Una 'camioneta-gabarra' rojiblanca a los pies del Obelisco

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Buenos Aires, 6 abr (EFE).- Una 'gabarra' improvisada en una vieja camioneta de los años 60 surcó este sábado el centro de Buenos Aires, encabezando la celebración de los seguidores del Athletic Club de Bilbao tras su victoria ante el Mallorca en la Copa del Rey, su primer gran título en cuatro décadas.

Desde primeras horas de la tarde, unos doscientos aficionados del equipo vasco se concentraron en la taberna del Laurak Bat, el principal centro vasco de la capital porteña, convocados por la Peña Joseba Etxebarria.

Refundada hace veinte años y con medio centenar de socios, 'la Joseba Etxebarria' presume de ser la peña más importante del Athletic en el país suramericano, donde al menos el 10 % de la población tiene antepasados vascos, según estimaciones oficiales.

"Esta victoria es un enorme premio a todo lo que es nuestro trabajo y una alegría para todo un pueblo que vive el Athletic como una pasión", aseguró a EFE el presidente de la peña, Pedro 'Perico' Greaves.

Para él, argentino de nacimiento, pero de padres vascos, la sufrida victoria del Athletic fue motivo de júbilo tras cuarenta años de práctica sequía en las vitrinas.

A más de 10.000 kilómetros de San Mamés, el hogar de la comunidad vasca en Argentina se convirtió este sábado en una réplica de 'La Catedral'.

Tras los cánticos iniciales y el vuelo de las bufandas, los ánimos de los aficionados 'leones' en Buenos Aires se apagaron con el tempranero gol del Mallorca.

"Falta 'garra' arriba. Un rematador. Falta (Iker) Muniain", consideró el veterano actor y pelotari vasco-argentino Julio Marticorena, que se emocionaba sólo con pensar en la posible victoria de su equipo.

Elena está de visita en Buenos Aires. Llegó a la ciudad hace una semana con motivo del 90° cumpleaños de su suegra.

"Al principio tenía miedo de vivir este partido lejos de Bilbao o de Sevilla (donde se disputó la final), pero el ambiente aquí es igual que el de Bilbao", aseguró a EFE esta getxotarra en el descanso del partido, con los nervios a flor de piel.

Algún aficionado aprovechaba los minutos de descanso para sacar un 'txistu', el típico instrumento de viento casco, y entonar el himno del Athletic.

Entre los aficionados concentrados este sábado en Buenos Aires se encontraban varias decenas de jóvenes vizcaínos que cursan sus estudios universitarios en la capital argentina.

"¡Esto es como estar en el Casco Viejo!", afirmaban algunas aficionadas, contagiadas por la pasión.

Los minutos pasaban y el Athletic asediaba con peligro la portería 'bermellona'. En el minuto cincuenta de partido en el sevillano Estadio de La Cartuja llegó el gol del empate de Oihan Sancet.

Todo cambió en el Laurak Bat, donde se sentían las esperanzas y el nerviosismo.

Los más optimistas ya hablaban de sacar su particular 'gabarra', el nombre con el que se conoce a la embarcación en la que los jugadores del Athletic celebran sus grandes títulos en las aguas del río Nervión, en Bilbao.

Pero nada estaba decidido. Tras los 90 minutos reglamentarios, una agónica prórroga puso a prueba los corazones rojiblancos en Argentina.

La tanda de penaltis marchaba bien para el Athletic, pero la conexión de red falló y la emisión del partido se entrecortó.

"¡Ya está! ¡La han ganado!", aseguró un grupo de jóvenes que sigue el partido desde su teléfono móvil.

Volaron varias 'txapelas' (típica boina vasca), hubo abrazos, llantos de emoción, caras de incredulidad tras cuarenta años en vilo. Para muchos, este es el primer gran título de su equipo, uno de los 'reyes históricos' del fútbol español.

En la cercana avenida 9 de julio comenzaba a fraguarse la celebración. Una camioneta IKA rojiblanca arranca sus motores, liderando la caravana de banderas rojiblancas con el escudo del Athletic e ikurriñas (bandera vasca).

La caravana optó por un clásico argentino: "Vamos a rodear el Obelisco un par de veces", afirmó Oskar, a los mandos de la 'gabarra' argentina.

Las bocinas de los autos sonaron entre los neones del microcentro porteño, acostumbrado a las celebraciones deportivas.

En el mismo lugar que ocupó hace dos años las portadas de los periódicos de todo el mundo con la victoria de la selección argentina en el Mundial de Qatar, el Athletic Club improvisó un festejo mucho menos multitudinario, pero igual de sentido.

"¡He sufrido más en esta final que en la del último Mundial... y eso que soy argentino!", reconoció a EFE Gabriel, al borde de las lágrimas en medio de los centelleantes neones de la calle Corrientes, que hoy por un rato dejó de lado su furia albiceleste para teñirse de los colores del Athletic.

Juan Verano y Rafa Sanz del Río

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