Berlín, 24 ene (EFE).- El cordón sanitario tendido por los partidos democráticos alemanes contra la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) ha empezado a mostrar grietas después de que los conservadores, favoritos para los comicios del 23 de febrero, se hayan mostrado abiertos a aceptar el apoyo de ese partido para aprobar varias propuestas para endurecer la política migratoria, que quieren presentar al Parlamento la próxima semana.
"Quien quiera votar a favor de estos planes, que vote a favor. Y quien los rechace, que los rechace. No miro ni a derecha ni a izquierda", dijo el candidato conjunto de la Unión Cristianodemócrata y la Unión Socialcristiana (CDU/CSU), Friedrich Merz, tras una reunión del grupo parlamentario conjunto de los dos partidos en Berlín.
Las mociones, elaboradas en reacción al ataque con cuchillo del pasado miércoles en Aschaffenburg (sur del país), que se cobró la vida de un niño de 2 años y un hombre de 41, serán introducidas al Bundestag (Cámara baja) la semana que viene.
El secretario general del Partido Socialdemócrata (SPD), Matthias Miersch, dijo que los planes de Merz le pueden allanar el camino a una cooperación entre la CDU/CSU.
"Esto le allanaría el camino a una cooperación negriazul (por los colores de la CDU/CSU y la AfD) en contra de la que siempre hemos advertido", manifestó Miersch en declaraciones a la revista Der Spiegel.
Miersch acusó a Merz también de cambiar la postura que había anunciado la semana pasada de rechazar toda cooperación con la AfD.
"La semana pasada descartó toda cooperación y hoy da marcha atrás", agregó el secretario general del SPD, al que pertenece el canciller Olaf Scholz.
El candidato de Los Verdes a la cancillería, el ministro de Economía Robert Habeck, por su parte, declaró que Merz está a punto de romper su palabra.
No obstante, Merz afirmó que aunque recibieran votos de AfD, esto no cambiará en nada la postura de su partido de rechazar cualquier cooperación con la ultraderecha, segunda en los sondeos.
"No vamos a formar gobierno con ellos. Y segundo, no vamos a negociar con ellos en el Bundestag las mociones", destacó el candidato conservador.
La cuestión del cordón sanitario volvió a salir a la palestra el jueves, después de que Merz presentase un plan de cinco puntos para atajar la migración irregular, que incluye entre otros aspectos un cierre total de las fronteras a los demandantes de asilo o la detención de individuos peligrosos aunque no hayan cometido aún delitos.
Merz señaló que quien quisiera formar gobierno con los conservadores, tendría que asumir esta nueva línea sin posibilidad de compromiso y que le daba "absolutamente igual" quién la apoyaba.
Posteriormente, el secretario general de la CDU, Carsten Linnemann, aclaró que esto no implicaba una posible coalición con la AfD, sino que los democristianos renunciarían a formar gobierno y se irían a la oposición si los otros potenciales socios, los socialdemócratas del canciller Olaf Scholz o los Verdes, no les apoyaban en su propósito.
El Gobierno controla en estos momentos 324 escaños en la cámara baja y los conservadores 196, por lo que hipotéticamente los 76 escaños de la ultraderecha no serían suficientes para aprobar los planes de estos, aunque el Partido Liberal (FDP), con 90 diputados, ha señalizado que también podría apoyarlos y además hay varios independientes afines a la ultraderecha.
Sin embargo, para que la CDU/CSU pudiera presentar sus propuestas, el Parlamento debería aprobar un procedimiento rápido especial, para lo que se necesitaría una mayoría de dos terceras partes.
Casi dos tercios de los alemanes aprueba el cordón sanitario a Alternativa para Alemania, a pesar de que la formación ultraderechista se mantiene como segunda fuerza en intención de voto por detrás del bloque conservador, según el Politbarometer difundido este viernes por la televisión pública ZDF, considerado uno de los sondeos más fiables del país.
Este distanciamiento de la AfD es apoyado también por una clara mayoría del 73 % de los simpatizantes de la CDU/CSU. EFE
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