Actuar a tiempo en un infarto es "clave" para disminuir el daño en el tejido cardíaco

“En el infarto, el tiempo es músculo. Por cada minuto que pasa, parte del tejido cardíaco puede dañarse de forma irreversible”, explicó el doctor Rodrigo Teijeiro, cardiólogo intervencionista de la Clínica Universidad de Navarra, al referirse al abordaje rápido ante un infarto de miocardio. De acuerdo con lo que reportó la Clínica, el objetivo del equipo es lograr que la arteria obstruida se abra en menos de 90 minutos a partir del primer contacto médico. La noticia principal, según consignó la plataforma informativa de la Clínica Universidad de Navarra, señala que la intervención inmediata resulta determinante para la preservación del músculo cardíaco y para reducir los riesgos asociados a este tipo de episodios.

El doctor Rafael Ruiz Salmerón, responsable de la Unidad de Hemodinámica y Cardiología Intervencionista, puntualizó según la misma fuente que el éxito de la recuperación de un paciente que ha sufrido un infarto de miocardio depende directamente de la rapidez de la actuación médica. Ruiz Salmerón afirmó: “Una actuación a tiempo es clave para disminuir el daño miocárdico y preservar la función del ventrículo izquierdo a largo plazo. Cuando esto no sucede, aumenta el riesgo de muerte asociado al infarto y, en caso de sobrevivir, se produce un deterioro de la función del corazón que deriva en insuficiencia cardiaca”.

La Clínica Universidad de Navarra, según detalló el propio centro, ha establecido un servicio de guardias permanentes durante las 24 horas de todos los días del año con el propósito de atender de manera urgente a los pacientes con infarto de miocardio. Este servicio incluye recursos de soporte hemodinámico avanzado, entre los que destaca el uso del balón de contrapulsación, así como una unidad de cuidados intensivos especializada que se enfoca en el cuidado postintervención inmediata para estabilizar al paciente y realizar un monitoreo continuo de la evolución cardíaca durante las primeras 24 horas posteriores al evento.

En relación con las técnicas utilizadas, el medio informó que la angioplastia primaria se ha convertido en el procedimiento de referencia para el tratamiento del infarto de miocardio. Esta técnica consiste en abrir la arteria coronaria obstruida y restablecer el flujo sanguíneo, acción que debe realizarse lo antes posible luego de la activación de un protocolo coordinado de atención urgente. La Clínica Universidad de Navarra destacó que la disponibilidad de cardiólogos, hemodinamistas y personal de enfermería especializado permite aplicar esta técnica en los plazos recomendados por los estándares internacionales, considerados fundamentales para mejorar el pronóstico de los pacientes.

El equipo médico recalcó, según publicó la institución, la importancia del modelo organizativo implantado en la Unidad de Hemodinámica y Cardiología Intervencionista. La posibilidad de intervenir rápidamente se sostiene gracias a la coordinación entre los distintos profesionales y la existencia de protocolos predefinidos para casos de infarto de miocardio. Este enfoque organizado posibilita que la angioplastia primaria se realice en el tiempo considerado óptimo, minimizando el daño al tejido cardíaco y reduciendo las complicaciones posteriores al evento agudo.

El doctor Ruiz Salmerón, a través de declaraciones recogidas por la propia Clínica, subrayó que “cada minuto de retraso aumenta el deterioro y el riesgo de complicaciones”. El especialista recordó que el impacto de una intervención tardía no solo se manifiesta en el momento del infarto, sino también en el pronóstico a largo plazo del paciente, viéndose comprometida la función cardíaca y incrementándose la probabilidad de desarrollar insuficiencia cardiaca.

En el contexto de la atención al infarto agudo de miocardio, la Clínica Universidad de Navarra enfatizó que la intervención precoz influye de manera directa en la supervivencia y en la calidad de vida posterior de los pacientes. El modelo de actuación implementado facilita el diagnóstico rápido, la estabilización inmediata y la aplicación de tratamientos avanzados desde la llegada del paciente al centro médico. Además, la unidad cuenta con los recursos y el personal necesario para hacer frente a las situaciones más complejas relacionadas con el infarto, lo que ha permitido cumplir con los estándares internacionales de calidad.

La Institución informó que la existencia de una UCI especializada y el monitoreo continuo durante las primeras 24 horas posteriores a la intervención permite una pronta detección de posibles complicaciones y una gestión eficaz de la evolución clínica del paciente. Este enfoque integral favorece la reducción de los riesgos asociados al infarto y maximiza las posibilidades de recuperación funcional del corazón, contribuyendo así a evitar discapacidades permanentes derivadas del daño miocárdico.

El doctor Teijeiro enfatizó también que la intensidad y la organización del trabajo en equipo entre los distintos profesionales del área de cardiología y hemodinámica son factores esenciales para disminuir la mortalidad y mejorar el pronóstico, según reiteró la Clínica en su comunicación. Las guardias permanentes, la coordinación y el empleo de tecnología avanzada presentan una estructura que apunta a minimizar el tiempo de actuación, logrando, de acuerdo con la institución, alcanzar los resultados que indican los organismos internacionales sobre el manejo óptimo del infarto de miocardio.