El coronavirus se adentra en el Brasil más desprovisto de atención médica

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Paramédicos fueron registrados este viernes al recibir un niño de 10 años contagiado de COVID-19 y procedente de Santo Antonio del Iça, un municipio ubicado a casi 900 kilómetros de la capital estatal, en Manaos (Brasil). EFE/Raphael Alves
Paramédicos fueron registrados este viernes al recibir un niño de 10 años contagiado de COVID-19 y procedente de Santo Antonio del Iça, un municipio ubicado a casi 900 kilómetros de la capital estatal, en Manaos (Brasil). EFE/Raphael Alves

Sao Paulo/Manaos, 23 may (EFE). - Mientras Brasil aún combate los brotes en las grandes ciudades del país, el coronavirus ya es una amenaza para las regiones del vasto interior del país, cuyos sistemas de salud tienen menos capacidad para atender la creciente demanda de pacientes infectados por el patógeno.
El inmenso estado del Amazonas, cuya tasa de incidencia del COVID-19 cuadruplica la media nacional, es un ejemplo de esta nueva realidad.
Esta región, cuya superficie equivale a la de tres veces España, alberga más de 60 municipios y la mayor parte de comunidades indígenas del país, aunque solo en su capital, Manaos, hay camas de cuidados intensivos (UCI).
En una operación que es cada vez más frecuente por la aceleración del patógeno, un niño de 10 años contagiado con el coronavirus procedente de Santo Antonio del Iça, un municipio ubicado a casi 900 kilómetros de la capital, llegó este vienes a Manaos después de dos horas de vuelo, según confirmó EFE.
El paciente llegó acompañado de su padre al hospital Delphina Aziz, centro referencia de COVID-19 en el estado, presentando un cuadro médico "grave", con varios edemas y dolores corporales.
Con él, estaba previsto que viajase otra persona de Santo Antonio del Iça también contagiada pero, ante la falta de respiradores en el municipio, ésta había fallecido de madrugada, antes de que los médicos la embarcasen.
Vestido con un equipamiento de protección individual (EPI), en este avión viajó el médico Thalles Araújo, de 47 años.
En declaraciones a los medios, Araújo resaltó la importancia de seguir los protocolos definidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para "proteger" a las personas implicadas en el transporte de los pacientes.
De acuerdo con el médico coordinador de la UTI aérea del Amazonas, Edson Rodrigues, el aumento de contagios en el interior del estado disparó entorno del 65 % la cantidad de vuelos realizados este mes de mayo respecto a abril.
"Antes del COVID-19, teníamos una lista (de solicitaciones para desplazamientos hasta Manaos) de unos 8 o 10 pacientes por día" pero "a partir de mayo prácticamente triplicamos y hubo días en los que llegamos a una lista de 30 pacientes", explicó a los periodistas presentes en el desembarque.
A día de hoy, la UTI aérea del Amazonas cuenta con seis aeronaves disponibles y transporta desde el interior del estado hacia el hospital de referencia de la capital a unos ocho pacientes diarios, es decir, el doble de lo habitual.
Toda esta logística, que requiere de un riguroso trabajo de higienización y desinfección de las aeronaves, pretende hacer más accesible el cuidado médico a pacientes que viven en zonas remotas del estado.
CRÍTICAS INDÍGENAS
Sin embargo las carencias aún se sienten. "Aquí la atención en hospitales no existe", espetó desde la ciudad de amazónica de Tabatinga el presidente de la Federación Indígena del pueblo Kokama, Glades Kokama Rodrigues Ramires.
En declaraciones telefónicas a Efe, Glades explicó que "en Tabatinga hay solo un hospital militar, que no está siendo como debería ser" porque "no tiene estructura para atender a los indígenas", quienes están "pasando por un momento muy difícil".
En una crítica abierta a la gestión del presidente brasileño Jair Bolsonaro, el líder del pueblo kokama lamentó el "poco" apoyo recibido por parte del Gobierno y la "falta de respeto" a su comunidad y "al resto de indios" que viven en el país.
SEÑALES DE ALARMA Y AVANCE INEXORABLE
Las señales de alarma sobre la expansión del patógeno al interior saltaron esta semana, cuando la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz), vinculada al Ministerio de Salud de Brasil, divulgó un informe sobre los "riesgos de la interiorización del COVID-19",
El documento reveló que más de 7,8 millones de brasileños viven, como mínimo, a 4 horas de distancia de una localidad con la estructura adecuada para tratar casos graves de la enfermedad.
El ministro interino de Salud brasileño, el general Eduardo Pazuello, abordó esta semana la penetración del virus en nuevas áreas del país.
Según Pazuello, el avance de la pandemia hacia el interior es "inevitable", a pesar de haberse constatado una "reducción de casos" de coronavirus en "algunas capitales" regionales del norte y nordeste del país,
De hecho, los datos de las autoridades sanitarias muestran que el número de localidades con al menos un caso de COVID-19 aumentó casi 12 veces en los últimos 53 días.
El avance del patógeno hacia los territorios del interior también preocupa al alcalde de Manaos, Arthur Virgílio Neto quien, en un vídeo divulgado esta semana en sus redes sociales, afirmó temer un "genocidio" de indios en la región como consecuencia de un "crimen contra la humanidad".
El alcalde se mostró especialmente preocupado por la situación de las comunidades indígenas en el interior del estado del Amazonas y lamentó que el patógeno esté dirigiéndose a "esas personas ingenuas, que acaban tornándose presas fáciles para que el nuevo coronavirus ejecute su trabajo destructor".
En este estado, se contabilizaron hasta el jueves cerca de 25.370 casos y alrededor de 1.620 víctimas mortales de COVID-19.
En todo el país, los casos confirmados ya sobrepasan los 330.000 y los fallecimientos ascienden a los 21.000. Brasil ya supera a Rusia en número de contagios y solo tiene por delante a Estados Unidos.
Carla Samon Ros y Raphael Alves