El altiplano cundiboyacense conserva una de las herencias indígenas más importantes de Colombia ya que en este sector y parte de Santander, se establecieron los antiguos muiscas desde el siglo VI a. C aproximadamente.
Los vestigios de esta comunidad aún viven en los parajes donde las comunidades plasmaron su cosmovisión, basada en el respeto a la naturaleza y valores derivados de esta filosofía, que también se expresó con un componente mitológico, que dio a luz a historias como el de la diosa Bachué, que pobló la Tierra, o de Bochica quien les enseñó a los muiscas a hilar algodón y tejer mantas.
Pues bien, la Ruta de la Herencia Muisca recorre los parajes más representativos de esta cultura que aún prospera en resguardos indígenas de esta región, conocida como el Valle de Tenza, además de otras zonas del departamento boyacense. Pensando en ello, hoy en Infobae Colombia le contamos cuáles son los destinos que componen este recorrido lleno de misticismo ancestral:
Guateque
Lo ideal es empezar en este municipio ubicado a dos horas de Tunja y antiguamente fue una de las capitales del territorio muisca. Algunos de sus principales atractivos ecoturísticos es visitar la cueva del Murciélago ubicada en la vereda de Galindos.
Sutatenza
A solo nueve minutos de Guateque está Sutatenza, que en etimología chibcha significa “bajar a la casa del cacique”. Fue aquí donde se estableció el camino al Templo del Sol, uno de los principales sitios sagrados y ritualísticos de los antiguos muiscas.
Garagoa
Luego de un recorrido de 45 minutos partiendo de Sutanteza, es posible llagar a Garagoa, un municipio que también albergó una importante población muisca y que hoy atrae viajeros adeptos al ecoturismo, ya que allí es posible realizar actividades como senderismo en la reserva natural privada El Secreto, así como subir hasta la cima del Alto de Santa Bárbara, donde se puede apreciar el Valle de Tenza.
Chivor
Desde Garagoa es posible llegar a Chivor en una hora. Su nombre en lenguaje Chibcha significa “tierra verde y rica”, y allí yacen algunas de las minas de esmeraldas que son apetecidas a nivel nacional e internacional.
Ramiquirí
Esta población fue una de las más importantes de la civilización muisca en Boyacá. Gobernada desde Hunza (Tunja) luego de que el mitológico cacique Goranchacha se trasladase allí desde su natal Ramiquirí. Algunos de sus principales atractivos son el sitio arqueológico de Los Jeroglíficos, el monolito de Camacho, la cascada de Agua Blanca, las aguas azufradas de Hervideros, la piedra de los mil huecos, villa toscana y el puente jusavita, entre otros.
Tunja
A 49 minutos de Ramiquirí está Tunja, construida sobre Hunza, capital de la civilización muisca. Algunos de los sitios más atractivos allí son los Cojines del Zaque, la Loma de los Ahorcados o Alto de San Lázaro, donde el zaque castigaba con la horca las faltas graves de sus súbditos; el Pozo de Hunzahúa o Pozo de Donato, y que comprende una pequeña laguna con fuentes freáticas y cuyas aguas recorren el subsuelo de la ciudad.
Sogamoso
Ubicado a una hora de Tunja, es posible encontrar en este municipio el Templo del Sol, un yacimiento de pinturas rupestres realizadas por los antiguos indígenas muiscas. De hecho, el nombre de la ciudad, fundada el 6 de septiembre de 1810, proviene del vocablo Suamox -que significa ‘morada del Sol’-.
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