Suspendido el portavoz del Ejército de RDC por comentarios "estigmatizantes" contra la minoría tutsi

La destitución de Sylvain Ekenge tras afirmaciones contra mujeres tutsi desató críticas de Ruanda, Bélgica y organizaciones rebeldes, agravando la tensión étnica y llamando la atención sobre riesgos de violencia y la importancia de rechazar discursos de odio

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Las reacciones desde distintas partes de la región de los Grandes Lagos africanos y Europa se intensificaron tras la decisión tomada el lunes por el Ejército de la República Democrática del Congo (RDC) de separar de su cargo al portavoz militar Sylvain Ekenge, debido a sus comentarios sobre las mujeres de la minoría tutsi. De acuerdo con lo publicado por Europa Press, la salida de Ekenge ocurrió después de que este advirtiera públicamente contra los matrimonios con mujeres tutsi, sugiriendo que buscan reproducirse para mantener una “supremacía” étnica en el área, lo que desató una serie de condenas internacionales y denuncias desde diferentes esferas políticas y sociales.

Las Fuerzas Armadas congoleñas informaron, mediante un comunicado oficial difundido por el Ministerio de Comunicación en la red social X, que las declaraciones de Ekenge “estigmatizaron a la comunidad tutsi en la antena de la Radiotelevisión Nacional Congoleña (RTNC)”. El Ejército remarcó que tales comentarios no representan ni la posición del país ni la del comandante supremo, el presidente Félix Tshisekedi, y que contradicen los principios consagrados en la Constitución vigente. El texto difundido por las autoridades castrenses hizo énfasis en la determinación de las Fuerzas Armadas para garantizar la protección y seguridad de toda la ciudadanía, sin distinciones, y apeló a la población a rechazar cualquier forma de incitación al odio en el contexto del conflicto actual en el este del país con el grupo rebelde M23.

Según detalló Europa Press, el conflicto de fondo involucra a una región marcada por enfrentamientos armados y acusaciones cruzadas de violaciones al alto el fuego. El grupo rebelde Movimiento 23 de Marzo (M23), compuesto en su mayoría por tutsis congoleños y con el respaldo de Ruanda, ha mantenido combates con las fuerzas estatales en las provincias de Kivu Norte y Kivu Sur, zonas donde las tensiones étnicas y los intereses regionales convergen con particular intensidad.

Desde Ruanda, el ministro de Exteriores, Olivier Nduhungirehe, utilizó la misma red social para condenar las afirmaciones de Ekenge, considerando que en un momento que debería invitar a la paz, la retórica emanada de las autoridades militares congoleñas toma un rumbo peligroso. Nduhungirehe fue más allá y vinculó las palabras del portavoz destituido con episodios previos a acontecimientos de violencia masiva. Recordó el caso de ‘Kangura’, una publicación ruandesa que, antes del genocidio de 1994, propaló discursos similares contra la población tutsi: “‘No contentos con bombardear y perseguir a los tutsis congoleños, ahora, el portavoz del Ejército congoleño retoma en la RTNC el primero de los ‘Diez Mandamientos de los Hutu’”, manifestó. El primer punto de este texto, detalló Europa Press, promovía la discriminación sistemática contra las mujeres tutsi y condenaba cualquier relación con ellas como “traición”.

Por su parte, el M23 calificó los comentarios de Ekenge como una réplica directa de la propaganda genocida de la Radio Televisión Libre de las Mil Colinas (RTLM) y de los ‘Diez Mandamientos de los Hutu’ mencionados por Olivier Nduhungirehe. El grupo rebelde expresó, citando un comunicado distribuido en su cuenta de X, que ese tipo de discursos sitúan a la comunidad tutsi congoleña en una situación de riesgo extremo y alertó sobre un patrón de violencia y estigmatización al margen de la legalidad internacional. Además, acusó nuevamente al Gobierno de Kinshasa de romper el cese al fuego mediante operaciones militares, lo que ha dado continuidad a la ofensiva que permitió al M23 tomar el control de las capitales provinciales de Kivu Norte y Kivu Sur.

El M23 volvió a pedir, según consignó Europa Press, la intervención de la comunidad nacional e internacional, asegurando que existe la amenaza de un genocidio dirigido contra los tutsis congoleños y denunciando “la difusión deliberada de discursos de odio; la estigmatización, exclusión y discriminación sistemáticas” por parte de las autoridades en RDC, así como la supuesta continuidad de ataques aéreos y terrestres por parte del gobierno. A través de su mensaje público, la coalición reclamó una acción internacional ante lo que percibe como una campaña de exterminio poblacional en el este del país.

También desde Europa, Bélgica, que mantuvo presencia colonial en la región, emitió su rechazo a las declaraciones de Ekenge. El ministro de Exteriores, Maxime Prévot, opinó en X que los dichos del portavoz militar eran “absolutamente impropios de un representante oficial” y los repudió de manera enérgica. Prévot añadió que toda expresión que incentive el odio debe descartarse en cualquier contexto, indicando que solo la inclusión y el respeto entre las comunidades pueden sustentar la estabilidad social y política en RDC.

Europa Press precisó que estas manifestaciones oficiales se producen mientras persisten las sospechas y acusaciones entre los gobiernos de Ruanda y RDC. El M23 y Ruanda insisten en que las autoridades congoleñas estarían planeando actos de violencia sistemática contra la minoría tutsi, lo que justifican como uno de los argumentos para mantener su presencia y operaciones armadas en el este del país.

El trasfondo diplomático incluye el acuerdo de “paz” alcanzado el 4 de diciembre, según reportó Europa Press. Félix Tshisekedi, Paul Kagame y el entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmaron en esa fecha los denominados ‘Acuerdos de Washington’, nacidos con la intención de poner punto final a las décadas de guerra y derramamiento de sangre en la región. No obstante, los compromisos asumidos en ese pacto han sido puestos a prueba por renovados enfrentamientos entre el M23 y las Fuerzas Armadas de RDC, acompañados de mutuas acusaciones sobre transgresiones al cese del fuego.

La respuesta del Estado Mayor congolés incluyó un llamado a la unidad nacional, dirigiéndose a la población para sumar respaldo a las fuerzas de seguridad y distanciarse de cualquier expresión que pueda fomentar divisiones étnicas o políticas. Los mandos militares declararon, según Europa Press, que cumplirán sus funciones “hasta el sacrificio supremo” y reafirmaron su intención de ejercer la defensa territorial y la protección de todos los congoleños.

El conjunto de estos episodios refleja, de acuerdo a Europa Press, la complejidad de la situación en la RDC y el entorno regional, donde la difusión de discursos de odio puede agudizar los riesgos de violencia y hacer más difícil la resolución de los enfrentamientos que afectan a minorías étnicas en contextos de conflicto. La destitución de Sylvain Ekenge se sitúa en este escenario de tensiones y denuncias, que reclama la vigilancia continua y la intervención de distintos actores para evitar un deterioro mayor en la convulsa zona este de la República Democrática del Congo.