Víctimas de desaparición forzada le piden a la Comisión de la Verdad un espacio para ser escuchadas

La Fundación Nydia Erika Bautista reclama un incumplimiento por parte del padre Francisco de Roux. Tienen miedo que las víctimas de estos hechos sean vistas como parte interesada del conflicto armado en Colombia

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Nydia Erika Bautista es víctima de desaparición forzada el 30 de agosto de 1987. Ese día la bogotana de 33 años socióloga y economista, fue detenida por un grupo de hombres armados, inscritos a la Brigada XX del Ejército Nacional, quienes la llevaron a una finca en el municipio de Guyabetal (Cundinamarca), lugar en el que mantuvieron a Nydia en cautiverio, torturándola y agrediéndola sexualmente,EFE/ Luis Eduardo Noriega A./Archivo

El pasado 8 de febrero un grupo de personas se plantó ante la sede de la Comisión de la Verdad (CEV) en el centro de Bogotá, exigiendo ser escuchados por la entidad de paz. La actividad estuvo encabezada por la Fundación Nydia Erika Bautista, un colectivo que se dedica a la protección de los derechos de las mujeres y familiares víctimas de desaparición forzada en Colombia.

Esa tarde de martes, el presidente de la CEV Francisco de Roux, bajó, escuchó y habló con varias de las personas que se encontraban en la Carrera Novena # 12C - 10 de Bogotá. Ese día le dijo a los lideres y lideresas que abriría un espacio formal dentro de dos o tres días, por oír su reclamos. Pues han pasado casi dos meses y la Fundación sigue esperando la llamada. Así lo hizo saber a través de una carta dirigida a la CEV con fecha de jueves 24 de marzo de 2022.

En la comunicación las víctimas expresaron que, “no hemos sido escuchados Padre de Roux y señores comisionados, en el sentido humano, ético, epistemológico y jurídico de la palabra. Tenemos miedo que la verdad de las víctimas de las desapariciones forzadas sea mirada como sesgada, que seamos considerados parte interesada”, se puede leer en la carta. La Fundación Nydia Erika Bautista nació en el exilio después de que la familia Bautista tuvo que abandonar el país por amenazas en 1997.

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Y es que su hija Nydia Erika Bautista es víctima de desaparición forzada el 30 de agosto de 1987. Ese día la bogotana de 33 años socióloga y economista, fue detenida por un grupo de hombres armados, inscritos a la Brigada XX del Ejército Nacional, quienes la llevaron a una finca en el municipio de Guyabetal (Cundinamarca), lugar en el que mantuvieron a Nydia en cautiverio, torturándola y agrediéndola sexualmente, trece días después su cuerpo se encontró en la vía Bogotá- Villavicencio, en estado de descomposición lo que imposibilito la identificación, durante 3 años su familia no supo nada de ella.

En entrevista con Contagio Radio, la directora de la Fundación, Yaneth Bautista, aseveró que la forma de comunicarse con la Comisión de la Verdad ha sido únicamente por medio de los informes presentados. “Nos parece que la Comisión se ha quedado corta en escuchar a las víctimas directas, porque aunque se diga que las víctimas directas son los desaparecidos, nosotros los familiares también somos víctimas por el daño a la integridad y salud mental, el debido proceso y la justicia”.

Por último, Bautista expresó que la Comisión debe ser una institución que camine junto a las víctimas. Anotó también, que desde la firma del Acuerdo de Paz entre el Estado colombiano y las antiguas guerrillas de las Farc en 2016, le han entregado a la Comisión seis informes sobre casos, violencias, afectaciones y reparaciones a víctimas de desaparición forzada:

“Todos los informes, esta carta y esas reflexiones lo hacemos como una contribución al Sistema Integral, porque seguimos teniendo un apuesta por la paz y por la eficacia de los mecanismos dialogados en el Acuerdo de Paz. Es como una mamá cuando le dice a su hijo que lo está haciendo mal, y lo hacemos con ese sentimiento y con esa responsabilidad”. concluyó.

En la carta dirigida a la CEV, la Fundación, comparó el trabajo de la entidad colombiana con la Comisión de la Verdad y Reconciliación de Perú, encargada principalmente de elaborar un informe sobre la época del terrorismo que vivió ese país entre 1980 y 2000. “En Perú los comisionados durante horas y horas, días y meses enteros, se sentaron a escuchar a la víctimas en cada uno de sus testimonios y no hubo ni uno ni dos comisionados, sino toda la Comisión en su conjunto. Nos parecía que esa forma de escuchar a las víctimas en colectivo y con el suficiente tiempo y paciencia para oírlas era restaurador. En Colombia no ha pasado lo mismo”.

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