Los "perdedores" de la modernización ecológica de los minibuses 'jeepney' en Filipinas

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Manila, 23 may (EFE).- La modernización de los tradicionales minibuses 'jeepney' en Filipinas para aumentar su seguridad y reducir sus emisiones contaminantes no convence a muchos conductores, que temen la pérdida de ingresos e incluso de sus empleos.

Decenas de miles de conductores de 'jeepneys', un tipo de Jeep militar reconvertido en minibus tras la II Guerra Mundial, se han manifestado en varias ocasiones contra el plan de modernización, que incluye el registro obligatorio de los vehículos en cooperativas o empresas.

Sin embargo, el Gobierno de Ferdinand Marcos Jr. se ha mantenido firme con los planes de modernizar de manera escalonada los más de 150.000 'jeepneys' a lo largo del archipiélago.

Estos emblemáticos vehículos que pueden acomodar a una veintena de pasajeros y reconocibles por sus diseños coloridos, son el transporte más popular en las ciudades filipinas, incluida en la congestionada Manila, por lo que los planes de modernización despiertan pasiones a favor y en contra.

El filipino Eduardo Abrasaldo es uno de esos conductores que se sienten abandonados en este plan, ya que asegura que al tener que pertenecer a una cooperativa perderá libertad para trabajar las horas extras que necesita para ganar suficiente.

"Duele pensar en la sustitución de los 'jeepneys' porque tengo hijas que van al colegio y parientes a los que apoyar", dice Dina, la mujer de Abrasaldo, en referencia al temor de perder ingresos.

Por las tardes, la mujer de Abrasaldo y sus dos hijas suelen acompañarlo en su 'jeepney' mientras él trata de hacer el máximo de horas posibles.

El conductor alquila el vehículo por unos 600 pesos y gana entre 1.000 y 1.500 pesos (17,25-26 dólares o 15,84-23,75 euros).

Dina, que lleva la contabilidad de la casa, explica que en las cooperativas los trabajadores tienen un salario fijo de unos 700 pesos, lo que le parece insuficiente para afrontar los gastos diarios.

"Si el problema son las humaredas, entonces quizá (el Gobierno) podría darnos préstamos para financiar motores nuevos que no nos salgan tan caros", añade la esposa de Abrasaldo.

Las autoridades han aprobado un subsidio para ayudar a los dueños de 'jeepney' a modernizar sus vehículos, pero solo cubre el 5,7 por ciento del coste, según el portal Rappler.

El plan del Gobierno, lanzado en 2017, prevé modernizar de manera escalonada la flota para agrandar la capacidad desde unos 20 a 30 pasajeros, aumentar la seguridad y organizar las rutas, ya que ahora recogen pasajeros de manera aleatoria.

"Con el nuevo diseño, sea con un Jeep moderno o con el chasis icónico de los 'jeepneys', los pasajeros podrán disfrutarlo porque está equipado con aire acondicionado", señala Jeffrey Policarpio, gerente de Sta. Rosa Motors Works, una empresa dedicada a la modernización de 'jeepneys' desde 2014.

Algunos usuarios como el profesor de Secundaria Mark Reyes lamentan por una parte que los conductores vayan a perder ingresos y temen que se reduzca el número de minibuses en las calles, lo que dificultará el transporte, sobre todo en la megaurbe de Manila.

Mientras los conductores se ven abocados a perder ingresos, otros como Danilo Canete, que dirige una planta de desguace, están haciendo su agosto con el reciclaje de los 'jeepneys', que compra por 30.000 pesos (516 dólares o 475 euros) la unidad.

"La mayoría de los 'jeepneys' están en buenas condiciones y me siento triste cuando les pago. Necesitan el dinero, es triste que hayan tenido el 'jeepney' durante décadas y ahora lo pierden", dice Canete.

Los 'jeepneys' circulan desde el fin de la II Guerra Mundial, cuando los filipinos adoptaron los 'jeeps' militares estadounidenses abandonados al terminar la contienda y décadas después se siguen construyendo con el mismo diseño, aunque alargados para albergar más pasajeros.

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