Llega a Bolivia candidato presidencial Luis Arce, delfín de Evo Morales

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El candidato presidencial boliviano, Luis Arce, delfín del expresidente Evo Morales, llegó este martes a Bolivia desde el exilio para arrancar con la campaña a las elecciones generales del 3 de mayo, y de inmediato fue citado por la fiscalía por un caso de corrupción.

Poco después, la mandataria interina Jeanine Áñez intentó amainar el clima de rechazo a su candidatura, al proponer "construir una gran alianza democrática y ganadora", a días de que venza, el 3 de febrero, el plazo para inscribir candidatos ante el Tribunal Supremo Electoral (TSE).

Arce, que lidera los sondeos, llegó en un vuelo comercial tras obtener el apoyo de Morales en Buenos Aires. Se asiló en México en diciembre pasado luego de obtener un salvoconducto del gobierno de su país.

Apenas bajó del avión, Arce fue notificado por un policía de la fiscalía en un pasillo del aeropuerto de El Alto, que sirve a La Paz, por supuesto incumplimiento de deberes en el caso de un desfalco a un fondo indígena cuando ejercía como ministro de Economía (entre 2006 y 2017, y entre enero y noviembre de 2019), según un video casero divulgado profusamente por redes sociales.

En una imagen difundida por la cuenta de Twitter del estatal Fondo de Desarrollo Indígena se ve a Arce firmando la citación a comparecer ante una fiscalía la mañana del miércoles.

Tras firmar la citación, el candidato presidencial del Movimiento Al Socialismo (MAS) fue recibido a la salida del aeropuerto por su acompañante de fórmula, el excanciller David Choquehuanca, y una multitud de partidarios que portaba banderas bolivianas y la 'wiphala', que representa a los pueblos indígenas.

"Junto al pueblo venceremos. Sentí mucho cariño y ahora continuamos nuestro camino a la presidencia", tuiteó luego Arce.

- Líder en las encuestas -

El exministro, de 56 años, considerado padre del llamado "milagro económico" de Bolivia, enfrenta, como varios de sus exintegrantes del gobierno de Morales, diversas acusaciones ante la justicia boliviana.  El extitular de Gobierno (Interior), Carlos Romero, cumple prisión preventiva por seis meses, mientras es investigado también por corrupción.

Rafael Quispe, director del Fondo de Desarrollo Indígena, pidió a la justicia que Arce "sea citado, aprehendido y llevado a la cárcel" por "supuesta responsabilidad en millonario desfalco" a un fondo indígena cuando era ministro.

Sin embargo, la fiscal Heidy Gil, que firmó la citación, dijo el lunes que "por ahora no existe ninguna orden de aprehensión" contra Arce.

Arce encabeza con 26% las intenciones de voto para las elecciones del 3 de mayo, seguido por el derechista Luis Fernando Camacho y el expresidente de centro Carlos Mesa, ambos con 17%. En cuarta posición figura Áñez, con 12%, según un sondeo de la firma Mercados y Muestras, difundido el domingo.

- Ola de críticas -

Áñez, que ha soportado una ola de críticas por su decisión de postularse, insistió este martes en un acto público en la casa de Gobierno en que actuará legalmente: "voy a ser candidata y ejerceré la Presidencia sin cometer ningún acto inconstitucional".

Además, prometió hacer campaña "en horarios que no son de trabajo y durante los fines de semana. Y no haré uso de los bienes del Estado para la presentación de mi propuesta electoral".

Pero Arce se unió a las críticas, señalando en declaraciones a una radio indígena que "básicamente por ética, [Áñez] debería renunciar [a la presidencia interina] si quiere ser candidata y si quiere mantenerse en el Gobierno, como es su intención, no tiene que postular".

Áñez ajustó este martes su gabinete, con el remplazo de tres de los 20 ministros, entre ellos el de la cartera de Comunicación, cuya titular Rozana Lizárraga renunció el domingo en protesta por la inesperada entrada a la carrera electoral de la presidenta interina.

Morales, quien gobernó Bolivia durante casi 14 años, está impedido de participar en los comicios de mayo, tras anularse las elecciones de octubre pasado, en las que la OEA encontró irregularidades que derivaron en su renuncia en medio de una convulsión social, la presión de militares y un motín de policías.

Tras dimitir el 10 de noviembre, Morales salió exiliado a México y un mes después obtuvo refugio político en Argentina, desde donde dirige la campaña del MAS.

rb/rsr