Director de la Defensa Civil es señalado ante la JEP por alias Zeus de paramilitarismo

Durante una versión voluntaria ante la JEP, Juan Carlos Rodríguez Agudelo, alias Zeus, acusó gravemente a oficiales del Ejército de tener nexos con las autodefensas en la época en que formó parte del Batallón Pantano de Vargas. Entre los salpicados se encuentra el hoy general Miguel Pérez Guarnizo, director de la Defensa Civil.

Según lo reveló W Radio, alias Zeus, quien fuera mayor del Ejército y luego condenado por la justicia ordinaria por su nexos con los grupos ilegales y paramilitares, acusó a los oficiales militares de “recepción de sobornos, y hasta la presunta relación de agentes de agencias internacionales como la CIA con exjefes paramilitares en Colombia”.

Ante la JEP, Zeus dijo haber sido trasladado en 1998 al Batallón Pantano de Vargas en el departamento del Meta, cuyo comandante era el oficial Miguel Pérez, quien según su relato, “había sostenido al menos una reunión con el alcalde Euser Rendón en el municipio de El Dorado, a la cual llegó con un camión lleno de hombres armados vestidos de civil”.

El exalcalde Euser Rendón era el enlace entre los paramilitares y las Fuerzas Militares en la región, según afirmó el exoficial en su declaración ante la JEP. “El alcalde entregó a uno de esos paramilitares que iba a servir de guía para la Operación El Castillo.”

Según el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), el desplazamiento forzado ocurrido en el municipio de El Castillo, Meta fue “primero silencioso e invisible y luego generalizado”.

“El alcalde llega en una camioneta con escoltas de la Policía y llega con gente de civil, con AK47 y M16. Estaba mi general Pedraza y mi coronel Pérez (hoy general). Nos sentamos en una mesa, se baja un muchacho con pantalón camuflado y botas de caucho, con una Ak47 y el alcalde se lo entrega a mi general: le dice “vea este es el guía”, ese guía posteriormente me lo entregan a mí, sin fusil, el deja el fusil y se va conmigo”, se lee en el documento presentado por la emisora.

Durante las operaciones de retoma de la zona de distensión en 2002, luego de la ruptura de las negociaciones de paz en el Caguán, las Fuerzas Armadas comenzaron acciones para recuperar el territorio, lo que se tradujo en la “militarización y paramilitarización del territorio”, según el CNMH.

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Por su parte, según el Registro Único de Víctimas (RUV), el desplazamiento y expulsión del municipio El Castillo pasó de 339 personas en 2001, a 1217 en 2002. En 2003, las cifras aumentaron a 2059.

Dentro su trabajo “Pueblos en el Olvido”, Rutas del Conflicto resalta que según el RUV, en El Castillo, entre 2002 y 2005 “cuatro centros poblados y 19 de las 42 veredas quedaron vacías, a causa del desplazamiento forzado de más de 5000 personas.”

Algunas de las veredas que sufrieron el conflicto con mayor fuerza fueron: El Retiro, El Reflejo, La Cima, Caño Lindo y Campo Alegre, así como los centros poblados de Medellín del Ariari, Puerto Esperanza, Puerto Unión y Miravalles.

Según W Radio, el exoficial, quien se encuentra dentro de la jurisdicción especial, mientras estuvo en el Batallón Pantano de Vargas, bajo la comandancia del hoy director de la Defensa Civil, “nunca se recibió una orden de adelantar alguna operación en contra de las Autodefensas. También que con el subcomandante del Batallón Vargas (un mayor de apellido Benjumea), hablaban abiertamente del apoyo a las AUC.”

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