Industria turística de Nicaragua, a "medio gas" por crisis política

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La industria turística de Nicaragua, que "tocó fondo" en 2018 a causa de las protestas antigubernamentales, opera "a medio gas" y busca sobrevivir a la crisis política que continúa afectando la llegada de visitantes, destacó este miércoles un informe del sector.

"El turismo esta sobreviviendo, buscando cómo mantenerse a flote (...) los negocios van a estar a medio gas, pero la intención es continuar abiertos", dicen las conclusiones de una encuesta realizada por la Cámara Nicaragüense de Turismo (CANATUR).

Sin una solución a la crisis política, agrega, "el sector no va a poder despegar", por lo que es necesario impulsar estrategias desde el sector privado que permitan a los negocios permanecer abiertos, dijo el responsable del estudio, Camilo Pacheco.

"Con solo hacer eso (mantenerse a flote), es mucho para que esa oferta turística permanezca ahí" para cuando el país supere la crisis, señaló.

CANATUR y la Fundación Nicaragüense de Desarrollo Económico y Social (Funides) realizaron la encuesta a 300 pequeñas y medianas empresas turísticas, entre enero y julio pasados.

La inestabilidad social y política, y la inseguridad ciudadana y de la propiedad son factores clave para recuperar la actividad turística a niveles de 2017, según los propietarios de negocios encuestados.

Las protestas contra una reforma a la seguridad social en abril de 2018 derivaron en una demanda de renuncia del presidente Daniel Ortega y se extendieron por meses. Las manifestaciones dejaron un saldo de 328 muertos, centenares de detenidos y más de 80.000 exiliados, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

La llamada industria sin chimenea "tocó fondo" en 2018 cuando, producto de las revueltas, un 42% de negocios "cerró en algún momento", la mayoría de forma temporal, por falta de clientes debido al contexto, según Canatur.

Esto representó una caída en los ingresos a 440 millones de dólares el año pasado, equivalente al 47,6% de los ingresos de 2017. La cifra de visitantes del exterior cayó a 975.000 personas (45% menos) y los vuelos se redujeron un 30,9%.

Las conclusiones del estudio muestran que el sector ha cambiado sus clientes extranjeros por locales, se ha reducido el tamaño de los negocios y se ha recortado personal calificado, "esperando que la situación mejore".

Pero la actividad está "lejos" de recuperarse a los niveles de 2017. En el primer semestre de 2019, las ventas cayeron un 51,1%, respecto a igual periodo de 2018. Entre enero y julio del año pasado, la marca había sido aún peor, con un descenso del 57,1%.

Pacheco indicó además que el sector debe lidiar con altas tarifas energéticas, impuestos y cuotas al seguro social, lo que aumenta sus costos de operación y "pone en tic tac" su supervivencia. "No todos van a ser capaces de hacerlo", advirtió Pacheco.

jr/mls