Socialdemocracia alemana elige nueva cúpula y celebra el ascenso de Scholz

Berlín, 11 dic (EFE).- El Partido Socialdemócrata (SPD) alemán eligió hoy como copresidente a Lars Klingbeil, quien compartirá la jefatura bicéfala de la formación con Saskia Esken, en un congreso federal marcado por el ascenso a la Cancillería de su correligionario Olaf Scholz.
Klingbeil obtuvo un 86 % de los votos, en un congreso híbrido y de aforo reducido por imperativo de la pandemia, en que los cerca de 600 delegados votaron telemáticamente. Esken fue ratificada con un 76 % en su puesto, que ocupa desde 2019.
"Estábamos contra la pared, pero nunca nos dimos por vencidos", proclamó Klingbeil, en alusión a la situación del partido de hace un año, en que los sondeos apuntaban a un derrumbe electoral. "Afrontamos muchos desafíos, pero hemos demostrado nuestra fuerza para responder a ellos", añadió, para pedir cohesión en torno a Scholz, investido canciller el miércoles al frente de un tripartido con verdes y liberales.
A Klingbeil se le considera el arquitecto de la victoria de Scholz, quien partía como candidato sin posibilidades de éxito y logró para el SPD la posición de fuerza más votada, con un 25,7 %, en los comicios generales del pasado septiembre.
De 43 años y secretario general del SPD desde 2017, Klingbeil ha dinamizado el SPD y conectado con la militancia más joven desde sus cuentas en las redes sociales, a veces con mensajes más provocadores y directos que los habituales entre la cúpula.
Compartirá la jefatura con Esken, quien se convirtió en copresidenta en 2019 junto con Norbert Walter-Borjans. Ambos pertenecían al ala izquierdista del SPD y se impusieron a ocho equipos, entre ellos el de Scholz, representante del aparato del partido.
A Scholz se le identificaba entonces con la caída de militancia experimentada desde 2005 y acelerada tras sucesivas ediciones de la gran coalición de la conservadora Angela Merkel.
Esken y Walter-Borjans designaron en 2020 como candidato a la Cancillería a Scholz, vicecanciller y titular de Finanzas de Merkel, por considerarle el más indicado para captar los votos del centro.
Walter-Borjans anunció hace unas semanas su renuncia a seguir en el cargo, del que se despidió en el congreso festejando el resurgimiento del partido. Lo hizo desde su posición de veterano y recordó el Nobel de la Paz recibido en 1971 por Willy Brandt, el primero entre los cuatro cancilleres socialdemócratas que ha tenido el país -junto a Helmut Schmidt, Gerhard Schröder y ahora Scholz-.
Para el puesto de secretario general se designó a Kevin Kühnert, exlíder de las juventudes del partido -los Jusos-. Desde esa posición lideró el rechazo frontal a la gran coalición y puso las cosas difíciles a la dirección, pero ahora se le considera, como a Klingbeil, un dinamizador del SPD.
Klingbeil y Esken tienen ante sí el cometido de cohesionar las filas socialdemócratas, ahora la fuerza dominante en Alemania.
Tras el ascenso de Scholz se prevé la elección de su correligionaria Franziska Giffey como primera alcaldesa de la ciudad-estado de Berlín antes de que termine el año.
Giffey dejó hace unos meses su puesto de ministra de la Familia de Merkel en medio de sospechas de plagio en su tesis doctoral. Esto último no afectó su campaña electoral y el pasado 26 de septiembre logró una amplia victoria para su partido en los comicios regionales berlineses.
Reeditará la coalición con los Verdes y La Izquierda que lideró hasta ahora su predecesor y correligionario Michael Müller.