Enrique Cornejo: "Keiko Fujimori obstruyó claramente el gobierno de Kuczynski, que tampoco hizo su tarea"

Con una larga trayectoria en la política peruana, el economista ocupó diferentes cargos en los gobiernos del APRA y ahora prepara su candidatura a la alcaldía de Lima. Estuvo en los estudios de Infobae presentando su libro, "La innovación política"

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Es economista de formación y tuvo una fugaz experiencia como periodista en su juventud, pero su profesión es la política. Enrique Cornejo tenía 29 años cuando Alan García lo convocó para ser secretario General de la Presidencia, cargo que ocupó entre 1985 y 1986. Desde entonces, no dejó nunca la carrera.

Toda su trayectoria, hasta 2017, la transitó en el APRA, la Alianza Popular Revolucionaria Americana fundada por Víctor Raúl Haya de la Torre en 1924. Luego pasó a llamarse Partido Aprista Peruano y se convirtió en la principal fuerza política del país a lo largo del siglo XX.

Durante la segunda presidencia de García (2006 – 2011), Cornejo fue presidente Ejecutivo del Banco de la Nación, ministro de Vivienda y ministro de Transporte y Comunicaciones. En 2014 se presentó como candidato a alcalde de Lima, pero quedó en segundo lugar, lejos de Luis Castañeda, el ganador.

En el siglo XXI, los políticos tenemos que aprender neurociencias

El año pasado decidió romper con el APRA, que atraviesa la peor crisis de su historia. Creó un movimiento propio, Contigo Ciudadano, con el que aspira a ganar las elecciones municipales que se realizarán el 7 de octubre. En este contexto publicó La innovación política. No es sólo cuestión de hacer campaña y ganar elecciones, un libro en el que analiza la crisis de los partidos tradicionales y propone algunas claves para entender la política en la posmodernidad.

"Una buena cantidad de nuestro público son millennials, que representan ya el 30% del electorado de nuestros países, y que piensan de otra manera, porque su cerebro está estructurado de otra forma. En el siglo XXI, los políticos tenemos que aprender neurociencias. Porque ese cerebro es multidimensional y puede hacer varias cosas simultáneamente con igual eficiencia, y es un cerebro del aquí y del ahora. Es decir, 'no me interesa mucho la ideología ni el discurso largo, sino cómo me vas a solucionar mi problema y de qué manera'. Entonces, toda la forma de hacer política tiene que replantearse", sostuvo Cornejo en los estudios de Infobae.

—El libro está muy atravesado por su experiencia personal, porque usted fue durante mucho tiempo dirigente del APRA, pero el año pasado decidió irse y crear un nuevo movimiento. ¿Cómo explica lo que le ocurrió al partido, que pasó en pocos años de recuperar el poder a quedar prácticamente al borde de la desaparición?

—Haya de la Torre fue un extraordinario visionario, que se adelantó a su tiempo a principios del siglo XX. Él entendía la política dialéctica y regionalmente. Se separó de los comunistas porque éstos seguían en el tema de la lucha de clases, y planteó un frente único de trabajadores manuales e intelectuales, incorporando a las clases medias, a los estudiantes y a los campesinos, planteando la búsqueda de una riqueza que tenía que hacerse en democracia. Eso permitió que el APRA no sea solamente un partido de trascendencia peruana, sino latinoamericana, y estudiado mundialmente. Si Haya de la Torre estuviera vivo estaría viendo cómo utilizar Instagram y los medios digitales, para que la justicia social en el siglo XXI tenga un discurso y una agenda atractiva.

—¿Por qué el APRA no pudo comprender esto?

—Porque cometimos un error que cometen todos los partidos cuando llegan al gobierno: poner los mejores cuadros en la gestión y olvidarse del partido, que es la conexión fundamental con el público. Los políticos hemos estado preocupados por nuestros temas, el grupo de poder, quién va a ser el candidato, y la gente dice que eso no le interesa, lo que quiere es que se les resuelvan los problemas. Nosotros seguimos con las ideologías, que son importantes, pero lo que tenemos que hacer es decirle a esa partícula de ciudadanos cómo les vamos a resolver sus problemas. La agenda política tiene que horizontalizarse.

La corrupción está llegando a todos los niveles y a todos los sectores políticos

—Hay un tema que atraviesa a la política peruana, y a la de toda América Latina, que es la corrupción. Perú está en una crisis muy fuerte, con un ex presidente preso como Ollanta Humala (2011 – 2016), uno prófugo como Alejandro Toledo (2001 – 2006), y otro como Pedro Pablo Kuczynski (2016 – 2018), que acaba de renunciar para evitar que lo destituya el Congreso. ¿Cómo explica este terremoto?

—La corrupción tiene un detonante muy fuerte, que está llegando a todos los niveles y a todos los sectores políticos. No solamente pasa en mi país, sino en cualquiera que podamos analizar. Esto obliga a pensar en serio en este tema. Esta corrupción que ya se internacionalizó, que tiene estrategias que superan a los controles y a los filtros del Estado, tiene que ser pensada de una manera diferente. Por ejemplo, acaba de salir el ISO 37.001, que es la norma de calidad mundial antisoborno. Lo mínimo que podemos hacer es establecer que todos los partidos políticos empiecen haciendo el ISO 37.001 hacia su propia organización. Tienen que transparentar todo y hacer coherente eso en sus políticas cuando lleguen al gobierno.

—Además, habría que poner obligatoriamente cláusulas de probidad, de manera que el sólo hecho de que haya un intento de corrupción signifique una anulación del contrato. Incluso —este ya es un tema internacional— habría trabajar por una integración que nos permita lograr como meta que haya cero paraísos fiscales en el mundo. Si la corrupción existe desde la antigüedad, hagamos que sea bien difícil de lograr. Ojalá sea un tema en la Cumbre de las Américas de Lima. Pero lo principal no está en en las leyes, en las normas ni en los filtros, sino en uno mismo. Tenemos que saber que el día que empieza tu función pública hay que trazar una línea, donde tu agenda personal no puede cruzarse con la pública.

Keiko y Kenji Fujimori
Keiko y Kenji Fujimori

El caso Odebrecht

El escándalo de corrupción por las coimas que repartía esta gigantesca constructora brasileña a cambio de contratos con el Estado es una mancha de aceite que se extiende por toda la región. Perú es, después de Brasil, el país en el que más avanzó la Justicia. De hecho, Humala está preso, y Toledo está prófugo, por haber recibido dinero de Odebrecht. Kuczynski debió renunciar luego de que se difundieran sus vínculos con la empresa, que habían permanecido ocultos.

El propio Cornejo quedó en la mira por su rol como ministro de Transporte y Comunicaciones entre 2008 y 2011. En noviembre de 2017 debió declarar ante la comisión parlamentaria que investiga el caso, por la construcción de la Línea 1 del metro de Lima. Jorge Cuba Hidalgo, que era su viceministro, fue arrestado por haber recibido 2 millones de dólares en sobornos.

Yo duermo muy tranquilo, porque siempre hice las cosas transparentemente

—¿Cómo explica que hubiera funcionarios tan altos del Ministerio que usted comandaba implicados en este caso? ¿Usted no sabía nada, no pudo percibir que eso estaba ocurriendo?

—Te estás refiriendo al metro Línea 1, que me tocó liderar en su construcción cuando era ministro y que hoy sirve a 350 mil pasajeros por día. Fueron 2.000 millones de dólares de inversión. Pero no ha habido sobrevaluación ni discusión sobre ningún tema vinculado a la obra como tal, que es lo que a mi corresponde responder. Yo manejaba la mitad del presupuesto público de inversión del Estado. ¿Te imaginas? Eran unos 3.000 millones de dólares anuales. Yo duermo muy tranquilo, estoy aquí conversando de esa forma. Porque siempre hice las cosas transparentemente. Fui el único ministro que pidió que la contraloría estuviera al lado mientras se construía el tren.

—Entonces, ¿por qué existieron la coima y estos funcionarios que se dejaron corromper? Porque el sistema internacional tenía por objetivo tener contactos en distintos países. Porque si manejas 40 obras en toda América, y vas a negociar trenes, o concreto o equipos de comunicación, puedes obtener precios bastante favorables.

Pedro Pablo Kuczynski, el ex presidente de Perú
Pedro Pablo Kuczynski, el ex presidente de Perú

—El caso Odebrecht es un fenómeno transnacional. El propio Marcelo Odebrecht confesó haber financiado campañas presidenciales en toda América Latina. ¿Por qué entonces es Perú, más allá de Brasil, el país en el que más avanzó la Justicia y donde más funcionarios de alto nivel cayeron?

—Lo malo es lo que hemos conversado. Lo bueno es que el sistema está funcionando. Por el momento, las instancias que conservan su autonomía, como el Ministerio Público y el Poder Judicial, que en su momento hará los juicios, están manteniéndose independientes. Ese es un elemento garantista de que esto funcione. En segundo lugar, porque quizás ya nos cansamos todos de este tema. Tuvimos un presidente como Alberto Fujimori (1990 – 2000), que fue detenido por actos de corrupción, que se hicieron hace tiempo. Vimos todos esos temas visualizados a través de filmaciones, que evidenciaron que había actos irregulares. Esas tecnologías, legales o no, mostraron situaciones de corrupción que probablemente siempre han existido, aunque no se visualizaban. Hoy son públicas, y eso es algo bueno. Espero que sirva para que esto no vuelva a ocurrir.

—Teniendo en cuenta todos estos antecedentes que menciona del fujimorimo. ¿Cómo se entiende que sea la primera fuerza de la política peruana, y que el resto de los partidos estén tan fragmentados?

—Primero porque los partidos no han hecho su tarea. Es necesario que haya un cambio radical en la institucionalidad de los partidos, de transparentarse, de volver a tener un discurso que interese a la gente. Los partidos tienen una gran responsabilidad por lo que está pasando en Perú y en otros países. En segundo lugar, porque Keiko Fujimori hizo su tarea. Mientras estaba ese laberinto de partidos divididos, con discursos que no interesaban, ella se dedicó a visitar todo el Perú. Hizo recordar a su padre, que podrá tener todos los defectos que hemos mencionado, pero también tenía esa característica de trabajar por los pueblos. Ella hizo una muy buena tarea como candidata, que los otros no hicieron. Esa representación que tiene en el parlamento no es casualidad.

Martín Vizcarra jura como presidente de Perú (REUTERS/Mariana Bazo)
Martín Vizcarra jura como presidente de Perú (REUTERS/Mariana Bazo)

La caída de Kuczynski y la oportunidad de Vizcarra

Si bien reconoció sus méritos como candidata, Cornejo dijo que Keiko no estuvo a la altura de lo que se esperaba de ella luego de perder por un puñado de votos el ballotage de 2016 frente a Kuczynski, a quien había superado ampliamente en la primera vuelta.

"Desde el momento en que perdió la elección terminó reprobando el examen. Acusó a Kuczynski y a Humala de haber hecho un acuerdo tácito para que algunos votos no fueran hacia ella. Pero los órganos electorales dieron ganador a Kuczynski y ella no lo saludó. Hasta ahora no lo saluda… bueno, ya no es más presidente. No pudo ganar en esa ocasión pero quizás podría en la siguiente. Para eso, tenía que demostrarles a todos los peruanos, sobre todo a los independientes, que ella era una demócrata y que iba a ayudar al gobierno de Kuczynski, que no tenía mayoría. ¿Qué habría perdido? Nada. ¿Qué habría ganado? Legitimidad con sectores que probablemente nunca votarían por ella. En lugar de hacer eso, Fujimori obstruyó claramente el gobierno de Kuczynski, que tampoco hizo su tarea".

El flamante ex presidente debió renunciar el pasado 21 de marzo para evitar que el Congreso, controlado por el fujimorismo, lo destituyera. Más allá de la responsabilidad de Keiko en su caída, Cornejo consideró que él mismo fue su principal enemigo.

Keiko Fujimori hizo su tarea. Mientras estaba ese laberinto de partidos divididos, ella se dedicó a visitar todo el Perú

"Muchos pensaban que Kuczynski iba a tener un gabinete de lujo con la experiencia que él traía, pero al final resultó ser un presidente que trabajaba solo, con algunas personas, y que además parecía muy terco en algunas decisiones. En consecuencia, se fue aislando. Además, con temas que ya conocemos, como no decir la verdad y asuntos que en su momento tendrá que explicar. Es un pierde — pierde, porque perdió Kuczynski y perdió también Fujimori, que además está en un lío con el hermano (Kenji, con el que está peleada)".

El líder del movimiento Contigo Ciudadano se mostró relativamente optimista con Martín Vizcarra, que asumió la presidencia en el lugar de Kuczynski.

"Vizcarra, que estaba casi autoexiliado en Canadá, tiene la ventaja de no tener a nadie. No depende de nadie ni responde a nadie en el sentido político. Viene como una especie de salvador. Incluso los fujimoristas van a tener que apoyarlo, porque su supervivencia política dependerá también de cómo sean los próximos tres años. De manera que Vizcarra tiene la oportunidad de hacer algo muy importante para Perú, aglutinando capacidades y con gestos políticos que en sus primeros días ya mostró. Si se enfoca en dos o tres temas, como ha planteado en su discurso inaugural, puede hacer un muy buen gobierno. Lo deseo realmente como ciudadano y creo que sería el inicio de la salida de este pierde — pierde".

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