En 2020 disminuyó en Colombia la venta de licor de producción nacional

Acil, asociación que agrupa a las licoreras de siete departamentos, aseguró que se vendieron 35 millones de botellas menos

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Fotografía ilustrativa que muestra varias botellas de licor en un mostrador. EFE/Cortesía Euromonitor International
Fotografía ilustrativa que muestra varias botellas de licor en un mostrador. EFE/Cortesía Euromonitor International

Debido a las restricciones que se han venido generando con la emergencia sanitaria del Covid-19 en Colombia, como la ley seca y el cierre de discotecas y bares, la industria de licores se ha visto afectada. De acuerdo con la Asociación Colombiana de Industrias Licoreras (Acil), mientras en un año sin pandemia las fábricas de los departamentos vendían alrededor de 80 millones de botellas, en 2020 esta cifra se redujo en un 31% en sus ventas.

Incluso en un estudio derivado de una encuesta realizada por la Global Drug Survey (GDS) que buscó determinar el consumo de drogas y bebidas alcohólicas en varios países del mundo, Colombia ocupó el puesto 25 de 25 países, en los análisis se reportó que 40% de los participantes colombianos aseguraron no haber estado altamente alicorados ni una sola vez.

Además, de acuerdo a la Federación Nacional de Departamentos, dejaron de percibir $335.000 millones en recaudo del impuesto al consumo de licores en los tres primeros trimestres del 2020 comparado con 2019.

Los departamentos en que más se sintió la disminución de venta de licor fue el Valle, Antioquia, Bolívar, Cundinamarca y Boyacá concentran 48% de estas pérdidas, que equivalen a $163.200 millones.

De acuerdo con Juan Alberto Castro, director ejecutivo de Acil, en una entrevista con Portafolio señaló que el balance del 2020 es negativo, ya que se sienten perjudicados “por una situación mundial que no tiene una solución particular que se pueda abordar sólo desde Colombia, pese a los esfuerzos que han hecho las autoridades”.

Agregan que el resultado ha sido más complejo, debido a que sus mayores compradores son bares, discotecas, restaurantes y lugares de entretenimiento han sido fuertemente afectados, incluso, según el DANE el 30% de establecimientos de este tipo se vieron perjudicados con el cierre total. “El impacto ha sido tremendamente negativo no solo para nuestras empresas, también en los importadores, y en toda una cadena de servicios asociados a las industrias licoreras”, aseguró Castro.

Esto se puede ver en las cifras donde la industria nacional, que mayormente produce aguardiente y ron se redujeron las ventas de las fábricas. En aguardiente en 47% y en ron una reducción del 27%.

“En un año normal vendemos unos 80 millones de unidades, y el año pasado las ventas totales fueron 55 millones de botellas. Eso quiere decir que se vendieron cerca de 35 millones de botellas menos”, comentó el director de ejecutivo de Acil.

Esta reducción no solo afecta a los empresarios sino también al estado, pues muchos departamentos dependen de los recaudos que generan los impuestos pagados por la industria licorera.

La industria, además, cree que es importante que el Gobierno tanto nacional como local, comience a tener más en cuenta las afectaciones que les ha traído a ellos y al entretenimiento.

“La industria del entretenimiento ha sido muy estigmatizada, y creemos que debe haber una intervención con cada municipio o departamento para que esas medidas que pretenden mantener el distanciamiento social se revisen. No compartimos las leyes secas, no compartimos los toques de queda, se venía trabajando con el aislamiento inteligente, y se frenó toda la dinámica de los restaurantes y gastrobares, y eso tiene un impacto muy fuerte. Además, creemos que las prohibiciones conducen a la ilegalidad”, señaló.