El coportavoz de los Verdes no acudirá a la Fiesta de Hermanos de Italia por la presencia de Abascal

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Roma, 11 dic (EFE).- El coportavoz de los Verdes y diputado de la Alianza Verdes e Izquierda, Angelo Bonelli, declinó hoy la invitación para participar en la Fiesta de los ultras Hermanos de Italia (FdI), que lidera la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, debido a la presencia del líder ultraderechista español, Santiago Abascal.

El responsable de organización de FdI, Giovanni Donzelli, reveló hoy que Abascal participará en el cierre de "Atreju", como se denomina la fiesta de FdI, el próximo domingo en Roma, tras la polémica suscitada por sus palabras sobre el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, del que aseguró que "habrá un momento dado que el pueblo querrá colgarlo de los pies".

"Yo había aceptado la invitación de FdI para participar en el debate de Atreju sobre el tema de la transición ecológica junto con el ministro (de Medio Ambiente, Gilberto) Pichetto Fratin y otros exponentes del partido de Giorgia Meloni", dijo Bonelli, según los medios locales.

Y aunque "era consciente de las enormes distancias" ideológicas, el líder verde decidió "confrontarse civilmente también con aquellos que tenían posturas diferentes en una dialéctica democrática".

"Hoy me entero de que el líder de Vox evocó para el primer ministro español Sánchez un escenario" en el que "afirmó 'habrá un momento en que el pueblo querrá colgarlo de los pies'. Giorgia Meloni no se distanció de estas graves palabras, sino que Abascal fue invitado a concluir la fiesta de Atreju".

"Lo considero absolutamente inadmisible e indecente y por lo tanto declaro que declinaré la invitación a participar en el debate del viernes", concluyó Bonelli.

Abascal hizo esas polémicas declaraciones en una entrevista con el diario argentino Clarín durante su estancia el pasado fin de semana en Buenos Aires para asistir a la toma de posesión del ultraliberal Javier Milei como nuevo presidente del país sudamericano.

Sus palabras han sido criticadas por varios miembros del Gobierno español, además de por el líder conservador, Alberto Núñez Feijóo, cuyo partido popular gobierna en algunos municipios y regiones con Vox, y quien las calificó de "lamentables" .