro. "Ganar un máximo de dinero, en mínimo de tiempo, y después no pensar en ello" fue su fórmula durante los dos años en que fue prostituta.

En este aspecto, Despentes divide aguas dentro del feminismo. Es que ella defiende la legalización de la prostitución, si bien admite que en su experiencia tuvo suerte porque ningún cliente fue violento con ella y porque tenía otras opciones, pero eligió ese camino para hacer dinero rápido. Su postura ha sido fuertemente criticada por las abolicionistas, que consideran que la prostitución es fruto de un sistema patriarcal que pone el cuerpo de las mujeres a su servicio y que ninguna defensa es posible.

Pero, aún así, Teoría King Kong, con sus reflexiones sobre la pornografía, la masturbación y la calificación de la violación como "terrorismo", es decir, una forma de ejercer el miedo para dominar a las mujeres, es visto como uno de los grandes testimonios de la lucha por la igualdad de género. Despentes hace de su texto, mitad manifiesto, mitad autobiografía, una oda al poder femenino en un contexto de capitalismo. Y se propone que todos los géneros se liberen de esas ataduras impuestas por el sistema.

Del rechazo al best-seller

Si en su debut fue destrozada por la crítica, poco ha importado su pasado a la hora de reconocer su último trabajo como uno de los grandes fenómenos literarios actuales. De hecho, desde hace tres años que Francia palpita al ritmo del best-seller Vernon Subutex. El primer tomo fue publicado el mismo día en que se cometieron los atentados contra Charlie Hebdo en París, el 7 de enero de 2015. Vendió más de medio millón de copias. El segundo salió en 2016, y el tercero, el año pasado. En España, la última entrega recién vio la luz y está previsto que llegue este junio a América Latina de la mano de Penguin Random House.

En este libro, el mundo de Despentes se desnuda como una ficción. Se trata de la historia de Vernon Subutex, dueño de una tienda de discos y referente de la cultura musical de los 90 que, por distintas razones, ve deteriorarse su buen pasar hasta convertirse en un linyera en las calles de París y luego un DJ alrededor del cual se teje una subcultura de liberación social.

La historia de Vernon es el punto de partida para contar una decena de microhistorias que se entrecruzan entre sí y que disparan contra todo lo que se puede. Una actriz porno que se hace trans para escapar de las miradas de quienes lo reconocen y poder reinsertarse en la sociedad. La hija de otra actriz porno que se radicaliza en el islamismo. Un simpatizante de la derecha que hace agua. Un progresista de izquierda que hace agua. Unos pandilleros que cazan inmigrantes. Una periodista ridícula. Y un popular cantante que cuando muere lleva involuntariamente a Vernon a la ruina, pero también le permite ser rescatado al dejarle unas cintas que podrían afectar a un poderoso productor de la industria audiovisual.

Todas estas historias sirven para criticar y ridiculizar a Francia en su totalidad: desde su política migratoria, su incapacidad para absorber a los jóvenes musulmanes, su economía desmadrada y la cantidad de personas que duermen en la calle hasta un sinfín de hipocresías sociales, como el consumo de la pornografía y la condena a quienes la producen o la violencia de género y la sexualidad a puertas cerradas.

Y aunque no lo diga, Vernon Subutex es Virginie Despentes, de la que también se desprenden microhistorias y quien ha padecido también la hipocresía francesa. Vernon trabajaba en una tienda de discos. Ella trabajaba en una tienda de discos. Ambos han vivido en la calle, ambos han hecho del sexo un estilo de vida, ambos han experimentado con personas de su mismo género. Ambos desprecian el mundo que los rodea.

Despentes escribe y cruza su propia autobiografía en sus textos
Despentes escribe y cruza su propia autobiografía en sus textos
 

Sin embargo, Despentes es víctima de una paradoja. Mientras que ella fue despreciada por buena parte de la sociedad hasta que pudo instalar su nombre, y todavía genera rechazo en ciertos sectores, sea por calificarla de amoral, sea por criticarla por regulacionista, su Vernon es erigido como un héroe y un protagonista digno de best-seller. "Lo que me ha jodido un poco es la sensación que he tenido de que hay mucha diferencia en la percepción de los lectores y de la crítica cuando se trata de un personaje masculino", aseguró en diálogo con El Salto.

"Vernon hace lo que se le da la gana y todo el mundo lo ve como un derecho. Si Vernon fuera una chica, hubiera tenido los mismos lectores, pero la crítica lo hubiera recibido de manera diferente", sentenció en otra entrevista con El Diario. Porque es claro, todavía falta mucho por lograr. Pero, aún así, Virginie Despentes promete no dar el brazo a torcer.

 

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