Muere a los 98 años Stanley Ho, magnate de casinos de Macao

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HONG KONG (AP) — El magnate de casinos en Macao, Stanley Ho, murió a los 98 años, informó su familia el martes.

El millonario, conocido por su aspecto elegante, su estilo de vida sibarita, y considerado el padre del juego moderno en China. Durante cuatro décadas tuvo el monopolio sobre los casinos en Macao, y mantuvo su posición de dominio después de que el sector abriera a firmas privadas en 2002.

Gastó dinero a espuertas y ejercía una gran influencia tanto en Macao como en la vecina Hong Kong, al tiempo que, según las autoridades estadounidenses, mantenía lazos con el crimen organizado.

Tuvo 17 hijos con cuatro mujeres, y en sus últimos años de vida, su familia protagonizó publicitadas disputas en torno a su imperio. Un comunicado de la familia indicó que Ho murió serenamente mientras dormía, pero no especificó la causa de la muerte.

Ho tenía también inversiones en varios sectores, desde transbordadores y helicópteros que conectaban a Hong Kong y Macao, hasta grandes almacenes, hoteles, el aeropuerto de Macao e hipódromos. Pero siempre evitó las apuestas.

“No apuesto para nada. No tengo paciencia”, declaró Ho a The Associated Press en una entrevista en 2001. “No espero ganar dinero jugando. La casa siempre gana”.

Nació el 25 de noviembre de 1921 en la familia Hotung, una de las más ricas y poderosas de Hong Kong. Cuando tenía 13 años, su padre los abandonó tras irse a la ruina durante la Gran Depresión.

En 1948, se casó con Clementina Leitao, hija de un destacado abogado en Macao. Casi al mismo tiempo, Ho se casó con Lucina Laam. Un código de la dinastía Qing permitía a los hombres tener múltiples esposas hasta que Hong Kong lo prohibió en 1971. También tuvo hijos con otras dos mujeres, Ina Chan, enfermera de profesión, y Angela Leong, bailarina, a quienes se refería como esposas.

Algunas veces fue noticia por sus gestos extravagantes, como pagar 8,9 millones de dólares en 2007 por una cabeza de caballo de bronce saqueada por tropas francesas del palacio imperial de China 150 años antes para donarla a un museo chino. También ofertó dos veces un récord de 330.000 dólares por trufas en subastas de beneficencia.