Ecuador elevó su estándar de libertad de prensa, según Reporteros sin Fronteras

Sin embargo, el ranking aún ubica al país entre los que viven una “situación problemática” para los periodistas

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Periodistas ecuatorianos en cobertura. (Foto: EFE/José Jácome).
Periodistas ecuatorianos en cobertura. (Foto: EFE/José Jácome).

El Ecuador está elevando su estándar de libertad de prensa en comparación con otros países en el mundo, según un reciente informe de Reporteros sin Fronteras. En el ranking, Costa Rica es el único país latinoamericano que se ubica en una “buena situación”, ocupando el octavo lugar, después de países europeos como Portugal, Irlanda o Finlandia.

Otros países de la región como Argentina en el lugar 29 y Uruguay en el lugar 44 ocupan una “más bien buena situación”. Ecuador está en el lugar 68 ocupando una “situación problemática” al igual que Chile en el puesto 82 o Colombia en el lugar 145 de 180 países monitoreados. Más preocupante es la situación de Nicaragua, Venezuela o Cuba que reciben una calificación de “muy grave”.

Reporteros sin Fronteras es una organización no gubernamental francesa fundada en Montpellier en 1985, con sede en París y constituida con el objetivo de defender la libertad de prensa así el ejercicio de la profesión de los comunicadores perseguidos por su trabajo.

La ONG asegura en su informe que la actual crisis sanitaria mundial ha profundizado la brecha de dificultades que sufren los periodistas debido a los obstáculos para obtener información sobre cómo los gobiernos latinoamericanos están gestionando las políticas de salud y de contención de la enfermedad.

Según su análisis, la desconfianza hacia los medios de comunicación ha ganado terreno, debido a las políticas de banalización del periodismo impulsadas desde gobiernos con vocación antidemocrática. Esto sucede principalmente en Brasil que ocupa el puesto 110 y en otros países como Venezuela (159), Nicaragua (160) o Cuba (173) de 180 países en la lista.

Estos ataques públicos, asegura el informe, se están volviendo cada vez más pronunciados, repetidos y violentos, avivando los insultos al trabajo periodístico, así como las campañas de calumnias y acoso en línea además de amenazas e intimidación, especialmente en contra de las mujeres periodistas.

México es el país más peligroso para el ejercicio de esta profesión. El informe de la ONG internacional reporta al menos 7 periodistas muertos en lo que va del 2022. Esta cifra coincide con el monitoreo que realiza el Centro de Investigación y Capacitación Propuesta Cívica de México que reporta al menos 51 muertes de periodistas en el ejercicio de sus profesiones desde 2016. México ocupa el puesto 127 de 180 en la lista mundial y el 179 de 180 en el cumplimiento de los parámetros de seguridad para la protección de los periodistas.

En Ecuador, el reporte de 2022 muestra que el país escaló 28 lugares en comparación con el balance de 2021, en donde ocupó el puesto 96 de 180 países. Esta ubicación se mantuvo desde el gobierno de Rafael Correa el Ecuador que ubicó al país en la posición 108 en 2015 debido a la política de estigmatización a los periodistas y al amedrentamiento judicial que sufrieron algunos de ellos.

Para la organización, la situación en el Ecuador todavía es tensa. Según el informe los comunicadores todavía trabajan en un estado de creciente inseguridad, con frecuentes ataques a los periodistas, a menudo provocados por parte de las autoridades políticas.

Esta inseguridad se explica en el rechazo a la actividad periodística instalada en la sociedad a través de una sostenida política gubernamental de acoso. La intensiva política de banalización del trabajo de la prensa durante el gobierno de Rafael Correa es uno de los puntales de esta situación.

Según la conclusión de un estudio realizado por Allen Panchana-Macay y Carlos Barrera, ambos académicos de la Universidad de Navarra, en un trabajo titulado “Ecuador TV como medio de propaganda en las elecciones presidenciales de la era Correa (2007-2017)” los contenidos informativos sobre temas políticos transmitidos en los medios públicos del Ecuador, durante el gobierno de Correa, tuvieron un marcado papel propagandístico.

El análisis de los contenidos de los noticieros en los medios públicos durante ese periodo muestra que, en general, no tuvieron equilibrio ni diferentes fuentes; no hubo explicación del contexto noticioso o, si se hizo, aportaron datos que incidieron negativamente en la imagen de los actores que fueron estigmatizados con adjetivos o palabras que añadieron negatividad sobre las voces que fueron consideradas como críticas al gobierno.

Panchana-Macay y Barrera agregan en su trabajo que un rasgo común de los regímenes de este tipo “fue precisamente el gran protagonismo de sus líderes políticos como actores comunicacionales, y su áspera relación con periodistas independientes y medios privados”.

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